Barcelona: qué nos depara Sant Jordi 2015

La leyenda cuenta que, hace muchos años, un pequeño pueblo de Cataluña llamado Montblanc estaba acosado por un terrible dragón de hambre insaciable y afán destructor. Los lugareños decidieron calmar al bicho mediante un sacrificio y organizaron una tómbola ligeramente macabra: cada día se haría un sorteo y al que le tocase la papeleta sería ofrecido al dragón como muestra de buena voluntad para con él. Todo parecía funcionar hasta que un día le llegó la hora a la hija del rey que, sorprendentemente, también participaba en aquella ruleta rusa. Cuando el animal estaba a punto de comérsela, apareció un caballero galopante que mató con una lanza al dragón: de su sangre nació una rosa roja. El salvador era Sant Jordi quien con esta hazaña se convirtió en patrón de Cataluña.

Esta fábula es la que explica que el día del patrón de la comunidad, el 23 de abril, se regale una rosa. A principios del siglo XX, el Gremio de Libreros y la Cámara Oficial del Libro, se dieron cuenta que en esa fecha habían muerto un montón de escritores famosos como: William Shakespeare, Miguel de Cervantes o Garcilaso de la Vega, así que decidieron que ese sería también el día de la fiesta del libro.

De esa unión del imaginario emocional y la visión comercial nació la fiesta de la rosa y el libro, en el que las personas regalan a sus seres queridos estos dos productos [versión oficial del Ayuntamiento, a pie de calle las rosas son más bien para las mujeres, lo que puede dar lugar a diversas interpretaciones]. Bastantes años más tarde, en 1995, la UNESCO declaró esa fecha el Día Internacional del Libro y los Derechos de Autor en honor a la muerte de Cervantes y Shakespeare.

Barcelona, el ojo del huracán

Barcelona, el ojo del huracánLibreros y editoriales sacan sus libros a la calle. Los escritores van pasando por diferentes puestos para firmar sus volúmenes. Las floristerías preparan cientos de rosas rojas para poner a la venta; las pastelerías y panaderías venden dragones de chocolate, rosas de azúcar, un pan de queso y sobrasada que representan la senyera. Las tiendas de souvenirs ofrecen llaveros y demás objetos conmemorativos de Cataluña. Asimismo se organizan bancos de donación de sangre por la ciudad (por aquello del dragón) y “puertas abiertas” de diferentes edificios municipales.

Para las personas poco amantes de las multitudes el centro de Barcelona puede suponer un infierno. En toda la comunidad (y en otras como Baleares o Valencia) se siguen los mismos patrones de celebración pero es la capital catalana la que acoge el grueso de la fiesta. La combinación de habitantes, turistas, paseantes ocasionales y fans de escritores atestan sus calles principales en una especie de delirio de consumo. El sector editorial puede vender alrededor del 8% de su facturación anual ese día (el año pasado se recaudaron unos 19 millones de euros). Las floristerías también se ven beneficiadas por la fiesta: según Mercabarna este año prevén que se venderá el 30% de la facturación anual de rosas.

Claves para la supervivencia

Claves para la supervivenciaUn dato importante a tener en cuenta es que el día 23 de abril es laborable para todo el mundo, no sólo para librerías, panaderías y floristas. Por lo tanto, las horas de mayor confluencia de personas suelen ser el mediodía (habrá quien aproveche para darse una vuelta a la hora de comer) y la tarde, especialmente a partir de las 18:00 horas, que es cuando mucha de la gente sale de trabajar. Así que las personas que tengan el día libre, no trabajen, tengan horarios flexibles, etcétera. pueden aprovechar la mañana o las primeras horas de la tarde para salir a la calle. Que nadie se espere encontrárselas vacías, pero quizás un poco menos congestionadas sí. Otro dato: Ken Follet, María Dueñas, Javier Cercas, Jorge Bucay o Federico Moccia [entre otros muchos Best Sellers] estarán haciendo ruta de dedicatorias por la ciudad: allá donde estén habrá colas inenarrables.

También hay opciones más allá del tumulto de Paseo de Gracia o Portal De L'Àngel. Por ejemplo, el #OffSant Jordi, un evento paralelo a la Diada oficial. De las 11:00 a las 23:00 pasarán por la galería Mutuo (Carrer de Julià Portet, 5, Bajos 1 y 2) autores como Juanjo Sáez, Miguel Noguera, Jorge Carrión, Jordi Nopca, Riot Über Alles, Ben Brooks o María Rodés para estampar su autógrafo; la Llibería Calders venderá libros de actualidad seleccionados bajo su escrupuloso criterio y la marca de objetos literarios It’s Written, además de ofrecer sus productos, presentará una nueva camiseta inspirada en una cita de Honoré de Balzac con diseño de Paula Bonet. Aunque es posible que el programa atraiga a muchas personas, el ambiente se prevé más distendido que el de la calle.

Otra actividad interesante es la que se llevará a cabo en algunas bibliotecas de la ciudad: el mercado de intercambio de libros de segunda mano, para aquellos y aquellas que no quiera participar del consumo que implica esta fiesta pero sí de la celebración de la literatura. Por su parte, la Fundación Blueproject (calle Princesa, 57) también organiza un mercadillo en el que cualquier interesado puede exponer su trabajo artístico o editorial, como fanzines, láminas o libros. Además, dentro del evento, a las 19:00 horas habrá un concierto titulado Improvisación a tres en el que actuarán Liba Vilavecchia (saxofón), Nuno Rebelo (guitarra preparada y electrónica) y Eugene Martynec, Intergalactic Ratolí (electrónica en tiempo real).

Los melómanos también tienen su espacio exclusivo: la Antigua Fábrica Damm organiza 14 conciertos y firma de discos y libros centrados en la música. Entre los grupos que actuarán están Blaumut, Sidonie, Nuria Graham o Anna Roig y entre los autores que estarán firmando se encuentran David Carabén o Pau Riba ¿Habrá mucha gente? El local es muy grande y está algo apartado del centro, así que es posible que no atraiga a la multitud al mismo tiempo y si lo hace, hay metros cuadrados para que se distribuya.

Pese a las reticencias que pueda suscitar la fiesta lo cierto es que es un día en el que hay un ambiente alegre en las calles y, al fin y al cabo, no deja de ser una celebración de la literatura. Para disfrutarla sólo hay que escoger un itinerario que se ajuste a las preferencias personales y lanzarse a la aventura.