Pilates, ¿timo o práctica saludable?

Pilates

Marta Chavarrías

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Joseph H. Pilates creaba, a principios del siglo XX, el método que recibe su nombre, aunque originalmente se conocía con el término de Crontrología, haciendo referencia a su doble acción de ejercitar el cuerpo y la mente, a través de una respiración controlada. Entonces creó el método que hoy se practica, con más de 500 ejercicios basados en la cultura oriental y occidental.

Qué es el método Pilates

Esta forma de ejercicio se concentra en fortalecer el cuerpo, poniendo especial énfasis en la fuerza central, que incluye la zona abdominal y espinal. Cuando se habla de centro en Pilates, se hace referencia a la zona que va desde la parte inferior de las costillas hasta la pelvis. Todo el trabajo empieza aquí. 

El método Pilates persigue tener un centro fuerte para mejorar la postura y facilitar los movimientos. Se concentra sobre todo en la postura, el equilibrio y la flexibilidad, así como en la conexión mente-cuerpo. Porque mientras se realizan los ejercicios, la mente necesita ser consciente de la respiración y la forma en la que se mueve el cuerpo. 

Los principios básicos que guían el método Pilates incluyen tres aspectos fundamentales:

  • La concentración en cada movimiento.
  • El uso de los músculos del abdomen y la espalda baja. 
  • Una respiración constante y controlada.

Esta última parte, la de la respiración, es clave porque se basa en usar la musculatura de la caja torácica y realizar movimientos de las costillas anteriores y posteriores, no la respiración con el vientre o los pulmones, como solemos hacer.

Por tanto, los principios básicos son control, concentración, fluidez, precisión, respiración y centro (abdomen, pelvis y zona lumbar).

En función del ejercicio, las rutinas se pueden practicar en aparatos diseñados específicamente. Pero para empezar, basta con una colchoneta, donde se pueden realizar los ejercicios básicos. Una vez se avanza, se puede incorporar equipamiento como pesas de mano, bandas elásticas, rodillos de espuma y balones de fitball.

Las 5 razones por las que sí es bueno practicar Pilates

Hay algunos elementos que hacen de esta práctica algo beneficioso, si se practica de forma adecuada. Entre los que más destacan, están:

  • Mejora el tono muscular: los ejercicios implican el uso de ciertos músculos que no utilizamos a diario. Tras el dolor inicial, se nota que los músculos están mucho más tonificados, algo especialmente beneficioso para las personas mayores y las que llevan una vida sedentaria. 
  • Facilita una buena postura: los ejercicios requieren que el cuerpo esté siempre alineado, por tanto, enseña a ganar y mantener una buena postura, algo bueno sobre todo si se sufre dolor lumbar.
  • Ayuda a recuperar la flexibilidad: con el método Pilates se restaura la flexibilidad, poco a poco si acabamos de iniciarnos. Con el tiempo, y si seguimos practicando estos ejercicios, la mejora es significativa, lo que resulta clave para evitar lesiones provocadas por caídas. 
  • Mejora el equilibrio: con la conexión mente-cuerpo que persigue el método Pilates, crece la conciencia de cómo nos movemos y de qué manera funciona el cuerpo. 
  • Activa el suelo pélvico: la mayoría de los ejercicios de Pilates implican una gran concentración y trabajo del transverso abdominal, el músculo más profundo de todos los abdominales. De ahí su importancia para aprender a activar estos grupos musculares.

Una de las mejores cosas del Pilates es que se trata de una disciplina apta para todo el mundo porque se puede modificar para cada tipo de entrenamiento, por lo que nadie tendrá problemas para practicarlo. Es adecuado tanto para principiantes como para personas que ya hacen ejercicio de forma regular. 

Los puntos débiles de Pilates

Gracias a la posibilidad de adaptación de todos estos ejercicios en función de la habilidad de cada persona, los puntos débiles del método Pilates son pocos, excepto pequeñas consideraciones como:

  • No tiene parte aeróbica, necesaria para el sistema cardiovascular y clave para activar la circulación sanguínea. 
  • No es una práctica dirigida a perder peso: el fortalecimiento muscular nos ayuda a tonificar ciertas zonas del cuerpo, sobre todo abdominales, piernas y glúteos. Sin embargo, el método Pilates, como ya hemos comentado, no es un ejercicio aeróbico, por lo que para la pérdida de peso efectiva tendría que combinarse con una alimentación equilibrada y actividad física aeróbica como caminar o ir en bicicleta. 
  • No se recomienda practicar en solitario. Se trata de una práctica deportiva exigente, en el sentido de que debe ser supervisada de cerca por un entrenador profesional que sea capaz de atender a la diversidad de alumnos.
  • Tensiona la zona lumbar y la cadera. Cuando duele la zona lumbar o la cadera, e incluso el cuello, significa que el ejercicio no se está haciendo de la forma correcta. Y aquí es donde radica la importancia de contar con un monitor especializado y cualificado que corrija la posición si se está haciendo mal el ejercicio porque algunos, si se realizan mal, pueden agravar el dolor. 

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