Europa quiere prohibir llamar “hamburguesas” a las de carne vegetal
No es fácil moverse a través de los pasillos del supermercado, leer las etiquetas de los alimentos y entenderlas. Con frecuencia, algunas denominaciones generan más confusión que claridad al consumidor, especialmente cuando se habla de productos concretos y específicos. En el ámbito de la legislación alimentaria empiezan a plantearse cuestiones como si es justo llamar “hamburguesa” o “salchicha” un producto que no contiene carne.
Para algunos representantes del Parlamento Europeo no lo es. Aseguran que este tipo de denominaciones pueden confundir a los consumidores, haciéndoles creer que están consumiendo un producto cárnico cuando en realidad no contiene nada de carne. Por este motivo, han propuesto que, si un producto no contiene carne, no puede llamarse ni hamburguesa, ni salchicha, ni filete ni bistec. El pasado mes de abril, el Comité Agrícola del Parlamento Europeo aprobaba una enmienda al respeto como parte de una revisión de la Política Agrícola Común de la Unión Europea.
Discos vegetales por hamburguesas vegetarianas
Aunque de momento es solo eso, una propuesta, ya ha despertado algunos recelos y ciertas críticas. ¿Por qué el rechazo a las hamburguesas de tofu, por ejemplo? La dieta a base de vegetales está aumentando en Europa a medida que las opciones veganas y vegetarianas se generalizan. En el Reino Unido, un tercio de las personas han reducido o eliminado por completo el consumo de carne, según un estudio realizado en 2018. Esto es extensible al resto de países, lo que refleja un mayor interés hacia las alternativas de carne.
El Comité de Agricultura del Parlamento Europeo argumenta que los nombres de los productos de origen animal para alimentos de origen vegetal son engañosos para el consumidor. Conceptos como “hamburguesa vegetariana” dan a entender que se está adquiriendo un producto cárnico (por la denominación “hamburguesa”, asociada desde siempre a este tipo de productos). Por tanto, según esta propuesta, una hamburguesa vegetariana o un bistec vegetariano deberían cambiar de nombre.
Los parlamentarios, que sugieren el nombre de “disco vegetariano” para las hamburguesas y “tubos vegetarianos” para las salchichas. Aseguran que detrás de esta propuesta no hay la industria cárnica (con un supuesto interés por reducir el aumenta hacia la dieta vegetariana), cosa que no creen las organizaciones de promoción del veganismo..
La propuesta ha sido criticada por distintas organizaciones ecologistas, entre ellas la Sociedad Vegana británica, que no ha tardado en hacer llegar una carta a los europarlamentarios tachando de “medida irracional” la alternativa propuesta para la carne vegana cuando estas denominaciones llevan décadas utilizándose sin problema.
Para los ecologistas, este tipo de medidas nada tienen que ver con la protección del consumidor sino con la preocupación que genera a la industria cárnica el aumento de la demanda de productos veganos por encima de los cárnicos y lácteos. Otra duda que plantea la propuesta de denominación es que, lejos de ayudar al consumidor a identificar el producto, le crearía más confusión porque “no constituye un etiquetado claro de los alimentos, ya que no facilita la percepción del producto alimenticio en cuestión”.
Sin embargo, y aunque esta propuesta legislativa pueda parecer extraña, sí es verdad que muchas alternativas a la carne buscan replicar el sabor, la textura y el aspecto de los productos animales. Ante estas alternativas sin carne, ¿es fácil que el consumidor se confunda? La propuesta aún debe ser aprobada por el Parlamento Europeo en su totalidad. Una vez aprobada, el Consejo de Ministros tendría que negociarlo y acordarlo antes de convertirse en ley.
Precedentes
No es la primera vez que aparece una propuesta de estas características. Existen otros antecedentes de lo que ahora piden los legisladores. Los productores de lácteos fueron los primeros en alegar que los que vendían alimentos de origen vegetal usaban etiquetas engañosas como “manteca de tofu” o “queso vegetal”. En 2017, el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas dictaminó que términos como “leche”, “queso” y “mantequilla” deberían reservarse solo para los productos animales.
Esta propuesta prohíbe que las leches vegetales, por ejemplo, no se comercialicen bajo este nombre porque un producto que se vende como leche, cuando en realidad no contiene leche, sino que es puro vegetal, no debería estar permitido. Una propuesta es llamar este tipo de productos “bebidas vegetales” en lugar de “leches vegetales” y “alternativa al queso basada en las plantas” en lugar de “queso”.
Las normas europeas sobre la comercialización y el etiquetado y publicidad reservan el uso de la denominación “leche” solo al producto de origen animal; nombres como nata, mantequilla o yogur, solo a los productos lácteos. En su dictamen, el Tribunal de Luxemburgo no autoriza el uso de estas denominaciones para designar un producto puramente vegetal, aunque en el etiquetado se especifique y describa el origen vegetal del que se trata. Esto afecta a todos los productos de origen vegetal que se comercializan dentro de la Unión Europea.
Pero también contempla algunas excepciones; se permite en España la denominación “leche de almendras”, en el Reino Unido la de “coconut milk” (leche de coco) y en Francia “crème de riz” (harina de arroz). El tofu y la soja, sin embargo, no figuran en la lista de excepciones, por tanto, no pueden utilizarse para designar un producto puramente vegetal.
Desde la Organización Interprofesional Láctea (Inlac) recuerdan que “las bebidas vegetales no son leche y, por tanto, no deben venderse bajo la misma etiqueta. Ambos productos tienen una ”composición muy diferente“ y aseguran que las bebidas vegetales ”tienen un 40% menos de valor biológico que los lácteos y apenas aportan calcio“.
A pesar de que los cambios propuestos buscan acabar con la confusión del consumidor, un estudio realizado por el Consejo Internacional de Información Alimentaria (IFFC) demuestra que menos del 10% de los consumidores estadounidenses creen que las leches a base de vegetales contienen productos lácteos, lo que sugiere que de confusión poca, que el consumidor puede distinguir sin mucho problema entre los alimentos convencionales y sus homólogos veganos.
En Francia también se ha aprobado una enmienda a un proyecto de ley de agricultura que prohíbe el uso de términos como “bistec”, “filete” o “salchicha” para productos que no están compuestos de carne. Impone un sistema en el que no se contempla el uso de denominaciones como “filete de soja” o “carpaccio de seitán vegetal”.