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Así es 15M verde en Valencia: un impulso a la agenda contra el cambio climático

Primera concentración de los jóvenes ecologistas en Valencia

Laura Martínez / Carlos Navarro Castelló

Valencia —

Este viernes miles de estudiantes españoles se sumarán a la huelga mundial contra el cambio climático. En Valencia, un grupo todavía reducido de jóvenes con conciencia ecologista reclama a los gobiernos progresistas que se tomen en serio el presente del planeta. El movimiento 'Fridays for Future València' ha convocado una concentración en la plaza de la Virgen en sintonía con otras 1.300 ciudades de un centenar de países europeos para que los dirigentes de todas las administraciones y agrupaciones políticas se tomen en serio el ecologismo.

El Gobierno valenciano anunció mediante su portavoz, Mónica Oltra, que respaldaría las demandas de los ecologistas millenials, ya que el Ejecutivo del Botánico integró en su acuerdo la perspectiva ecologista de forma transversal y aboga por un cambio de modelo productivo. En línea con el objetivo y con las recomendaciones de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, el Gobierno autonómico y los ayuntamientos progresistas han venido incorporando una agenda ecologista propia y una serie de medidas a pequeña y gran escala para hacer la política más verde. 

Estrategia de Cambio Climático

El pleno del Consell aprobó el 1 de marzo la Estrategia Valenciana de Cambio Climático para la próxima década. Un plan que, ante la evidencia, se basa en tres pilares: la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, el aumento de las energías renovables y la mejora en la eficiencia energética. La iniciativa se enmarca en la directiva europea sobre cambio climático, que establece como objetivos el aumento de la eficiencia energética de, al menos, el 32,5% para 2030 y una cuota de energía procedente de fuentes renovables de, al menos, el 32% del consumo final bruto de la Unión Europea en 2030.

El plan propone un modelo de transición energética bajo en carbón en favor del consumo de energías renovables autóctonas o impulsar un uso “racional” de la energía. El Ejecutivo autonómico considera que el sector público debe liderar la lucha ante el cambio climático, promoviendo el ahorro energético y el uso de las energías renovables, “como ejemplo ante toda la ciudadanía”, por lo que se ha creado un paquete de medidas específico para la administración sostenible. 

Adiós a las centrales nucleares en 15 años

El Consejo de Ministros aprobó el pasado 22 de febrero el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) y la denominada Estrategia para una Transición Justa, que prevé un cierre escalonado de las centrales nucleares para potenciar la energía eólica. 

El cierre está previsto por orden de antigüedad y en función de la vida útil de cada una, por lo que ninguna cerrará antes de 2025 ni después 2035. En el caso de Cofrentes, la concesión caduca en el año 2021 y su vida útil finaliza en 2024, aunque la dirección de la central planea construir un almacén de residuos que alargaría su vida útil, dentro del periodo previsto por el Gobierno.

Peatonalizaciones y restricciones al tráfico

Desde que llegara al Ayuntamiento de Valencia, uno de los empeños del concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi ha sido peatonalizar la ciudad y hacerla accesible para los ciudadanos que no se desplazan con vehículos a motor. El objetivo del Gobierno de la Nau, la unión del PSPV, Compromís y València en Comú, es sacar el tráfico del centro de la ciudad y buscar un modelo similar al de las grandes capitales europeas. Véase, el fomento del transporte público urbano y de otros medios de transporte como la bicicleta. 

Los primeros pasos se dieron en el casco histórico, vaciando de coches el entorno de la Lonja, de las torres de Quart y de Serranos. El paso decisivo, y quizá el más complicado, llegará con la reurbanización de la Plaza de la Reina, difícil de conseguir, dados los plazos burocráticos, antes de las elecciones.

En Alicante, desde el año pasado se ha puesto en marcha un proceso para peatonalizar el centro de la ciudad mediante un proceso participativo. En Castellón, el grupo Castelló En Moviment insiste en la necesidad de peatonalizar más calles de la ciudad y en el Grao a través del plan urbanístico.

Gestión de residuos: reciclaje y pago por generación 

La consellería de Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural tiene a punto el nuevo Plan Integral de Residuos que prevé como obligatoria la recogida selectiva (separación por contenedores) y aboga por el modelo de recogida puerta a puerta. El plan introduce el pago por generación; es decir, cuánta más basura se genera, más se paga y establece que los Ayuntamientos deberán diseñar un plan de gestión adaptado a los grandes municipios. Este mismo plan relega la incineración de residuos como última opción a nivel comercial e industrial.

Por otro lado, el Ayuntamiento de Valencia hizo extensivo desde principios de 2018 el sistema de recogida de residuos orgánicos, instalando el llamado contenedor marrón por la mitad de los barrios de la ciudad. En 2020 se prevé la reducción de la tasa de basuras por la venta del compostaje surgido de la recogida selectiva de materia orgánica. Para el mismo año, la consellería de Elena Cebrián se marca como objetivo que en 2020 el 45% de la basura orgánica generada en la Comunitat Valenciana (250.000 toneladas) se pueda recoger en origen.

A nivel autonómico, Podemos ha peleado durante esta legislatura por introducir el Sistema de Depósito, Devolución y Retorno de envases (SDDR), que ante los conflictos con sus socios de legislatura derivó en una ley de residuos de economía circular, que no ha podido aprobarse debido al adelanto electoral.

Otro modelo de consumo

La estrategia valenciana de cambio climático también tiene hueco en su agenda para el consumo. El modelo económico y de producción ocupa un papel crucial en la reducción de la huella de carbono.

En el ámbito de la salud, el proyecto pasa por promover la alimentación saludable y la actividad física, con acciones que promuevan el consumo de alimentos de proximidad, a ser posible de producción ecológica. Ir, en la medida de lo posible, caminando o en bicicleta al trabajo o a las actividades diarias repercute de forma positiva en la salud y contribuye a la reducción. Consumir menos plásticos y envases, hacer la compra con bolsas reutilizables o a granell son otros granitos de arena que sumar.

En este mismo marco, la estrategia propone regular las compras en centros públicos de trabajo y educativos, de manera que se incluyan clausulas específicas que garanticen en una proporción mínima la compra de frutas, verduras y hortalizas frescas, alimentos de proximidad y de producción ecológica.

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