Reunificar deudas: inconvenientes y (pocas) ventajas de la práctica financiera de moda
Con el panorama inflacionario existente, el aumento del precio del dinero y la consecuente escalada en los montos de las cuotas mensuales a pagar en caso de tener préstamos e hipotecas, se hace cada día más difícil para cientos de miles de personas en el Estado español devolver las deudas con la regularidad deseada.
Es así que la nueva subida de tipos del BCE llevará a un 20% de los hipotecados a superar la línea roja del endeudamiento, según el modelo de sensibilidad que el Banco de España presentó en el Congreso de los Diputados el pasado junio.
Con este contexto, para muchas familias deudas que antes se antojaban fáciles de devolver, como las de las tarjetas de crédito o los pequeños préstamos vacacionales, de consumo o de reformas, se están volviendo una pesadilla.
Por no hablar de aquellos núcleos familiares en los que pesa una hipoteca con interés variable fijo. La pasada semana conocimos que estas personas verán incrementadas sus cuotas como mínimo en 2.400 euros al año, y puede que en más si el Euribor vuelve a subir el mes que viene, como se presume.
La situación hace que, de este modo, donde antes no se percibían deudas, sino simples financiaciones, ahora se vean continuos e incontrolables agujeros en las cuentas mensuales tras cobrar el sueldo.
Se trata de una situación que puede llegar a ser muy desagradable, pues los cobros no suelen venir coordinados sino que cada uno tiene su ciclo, y ello nos impide planificar debidamente las financias familiares.
Ante esta situación, una de las soluciones de moda, sobre todo porque en internet abundan cada vez más las ofertas de entidades financieras, es la reunificación de las deudas en una sola.
Reunificación de la deuda: ¿en qué consiste?
La reunificación de la deuda consiste en convertir todas nuestras deudas en una sola, que se rija por un plazo de amortización y unos intereses que nos permitan poder pagar cada mes una cuota razonable que no merme nuestras finanzas a corto plazo. En otras palabras, que nos permita llegar a final de mes.
Para ello, una entidad financiera nos presta un dinero con el que cancelar todas nuestras deudas. A cambio, lógicamente, nos impone un periodo de amortización normalmente largo y un interés que variará según el tipo de préstamo que escojamos, y también según el monto total de nuestra deuda.
El objetivo es obtener una cuota mensual pagable a corto y medio plazo a cambio de pagar durante bastantes más años y con un interés a poder ser fijo, aunque sea más alto que la media de los que teníamos antes.
Por eso, las entidades proponen principalmente tres productos distintos:
- Préstamos: son los más accesibles siempre y cuando nuestra deuda reunificada no sea muy grande y nuestra solvencia este contrastada. A favor tienen que no precisan de ninguna garantía por impago. En contra, que el interés puede ser bastante más alto y el periodo de amortización más corto, por lo que las cuotas no serán bajas.
- Hipoteca: una opción en el otro extremo es pedir una hipoteca sobre alguno de nuestros bienes inmuebles, ya que de este modo podremos obtener un préstamo de plazos más largos y por un mayor volumen de deuda. Ahora bien, este tipo de productos se ofrecen pocos cuando se hace es a Interés superior a una hipoteca normal.
- Préstamo hipotecario: es un punto intermedio en el que ofrecemos nuestra vivienda como garantía hipotecaria del préstamo. De este modo, podemos obtener entre el 30 y el 40% del valor de mercado de la vivienda con un interés más o menos moderado y plazos más largos. Además, a diferencia de las hipotecas, si se trata de un producto ofertado por las entidades. Por descontado, la diferencia con respecto a los préstamos radica en que en caso de impago ponemos en riesgo nuestra vivienda.
Ventajas de la reunificación de deuda
La principal ventaja de la reunificación de la deuda radica en ganar tiempo para poder devolver el dinero de una forma sostenible mes a mes, además de hacerlo de un modo ordenado y en una sola cuota, es decir controlando los distintos pagos que de otro modo nos llegarían a lo largo del mes en diferentes días.
Es algo que resulta interesante casi únicamente a aquellas personas que tienen un número alto de deudas, pero que no son en sí mismas excesivamente elevadas, aunque sí resultan molestas al estar dispersas. En este caso, al reunificarlas podremos hacer ejercer un mayor control sobre ellas he incluso acceder a un monto mensual que las haga manejables.
Inconvenientes de la reunificación de deudas
La más obvia es que se trata de una solución muy cortoplacista. Con una reunificación de deuda no vamos a escapar a lo que teníamos que pagar en el total de nuestras deudas. Antes al contrario, vamos a terminar pagando más, y en algunos casos mucho más.
Así lo aclara el último estudio de reunificación de deuda de la Asociación de Usuarios Financieros, ASUFIN, financiado por el Ministerio de Consumo. En el mismo se han analizado las ofertas más relevantes de las distintas entidades financieras no bancarias que se promocionan en la red.
Reunificar puede suponer llegar a pagar un 350% más de lo que adeudábamos antes realizar esta operación
Siempre según esta asociación de usuarios, reunificar todas las deudas triplica el pago de intereses y amplía el plazo en décadas. Esto, en cálculos de la citada agrupación de consumidores, puede suponer llegar a pagar un 350% más de lo que adeudábamos antes de reunificar la deuda.
En su II Estudio de Reunificación (solo disponible para socios), un usuario pasaría de pagar 15.500 euros en intereses por una hipoteca y varias deudas contraídas, a pagar una cantidad superior a los 121.000 euros. También aumentaría el plazo de pago de la hipoteca desde 7,5 años a 30 o 40 años, en función de la oferta elegida.
No obstante, sin tener que acudir a este tipo de entidades financieras que retrata el estudio de ASUFIN, las alternativas que nos puedan conceder las entidades bancarias al uso, si es que lo hacen, también implican a largo plazo pagar más por el total de nuestra deuda, por lo que tampoco son realmente recomendables.
Como sobrevivir sin reunificar la deuda
Aunque en algunos hogares desgraciadamente en el futuro va a resultar complejo cubrir el total de pagos de deuda mensuales que se ciernen sobre ellos, en realidad solo la planificación y la austeridad son la solución.
Por un lado, conviene estudiar bien cuándo viene cada pago, así como cuánto es el monto total, el interés y cuando vence. Ante esta perspectiva, debemos planificar nuestra capacidad de gasto en productos esenciales cada mes y renunciar al resto, para ir devolviendo poco a poco las distintas deudas que tengamos.
Otra alternativa es intentar renegociar con los bancos para que aquellos préstamos que tengan un interés variable pasen a ser fijos, aunque en este caso el interés fijo que obtengamos será sustancialmente alto.
También la venta de algún ven bien patrimonial, si disponemos de él y ya sea un inmueble, joyas otros objetos que nos aporten liquidez, puede ayudarnos a frenar en seco el cómputo de las deudas sin tener que acudir a la reunificación y a la vez evitando la crecida del Euribor.
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