Oques Grasses, de las fiestas mayores a llenar 4 estadios para hacer historia en catalán

Guillermo Cabellos

Barcelona, 19 nov (EFE).- Oques Grasses acaba de colgar el cartel de todo vendido para las 220.000 entradas de sus cuatro conciertos en el Estadi Olímpic de Barcelona, todo un hito en la historia de la música en catalán que se explica por sus melodías festivas, la conexión de sus letras con el público y un adiós definitivo tras catorce años de actuaciones en fiestas mayores y festivales.

Hace apenas diez días, el domingo 9 de noviembre, Oques Grasses publicó un vídeo en su cuenta de Instagram en el que anunciaban que el 10 de octubre de 2026 darían su último concierto en el Estadi Olímpic Lluís Companys de Barcelona.

En un principio, la apuesta parecía arriesgada, ya que el Lluís Companys, escenario de grandes giras de artistas internacionales y de unas pocas actuaciones de estrellas españolas, nunca se había llenado con un grupo o artista cantando en catalán.

Esta primera duda, sin embargo, quedó sepultada en tan solo 21 minutos, los que tardaron en vender las 55.000 localidades del recinto, algo completamente inaudito en la historia de la música en catalán.

220.000 entradas en tiempo récord

“Nadie en la empresa se esperaba que las entradas se vendieran tan rápido”, comentan al respecto desde The Project, promotora del evento, que programó una segunda fecha que se agotó en 19 minutos y, posteriormente, dos conciertos más que también se llenaron rápidamente, “para intentar que todo el mundo que quisiera estar en este momento histórico pudiera asistir, pese al riesgo de que pudieran sobrar entradas”.

“Teníamos la aspiración de llenar un Estadi. Pero el público de Oques Grasses se ha superado a sí mismo y su pasión nos ha ido invitando a reflexionar sobre la ampliación de fechas”, han dicho a EFE los responsables del sello Halley Records, quienes trabajan con la banda desde 2019.

Con estos cuatro conciertos en el Estadi Olímpic, Oques Grasses congregará a 220.000 personas alrededor de su música, algo que en cifras totales solo se puede comparar e incluso supera al mítico concierto de Lluís Llach en el Camp Nou de 1985, que contó con más de 100.000 asistentes.

Además, la banda de Osona empata a Coldplay como único grupo en llenar cuatro fechas el Lluís Companys, mientras que dejan lejos a estrellas catalanas como Estopa y Aitana, quienes recientemente –en julio de 2024 y julio de 2025, respectivamente– han llenado un Estadi Olímpic.

Para el periodista Sergi Núñez, redactor de la revista Enderrock, la principal publicación especializada en música en catalán, el éxito de convocatoria para esta despedida se puede explicar, en parte, en que la banda ha concentrado sus actuaciones en un único lugar, lo que lleva a que los fans acudan en masa para un último baile con Oques Grasses.

“Su música es festiva y a la vez tiene este punto épico, lo que encaja con grandes recintos, sobre todo a partir del cuarto disco, 'Fans del Sol' (2019)”, comenta el periodista, a lo que agrega que “es un grupo intergeneracional porque sus letras son profundas, como se da en 'La gent que estimo' o 'Sort de tu', pero a la vez son blancas y aptas para los niños”.

Otro punto que detecta Núñez es el anuncio de su adiós, algo que relaciona con el tan presente “miedo a perderse algo”, lo que ha contribuido a que los seguidores de Oques Grasses compraran en masa entradas para acudir a una cita que ven histórica.

Además, el grupo, forjado en fiestas mayores y festivales, los dos mayores escaparates para las bandas catalanas, ha ido disminuyendo sus conciertos y seleccionando cada vez con mayor precisión los escenarios en los que aparecía, dejando así ávidos de su música a muchos fans.

En lo que respecta al legado, el periodista de Enderrock tiene claro que su mayor logro es el haber “normalizado hacer música en catalán”.

“Su éxito supone, básicamente, que se puede hacer música de masas y muy 'mainstream' en catalán. Muestran que el catalán no es un circuito cerrado o hermético, sino que es una música que puede mover grandes masas, como puede hacer la música en castellano o en inglés”, sigue Núñez, quien no obstante ve “muy difícil, si no imposible” que alguna banda replique un éxito similar.