València vuelve a la caza de palomas ante el aumento del 60% de la población en cuatro años
El Ayuntamiento de València ha impulsado distintas acciones para reducir el número de palomas que viven en la ciudad, cerca de 36.000 ejemplares en la actualidad frente a las 22.000 que aproximadamente había en 2021. Entre las medidas previstas hay campañas de concienciación ciudadana para evitar que se dé alimento a estos animales, revisar los comederos con pienso esterilizante, capturas sin sacrificio y traslado de las aves a “palomares ecológicos” y vigilar edificios abandonados en los que se refugian y reproducen.
Así lo ha indicado este martes el edil de Bienestar Animal, Juan Carlos Caballero, que ha destacado la necesidad de actuar para evitar que la “sobrepoblación” de palomas vaya en aumento. “Por tanto, tenemos el objetivo de contenerla y reducirla” teniendo en cuenta las “molestias” que pueden producir y los problemas de “salud pública” que pueden llegar a generar estos animales, ha apuntado.
Caballero, que ha asegurado que el objetivo es alcanzar un “equilibrio ecológico”, ha señalado que entre las causas de este crecimiento está “la existencia de edificios abandonados en los que anidan y donde no hay un control ni elementos de disuasión para que entren; la alimentación descontrolada por parte de la ciudadanía, y medidas utilizadas en años anteriores que se han demostrado ineficientes”.
El también portavoz del ejecutivo municipal se ha pronunciado de este modo en la rueda de prensa que ha ofrecido para presentar las citadas acciones junto al gerente de Lokímica, la empresa adjudicataria de contrato en esta materia, Noé García, y de su responsable técnico, Jesús López.
La capital valenciana cuenta con un presupuesto de 220.000 euros para la prestación del servicio de control de palomas por un período de dos años y a través de la citada empresa, “con más de 40 años de experiencia en la lucha contra plagas urbanas”.
Juan Carlos Caballero ha explicado que lo primero que se ha hecho ante ese “aumento desorbitado” ha sido encargar a la citada firma “la realización de un mapeo y de censo de población de palomas para saber dónde estamos” y “determinar el censo real” de estos animales, así como para “detectar las zonas más críticas o con más problemas”. Se ha constatado que el Marítimo, Patraix y Ciutat Vella son los entornos con mayor número de palomas.
El concejal ha asegurado que “a partir de esa radiografía” se desarrollarán las acciones previstas para controlar “esa sobrepoblación”. Estas medidas contemplan relocalizar los comederos repartidos por la ciudad con pienso esterilizante y suprimir aquellos que han resultado ineficaces. Desde el consistorio se ha detallado que se van a mantener en el mismo lugar nueve de los 16 comederos habilitados.
Otra de las actuaciones programadas es el uso de herramientas disuasorias como la captura controlada o los sistemas sonoros, además del trabajo coordinado que se llevará a cabo con los técnicos municipales de Patrimonio para proteger adecuadamente edificios, estatuas y otros elementos valiosos.
El titular de Bienestar Animal ha aludido así a los “palomares improvisados” que estos animales hacen en huecos, balcones y fachadas de inmuebles abandonados y ha señalado que se ha urgido a sus propietarios a mantener limpias y revisadas esas viviendas sin uso. A lo largo de 2024, el Ayuntamiento instruyó un centenar de expedientes relacionados con la presencia de palomas en viviendas y recibió 93 quejas relacionadas con ello.
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