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Los seres humanos hacemos la historia en condiciones independientes de nuestra voluntad.

El PNV avisa

Andoni Ortuzar.

Javier Pérez Royo

'Quid pro quo' es expresión que se ha puesto de moda con el inicio de la investigación del presidente Trump por la Cámara de Representantes después de que se conociera su conversación telefónica con el presidente de Ucrania, en la que condicionó la entrega de ayuda militar ya aprobada a la investigación de la conducta del hijo del expresidente Biden, que puede ser su rival en las elecciones de 2020. Como es sabido, la investigación lleva camino de convertirse en una acusación formal de 'impeachment' contra el Presidente, que parece va a ser sometida a una votación preliminar esta misma semana en el pleno de la Cámara de Representantes.

En política nada o casi nada es gratis. Si se solicita algo, siempre o casi siempre es a cambio de algo. Lo que se solicita a cambio de lo que se ofrece puede ser no solo legal, sino completamente legítimo, o puede no serlo, como parece ser el caso del 'quid pro quo' del presidente Trump en su conversación con el presidente de Ucrania.

¿De qué naturaleza es la “abstención patriótica”, en expresión de Andoni Ortuzar, que el presidente Pedro Sánchez le está pidiendo al PP? ¿Qué está ofreciendo a cambio? O ¿es que espera conseguirlo sin pacto alguno, sin 'quid pro quo'?

¿Se trata de iniciar una suerte de “convención constitucional”, es decir, de una norma no escrita, pero de obligado cumplimiento, que consistiría en que el partido de gobierno de España, sea de izquierda o de derecha, que obtenga mayor número de escaños contará para la investidura con la abstención del otro siempre que sea necesario? ¿Se está proponiendo una reconstrucción del bipartidismo adaptado a las circunstancias actuales? Ya que, desde 2015, ninguno de los dos partidos que han dirigido el país desde la entrada en vigor de la Constitución, dispone de una mayoría suficiente para alcanzar la investidura en solitario, ¿debe abstenerse el que ha tenido menos escaños, a fin de que la investidura no dependa de los partidos menores, que o son nacionalistas o no han sido nunca partidos de gobierno y no son fiables, en consecuencia, para ocupar un lugar en el Consejo de Ministros? ¿Hoy por mí, mañana por ti? ¿Es una promesa de abstención socialista futura a cambio de una abstención popular en la legislatura que está a punto de empezar lo que Pedro Sánchez está ofreciendo?

Tras la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno y que fue posible porque Mariano Rajoy había sido investido presidente con la abstención del PSOE, desvinculándose de esta manera la mayoría de investidura de la mayoría de gobierno, parecía que una alternativa como esta había quedado descartada para siempre. Con base en la abstención se puede conseguir la investidura, pero no se puede gobernar. Para gobernar hay que disponer de una mayoría parlamentaria que permita aprobar leyes y presupuestos. Eso no se consigue con la abstención en la investidura. 

Incomprensiblemente, Pedro Sánchez se ha empeñado en no entenderlo así. Él debería saber por propia experiencia, que la investidura a través de la abstención no funciona. El 'quid pro quo' que propone al PP es absurdo. Después de la experiencia del 28A, no es razonable que tenga la menor duda al respecto.

La solicitud de “abstención patriótica” no es ni ilegal, ni ilegítima. Es sencillamente imposible. Andoni Ortuzar se lo acaba de decir en declaraciones que han sido recogidas en la mayor parte de los medios de comunicación. No es compatible dirigirse al PP para la investidura y al PNV y otros partidos, de izquierda o nacionalistas, para gobernar. Pedro Sánchez tiene que dejar claro con quién quiere gobernar. Y tiene que hacerlo ya. Los ciudadanos deberían saber en el momento de acudir a las urnas con quién estaría dispuesto a gobernar el PSOE, si no dispusiera de mayoría suficiente para hacerlo en solitario.

El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Pareciera que Pedro Sánchez está dispuesto a confirmarlo. Después de la experiencia de la breve legislatura pasada, debería haberse sacado la idea de la “abstención patriótica” de la cabeza. Da la impresión de que no es así y que todavía fantasea con la posibilidad de la misma,

No lo va a conseguir. Y lo que es peor: va a provocar una desmovilización del electorado de izquierda, por un lado, y un rebote por parte de partidos, como el PNV, que no solamente no entienden dicha conducta, sino que se sienten menospreciados con ella. Las declaraciones de Antoni Ortuzar a las que antes me he referido, no pueden ser más claras. 

El aviso está dado. Y está dado por quien, con su trayectoria, tiene legitimidad para hacerlo. En manos del presidente Sánchez está atenderlo y no hacerse ilusiones ni con la abstención del PP, ni, dicho sea de paso, con la encuesta del CIS.

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