La represión franquista en Alicante: el Archivo Provincial trabaja cerca de 40.000 expedientes penitenciarios que abren nuevas líneas de investigación

Ocho décadas después del final de la Guerra Civil y del inicio de la brutal represión franquista de posguerra, siguen apareciendo fondos documentales que permiten abrir nuevas líneas de investigación para la historiografía. El Archivo Provincial de Alicante lleva descritos 18.000 expedientes penitenciarios de los cerca de 40.000 que posee en sus dependencias sobre los republicanos que no pudieron huir por el puerto y que fueron internados, en una primera etapa, en varios campos de concentración, y luego en las saturadas cárceles del nuevo régimen del general Francisco Franco.

El Archivo Provincial de Alicante recibió en tres transferencias toda la documentación penitenciaria de la dirección general de Instituciones Penitenciarias, tal como marca la Ley de Memoria Histórica. Los fondos incluyen expedientes que comprenden el periodo entre 1934 y la década de 1960. La directora del archivo, María Del Olmo, explica a elDiario.es que hasta el momento “llevamos descritos 18.000 expedientes, aproximadamente la mitad de la documentación que contiene el fondo”.

Los expedientes, que hasta ahora no estaban disponibles para la consulta por parte de los investigadores, contienen información sobre la organización de la represión franquista en la inmediata posguerra en Alicante. “Nos vamos encontrando prisiones conforme avanzamos”, cuenta la directora del archivo, quien destaca el interés de los fondos para los historiadores.

Los archiveros se han topado recientemente con los expedientes del campo de concentración habilitado en el castillo de Santa Bárbara de Alicante, que estuvo en activo hasta el 24 de diciembre de 1939. “Cuando se produce el final de la Guerra Civil en Alicante”, explica la historiadora y archivera, “se empiezan a preparar campos, como el de los Almendros, que duró solo una semana”, para la posterior transferencia de presos a otras instituciones penitenciarias ante la avalancha de republicanos atrapados al inicio de la dictadura.

En Alicante, una de las últimas ciudades en caer a manos del bando franquista, se concentraron muchos de los que pretendían huir, en vano, al exilio a través del puerto. Algunos fueron trasladados al campo de concentración del castillo de San Fernando o a la plaza de toros de la localidad, habilitada como centro de detención hasta junio de 1939. Otros espacios de la zona, como la prisión II de Elche o la casa de ejercicios espirituales de los jesuitas en Benalúa albergaron a las víctimas de la represión franquista. Además, también constan otros campos en Monovar o Denia, entre otros lugares, tal como ha detallado el periodista Carlos Hernández de Miguel en su libro Los campos de concentración de Franco.

A las mujeres republicanas se las retuvo en el Teatro Principal de Alicante o en cines de la capital. “La mayoría de expedientes penitenciarios que se han descrito son por represión del franquismo y unos pocos causas comunes”, explica María del Olmo. “Los que pudieron exiliarse son los que tenían más posibilidades por lo que la mayoría de expedientes corresponde a los más humildes, trabajadores del campo, chóferes, barberos, paradores de la industria del calzado o metalúrgicos, gente de extracción muy baja”, agrega.

A medida que se ponen a disposición de los historiadores los expedientes penitenciarios, se abren nuevas líneas de investigación. “La represión y la memoria histórica son ámbitos que están siendo constantemente investigados”, celebra la directora del Archivo Provincial de Alicante.