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'En un rayo de sol', una reflexión desde otra galaxia sobre el amor lésbico y la sororidad

Ilustración de Tillie Walden para 'En un rayo de sol'

Francesc Miró

Con Piruetas, Tillie Walden entró como un elefante en una cacharrería en el panorama de autoras de la novela gráfica independiente actual. Cierto que contaba con un premio Ignatz por The End of Summer y una nominación a los Eisner con I Love This Part –ambas inéditas en España–, pero no fue hasta publicar su monumental obra autobiográfica que no saltó al terreno internacional. Y con ella aconteció ese extraño fenómeno que sucede cuando crítica y público responden al unísono al mismo estímulo cultural. 

Se trataba de una novela gráfica prácticamente confesional en la que recorría su pasado como un coming of age sorprendente por su madurez y su inteligente lenguaje intergeneracional con perspectiva LGBTIQ. Narraba los años que se dedicó profesionalmente al patinaje artístico, su salida del armario, su adolescencia, el bullying que sufrió, cómo lo gestionó su familia y como vivió su primera relación.

Ahora llega a nuestro país una obra muy distinta a aquella, pero con algo en común: una inteligencia emocional desbordante a la hora de plantear el acercamiento y desarrollo de unos personajes que parecen reflejo distorsionado de una generación en busca de sus verdades. Más ambiciosa en lo formal y en lo temático, En un rayo de sol se nos descubre como una epopeya espacial a la vez que romance lésbico. Una obra compleja y fascinante que confirma a Walden como una voz imprescindible en el mundo del cómic de autor actual.

La galaxia entre tú y tus seres queridos

En un rayo de sol empezó a publicarse como webcómic en 2016 de forma gratuita y abierta. Y no le costó generar una comunidad de fans que seguían el desarrollo de una historia un tanto peculiar por su tono y su nada pretenciosa originalidad. Fue nominado al mejor webcómic en los Eisner de 2017, y en 2018 tomó forma corpórea de la mano del sello especializado First Second Books. En España, la editorial La Cúpula se ha encargado de publicar sus extensos volúmenes, cuya parte final llega ahora a nuestras estanterías.

Mia es una joven normal y corriente que no sabe lo que quiere hacer con su vida. Pero sí sabe que quiere pasar página, construir un 'yo' adulto que deje atrás una adolescencia complicada. Tal es su ansia por encontrar nuevos caminos por recorrer que decide embarcarse en un trabajo para el que no tiene ninguna formación: restauradora de edificios antiguos. Solo que Mia no vive en nuestro planeta, sino en un universo en el que hay infinidad de planetas habitados.

Inspirando su título en Asleep on a Sunbeam de Belle and Sebastian, Walden propone un acercamiento a la ciencia ficción en viñetas que no busca parecerse a nada, pero en el que podemos reconocer ecos de las construcciones de Moebius o el diseño de mundos olvidados del Hayao Miyazaki de Nausicaä del Valle del viento o El castillo en el cielo.

El de En un rayo de sol es un espacio en el que las naves son peces gigantes, los planetas están llenos de restos de civilizaciones pretéritas y las personas, pequeñas figuras que vagan en ellos como si fueran sombras humanas sacadas de los paisajes enigmáticos de Giorgio de Chirico

En este decorado, este fondo en el que la reconocida pasión por la arquitectura de su autora llena las viñetas de momentos contemplativos y cautivadores, la novela gráfica opta por desarrollar un drama intimista. Lejos de las aventuras space-opera o el ruido de las batallas de herencia warsie, Tillie Walden plantea un relato que se va transformando de aventura adolescente en sólido drama LGTBIQ.

Esta es una historia de viajes espaciales, sí, pero sobre todo es la historia de una joven que se atrevió a salir del armario con un una chica que, de repente, desapareció de su vida. También es la exploración de la ausencia del ser querido como caldo de cultivo de la soledad y el aislamiento. Y la sororidad y la empatía como refugio y bálsamo reparador.

Una mirada emocional a la ciencia ficción

“Lo más cerca que he estado nunca de la ciencia ficción fue tener de pequeña un peluche de E.T.”, confesaba la propia Walden en la web en la que publicaba sus historietas. “Lo que quiero decir es que no sé nada sobre el género o la mecánica real de la vida en el espacio. [...] Y sin embargo, he hecho un libro de ciencia ficción”. 

Con la aparente sencillez de sus palabras, la autora norteamericana cumplía un doble objetivo: desmarcarse de la narrativa mainstream del género y abrazar casi cualquier posibilidad que este pudiese darle para una historia 100% Walden.

El acercamiento desprejuiciado al género, su tratamiento sin ningún tipo de 'deuda' con el mismo y sus referentes le permitía hacer un tipo de historia en la que se sintiese cómoda. Una historia de un amor homosexual adolescente entre restauradoras de arte parece una opción tan válida como cualquier otra en sus manos. 

“Vi fragmentos de todas las grandes películas espaciales populares y siempre me aburrieron. ¿Por qué están tan llenas de pasillos blancos y hombres blancos?”, decía la artista de Texas. “Empecé con En un rayo de sol sin ningún plan. Mi objetivo era crear una versión del espacio exterior en el que me gustaría vivir. Así que, por supuesto, eso incluye toneladas de personas raras, ningún hombre –¿te has fijado?–, árboles, edificios antiguos y constelaciones sin fin”.

Su acercamiento feminista y con perspectiva LGTBIQ al espacio exterior contribuye al aire fresco que En un rayo de sol  supone en lo puramente narrativo. Las distancias marcadas con lo socialmente heteronormativo, la recreación de una sociedad matriarcal y  la presencia constante de una comprensión no binaria del género enriquecen su universo de forma orgánica y sorprendente.

Sus personajes se mantienen siempre en un nivel de complicidad con el lector que exige de una desarrollada inteligencia emocional y una competencia en temas de género. Sin ellos puede ser complicado empatizar con los dramas de sus personajes. “La madurez en este mundo se mide por la competencia emocional, la comprensión, el consentimiento y el respeto”, decía la crítica de cómics Caitlín Rosberg en The A.V. Club.

Todo contribuye a crear un mundo muy particular en el que uno bien puede encontrarse con diálogos hilarantes o situaciones cómicodramáticas cercanas a Mi experiencia lesbiana con la soledad de Kabi Nagata. Pero también sorprenderse con una expresividad fundada en el detalle, en el mínimo trazo en la esquina de la viñeta que tanto influían en el desarrollo de la narración de la monumental Fun Home de Alison Bechdel.

En tanto que fondo y forma van unificando criterios, En un rayo de sol evoluciona desde la historia algo arquetípica de adolescencia difícil y sueños truncados, a un viaje espacial absolutamente cautivador. Y lo hace arriesgando cada vez más en su apuesta por un dibujo casi expresionista en su uso del color y una historia cada vez más madura y más compleja en su manejo de las emociones.

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