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Sistema endocannabinoide de nuestro cuerpo: tan necesario como desconocido

Sistema endocannabinoide

Marta Chavarrías

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Estamos familiarizados con términos como el sistema circulatorio o inmunológico, pero no tanto con el sistema endocannabinoide, fundamental pero muy desconocido, quizás porque no fue hasta la década de los 90 cuando se descubrió en el contexto de una investigación que exploraba los efectos del cannabis en la mente y el cuerpo.

Durante la investigación, los expertos descubrieron que los humanos, y la mayoría de mamíferos, tienen receptores de cannabinoides en el cuerpo, lo que llevó al hallazgo del primer endocannabinoide producido de forma natural por el cuerpo. Es importante recalcar que este sistema existe en cada persona y está activo incluso si nunca se ha consumido cannabis.

El sistema endocannabinoide, un termostato del cuerpo

Parte de los componentes del sistema endocannabinoide aparecen en todos los vertebrados (mamíferos, pájaros y peces) y su principal función establecida hasta ahora es la de constituir un mecanismo de neuromodulación en el sistema nervioso central.

En líneas generales, se describe como una red biológica similar al sistema nervioso central y vital para el buen funcionamiento del organismo que no se centra solo en el cerebro.

Es como una especie de termostato que regula las distintas funciones fisiológicas de nuestro cuerpo, equilibrando y estabilizando la actividad y producción de diferentes órganos y sistemas del cuerpo. 

El sistema endocannabinoide es el encargado de controlar una extensa gama de funciones biológicas como el sueño, el estado de ánimo, el control de la temperatura, la respuesta inmune, la memoria o el apetito.

Está formado por enzimas, cannabinoides endógenos y receptores de cannabinoides, proteínas que se activan por los cannabinoides y que están representadas sobre todo por:

  • Receptores CB1: distribuidos por todo el sistema nervioso central (cerebro y nervios de la médula espinal). Son como una especie de policías del tráfico que controlan los niveles y la actividad de la mayoría de los neurotransmisores. Regulan y ajustan actividades de cualquier sistema que necesite ser ajustado, como el hambre o la temperatura.
  • Receptores CB2: se encuentran en el sistema nervioso periférico, los nervios del resto del cuerpo. Ayudan a controlar nuestro funcionamiento inmunitario y destacan por su labor en la modulación de la inflamación intestinal, la contracción y el dolor en condiciones inflamatorias del intestino. 

Receptores y endocannabinoides actúan de forma muy sincronizada, como si fueran una llave y su candado. Estos receptores reaccionan con dos endocannabinoides primarios, como la anandamida (AEA) y el 2-araquidonilglicerol (2-AG), los principales representantes que el cuerpo solo crea cuando es necesario, compuestos endógenos que pueden estimular los receptores de cannabinoides y que corrige el desequilibrio fisiológico.

Qué hace el sistema endocannabinoide

La finalidad es permitir que el cerebro pueda comunicarse con estas áreas, además de con el sistema digestivo e inmunológico. Además, otro de los principales objetivos es mantener la homeostasis, es decir, la armonía biológica y el equilibrio en el cuerpo en el que todos los órganos funcionan de forma óptima, en respuesta a los cambios en el entorno externo e interno del cuerpo. 

El sistema endocannabinoide está involucrado en el dolor, la inflamación, las disfunciones metabólicas y cardiovasculares, las respuestas inmunitarias generales (asma, alergia y artritis) y la expansión tumoral. Además, juega un papel importante en el funcionamiento de los sistemas nerviosos central, gastrointestinal, reproductivo, esquelético o metabólico.

Las investigaciones sobre este sistema nos dicen que vivir una vida mejor implica tener un sistema endocannabinoides vigilante porque este actúa como mediador en la regulación de la memoria y el aprendizaje, el apetito, la respuesta al estrés, la sensación de dolor, el estado de ánimo, el sueño o la inflamación. 

Así, el sistema endocannabinoide actuaría como una especie de software del sistema, lo que le permitiría realizar las funciones de forma efectiva. 

Qué ocurre cuando el sistema endocannabinoide no funciona bien

Como ya hemos comentado, el organismo produce sus propios cannabinoides, los endocannabinoides, para asegurar el equilibrio. Sin embargo, también puede estimularse por cannabinoides externos, como el cannabidiol o el D9-tetrahidronnabiol (THC). La interacción entre el THC y el CB1 es el que produciría el efecto psicoactivo de este compuesto.

Pero conforme avanza la investigación sobre el sistema endocannabinoide se empieza a hablar ya de la deficiencia endocannabinoide clínica, una teoría que advierte del carácter potencialmente patológico de que el tono endocannabinoide sea bajo.

Esto se ha relacionado con enfermedades crónicas como migrañas, fibromialgia o colon irritable. Estos trastornos compartirían puntos en común con una mayor sensibilidad al dolor o una mayor incidencia de ansiedad y depresión.

Pese a todo, se necesita más evidencia clínica sobre las posibles deficiencias de endocannabinoides, aunque empieza a quedar más claro que el cuidado de los endocannabinoides tiene un papel importante en conseguir un estilo de vida saludable.

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