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'Corporate': cuando el primer factor de riesgo laboral son los Recursos Humanos

Céline Sallette interpreta a Emilie, una ejecutiva ambiciosa al frente de Recursos Humanos

Rubén Lardín

Una cartela de apertura aclara que la película no está basada en hechos reales a la vez que nos garantiza que no hay nada ficticio en los procedimientos administrativos que se muestran en pantalla.

Los hechos tal vez no, pero la inspiración para Corporate, ópera prima del francés Nicolas Silhol, sí está tomada del enorme escándalo protagonizado por France Télécom, operadora de telefonía hoy conocida como Orange que a finales de la década pasada indujo al suicidio a un sinnúmero de sus trabajadores.

Crimen y castigo

Corporate, que empieza con las imágenes de un vídeo doméstico en el que varios empleados cuajan el corporativismo mientras comparten un brunch, una summer party o tal vez un afterwork, dedica su metraje a presentar el despliegue escalofriante de hipocresía del que es capaz toda gran empresa cuando se ve acorralada. Pero señala también la responsabilidad de cada uno de los individuos que se constituyen en cómplices a cambio de un salario.

Uno de esos personajes es Emilie, la ejecutiva ambiciosa y sin escrúpulos al frente del departamento de Recursos Humanos de una multinacional en la que el beneficio a cualquier precio es la consigna.

Entre sus tareas encomendadas está el crear condiciones adversas a los trabajadores prescindibles para que acaben por presentar su renuncia voluntaria, ahorrándole así a la empresa los gastos y las implicaciones legales, pero sobre todo el desgaste de imagen, que supondría un despido masivo. Cuando uno de esos trabajadores decida ejercer su derecho al suicidio en público, Emilie verá en riesgo no solo su puesto sino su porvenir.

Veintisiete letras perversas

Cualquier entorno donde se haga uso de la palabra proactivo está indicando que allí ha hecho nido el demonio. Proactivo, sinergia, zona de confort, branding personal, team building, gestión de las emociones, capacidad dinámica, ¡coaching! La cháchara empresarial tiende a servirse de eufemismos, incorpora anglicismos y acrónimos a manta y acuña expresiones carentes de sentido como astucias para anular a los individuos mientras los seduce y los hace sentir parte.

Durante una escena de desayuno familiar contaminada de cine yanqui, el hijo de Emilie recita de carrerilla un poema de Robert Desnos. Se trata de C’était un bon copain, un homenaje del poeta a un amigo muerto que se aprende en las escuelas francesas y que cautiva a los niños con su abundancia de juegos de palabras.

La cita no es gratuita: Corporate es una película sobre el lenguaje. Sobre su uso interesado (por otra parte el único que admite) y sobre aquellos individuos y organizaciones capaces de llevar al extremo las más abyectas prácticas de manipulación dialéctica.

La ética por montera

La película, que carece de discurso estético, flaquea en el ético y se pone algo didáctica en su último tercio, cuando se somete a los requerimientos del cine comercial y le ofrece la posibilidad de redención a su protagonista. Una cobarde psicópata en traje-chaqueta, víctima de un ataque de pánico que el guión, muy torpemente, trata de hacer pasar por toma de conciencia.

Corporate es pura demagogia filmada pero eso no invalida el retrato que hace de conductas y estereotipos rastreros no solo legitimados sino prestigiados por el sistema.

Se trata, en última instancia, de un thriller estacionario de planos y contraplanos al que tal vez le falta mundo y habilidad para construir en un único personaje a la víctima y al verdugo, pero que deja entrever que su primera intención era hablarnos de la destrucción de los individuos.Y no de aquellos que se quitan la vida sino de los que la entregan. De esos hombres y mujeres que justifican su vileza en el hecho de estar haciendo su trabajo y, lo que es peor, de estar haciéndolo bien.

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