Cómo luchar contra las 'agujetas visuales', según un oftalmólogo: “El uso de pantallas produce muchas alteraciones”

La fatiga ocular puede causar sequedad ocular, dolor de cabeza, visión borrosa y molestias oculares.

Marta Chavarrías

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Teléfonos, ordenadores portátiles, tabletas, televisores. Tanto si estamos trabajando, como si nos relajamos o incluso si socializamos, las pantallas son a veces el centro de nuestras actividades. Si bien la tecnología digital ha llegado para quedarse y es innegablemente útil, nuestros ojos pueden tener dificultades para mantener este ritmo. Porque, a diferencia de otros músculos del cuerpo, los ojos pocas veces tienen un descanso en un mundo lleno de pantallas. Esta concentración, sobre todo a corta distancia, puede afectar a nuestra visión y salud ocular con el tiempo.

¿Qué ocurre cuando nuestros ojos están delante de la pantalla?

 “El uso de las pantallas produce muchas alteraciones a nivel visual”, advierte el doctor Aitor Fernández, director médico de Padilla Oftalmología. Muchas personas experimentan fatiga ocular provocada por “el tiempo de exposición en el que tenemos contraído el músculo ciliar, que permite la acomodación y, por tanto, nos produce ‘agujetas visuales’”, afirma Fernández. 

La fatiga ocular puede causar sequedad ocular, dolor de cabeza, visión borrosa y molestias oculares. Y, aunque tienden a ser temporales, cuanto más tiempo pasamos frente a una pantalla, más tardan en desaparecer. Según la Asociación Americana de Optometría (American Optometric Association), quienes tienen mayor riesgo de experimentar síntomas de fatiga visual digital son quienes pasan dos o más horas seguidas frente a un ordenador u otro dispositivo todos los días.

El exceso de tiempo frente a las pantallas digitales también está relacionado con “la sequedad ocular con sensibilidad a la luz, así como la sensación de cuerpo extraño y el enrojecimiento ocular, que son también muy frecuentes”, explica Fernández. No debemos pasar por alto que “el abuso de las pantallas también puede favorecer la aparición y el aumento de la miopía en gente con predisposición”.

¿Y la luz azul? Suele pensarse que la luz azul de las pantallas es perjudicial para la vista. Sin embargo, para el especialista, “no hay evidencia de que esto sea así, aunque sí puede alterar el sueño y contribuir a la fatiga ocular por el tiempo de exposición, no por el color de la luz”, advierte Fernández.

Qué podemos hacer para proteger nuestra visión

Aunque es difícil aconsejar dejar los dispositivos para cuidar la vista, con unos cuantos cambios intencionados y un cuidado regular podemos proteger nuestros ojos en la era digital. Mantener una visión saludable requiere conciencia y equilibrio y las soluciones a los problemas de visión relacionados con las pantallas digitales son varias. En la mayoría de los casos, se pueden aliviar con un cuidado ocular regular y cambios en la forma de ver la pantalla. 

Para Fernández, es importante: 

  • Seguir la regla del 20/20/20: esto significa que al menos cada 20 minutos debemos tomarnos un descanso de 20 segundos y mirar algo o algún objeto que esté a seis metros (20 pies). “Esta regla ayuda a reducir la tensión del músculo ciliar y previene la fatiga visual acumulada”, afirma Fernández.
  • Hidratar con lágrimas artificiales o aumentar la frecuencia del parpadeo: esto nos ayudará a combatir la sequedad ocular, un problema común que sufren las personas que pasan largos periodos mirando fijamente las pantallas.
  • Ajustar el contraste y la luz de las pantallas: esto puede afectar de manera significativa los niveles de confort visual. Aumentar el tamaño o el contraste del texto puede hacer que el contenido sea más fácil de leer sin necesidad de forzar la vista. Además, las funciones como el modo noche “a partir de las nueve de la noche” también puede ayudar a reducir la exposición a la luz durante las horas de oscuridad.
  • Evitar reflejos continuos: los dispositivos con pantallas pueden causar deslumbramiento. Para reducirlo podemos considerar el uso de un filtro de pantalla mate. También nos puede ayudar ajustar el brillo y el contraste de la pantalla, así como atenuar la iluminación cerca de la pantalla.
  • Ajustar la distancia de las pantallas: el monitor debería estar a una distancia aproximada de 50-65 centímetros, en función del tamaño y las condiciones visuales, y la parte superior del monitor tiene que estar un poco por debajo del nivel de los ojos y la pantalla debe estar inclinada en un ángulo de 10-20 grados. Según explica Fernández, “debemos evitar acercarnos mucho, algo que puede ser un síntoma de error refractivo”.

Además de gestionar los hábitos frente a las pantallas, es esencial una medida más muy importante: pasar más tiempo al aire libre. Este tiempo que pasamos fuera no solo reduce el enfoque prolongado de cerca, sino que también minimiza el riesgo de desarrollar miopía. Como explica Fernández, “nosotros usamos, sobre todo para los niños, la frase ‘Menos tableta y más bicicleta’”.

El especialista concluye que la clave para proteger nuestra salud visual de las pantallas pasa por “gestionar el tiempo de exposición y la ergonomía; descansar cada cierto tiempo, mantener la pantalla a buena distancia, parpadear más y ajustar la iluminación. Esto reduce de forma clara la fatiga ocular sin necesidad de soluciones milagrosas”. 

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