Mosca negra: por qué este verano puede ser un problema de salud pública

Foto: Dysmachus

Jordi Sabaté

“No es un invasor, está desde siempre, es decir que es una especie autóctona, y nosotros la llevamos tratando desde hace más de veinte años, pero desde hace unos años se observa un pico de sus ataques a los humanos, y este verano, si es muy caluroso, dará problemas en los ambulatorios”. Quien habla es Jose Ángel Bañuls, uno de los biólogos que trabaja para Higia Ibérica empresa de sanidad ambiental ubicada dentro de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA).

ANECPLA ha emitido hace unos días un comunicado en el que advertía que las fuertes lluvias de esta primavera auguran un aumento de las picaduras de los dípteros más problemáticos, especialmente el mosquito tigre y la mosca negra. Ambos se caracterizan por el dolor y los problemas de alergias que pueden provocar, que muchas veces nos obligan a ir al ambulatorio por infecciones o reacciones excesivas.

El hábitad de la mosca negra

Pero como se ha dicho, a diferencia del mosquito tigre, la mosca negra es una especie autóctona cuya actividad se ha disparado en los últimos diez años. Se trata de un animal de la familia de los simúlidos, muy cercana a los mosquitos. “Se le llama mosca porque es más robusta que un mosquito y apenas mide unos cinco milímetros”, aclara Bañuls, que explica que “otra diferencia con el mosquito es que a sus larvas no les gustan las aguas encharcadas sino las oxigenadas por la corriente y las turbulencias”.

También prefieren cauces limpios pero ricos en sustratos de fondo arrastrados por la corriente, así como con plantas flotantes y cañaverales de ribera, siempre que el agua corra. La razón es que “sus largas se adhieren a estos sustratos, en sentido contrario a la corriente y van captando los elementos que esta trae para alimentarse”. Después, con la llegada del buen tiempo, es decir a partir de ahora, completan su ciclo transformándose en moscas cuyas hembras salen a buscar la sangre humana y del ganado, tan necesaria para poder gestar sus huevos.

¿Cómo y dónde ataca la mosca negra?

“Más que picar, muerden con su boca en forma de sierra”, explica Bañuls y prosigue: “tienen una saliva que por un lado anestesia, de modo que no sientes el ataque, y por el otro no deja que la sangre se coagule para poder trasvasar cuanta más mejor; después, cuando para el efecto anestésico, es cuando notas el dolor y ves la irritación que provoca el tajo”.

El año pasado en Aragón 28.000 personas tuvieron que ser atendidas por ataques de mosca negra, según ANECPLA, pero también se ha detectado su presencia en el Henares y el Manzanares, en Madrid, con un millar de atendidos, así como distintos ríos de Girona y el centro de Barcelona, por descontado en las comarcas del Ebro y podría tener presencia en la ciudad de Barcelona si se mantiene el cauce veraniego en Llobregat y Besós. “En los ríos y torrentes interiores de la Comunidad Valenciana también puede ser un problema si llueve en verano”, apostilla Bañuls.

¿Por qué puede ser un problema serio este verano?

Aunque ha estado siempre, hay factores que provocan que en los últimos veranos se note más su presencia. Uno de ellos es la crisis económica de 2007, de la que los fondos y márgenes de muchos ríos no se han recuperado. “Se han reducido mucho los presupuestos municipales o comunitarios para limpieza de ríos y como consecuencia estos acumulan vegetación y restos de fondo que favorecen que los vegetales crezcan más y que las larvas se enganchen”, dice Bañuls.

Las lluvias de esta primavera han traído más sustrato al fondo en forma de restos vegetales donde se pueden agarrar y proliferar, y nadie los va limpiar en muchos casos. Además, Bañuls suma el desecenso de sus predadores: “los vencejos, los aviones y las golondrinas tienen poblaciones menores, pero sobre todo los murciélagos han bajado brutalmente su población, incluso en el medio rural, con lo que ha desaparecido su gran predador”. Actualmente hay varios planes en marcha para introducir cerca de los ríos alojamientos artificiales similares a las pajareras.

A la suciedad de los cauces y el descenso de las poblaciones de predadores naturales, se puede unir el calor del verano. “Si el verano es muy caluroso, se podría producir una explosión de casos de mosca negra en julio y agosto”, aventura Bañuls, que incide en que el calor será determinante. El biólogo se explica: “el ciclo vital de la mosca negra es de 10 a 15 días en estos días de primavera, pero cuando el calor se dispara, se reduce a una semana, en tal caso se puede producir una bomba demográfica y un pico muy importante de ataques”.

Otro agravante sería el que los ríos siguieran manteniendo el cauce en verano gracias a las lluvias primaverales o bien que se den lluvias veraniegas que renueven el cauce. En todo caso, se espera que como mínimo la incidencia de la mosca negra sea tan alta como el año pasado, que fue bastante más seco.

Consejos para evitar la picadura de la mosca negra

Desde el portal de salud de la Generalitat de Catalunya se hacen eco del problema que supone la mosca negra y dan una serie de consejos para evitar su picadura:

  • Instalar mosquiteras en puertas y ventanas en las zonas de riesgo
  • Evitar pasear cerca de los cursos de los ríos, especialmente al atardecer, donde haya vegetación abundante
  • Llevar ropa larga y pantalones largos, de colores poco claros y poco brillantes
  • Si se van a usar repelentes, en las farmacias pueden indicarnos cuáles son los más adecuados y el modo de aplicarlos.

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