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ENTREVISTA

Los Zigarros: “Es muy descarado que llevemos un año sin poder tocar y los centros comerciales estén llenísimos”

Ovidio Tormo y Álvaro Tormo, Los Zigarros

Ricardo Grande / Eva Brunner

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Mucho han cambiado las cosas desde finales de los años 90, cuando Ovidi Tormo y su hermano Álvaro empezaron a montar bandas de rock. El apodo de “Cigarros” —por su pelo rubio y complexión delgada— les venía de chavales, pero aún quedaban años para que llegara la Z con la que Los Zigarros han ido conquistando posiciones. A base de pisar mucho escenario, se han ganado un estatus que les permite invitar a las tablas a colegas como Fito, Carlos Tarque, Leiva, Ariel Rot, Aurora García o su productor, el guitarrista Carlos Raya. Para inmortalizar los dos llenos absolutos que protagonizaron en el Circo Price, los valencianos rescatan el título de una de sus canciones para bautizar su nuevo lanzamiento: ¿Qué demonios hago yo aquí? Directo desde Madrid

Asumiendo a rajatabla ese manual de estilo de rock 'n' roll que arranca con Chuck Berry, le debe mucho a The Rolling Stones y trae a la mente a bandas como Tequila o Burning, Los Zigarros tocarán en la La Riviera (Madrid) el 26 de diciembre para presentar su nuevo CD/DVD. Ovidi, cantante, guitarrista y compositor de la banda, cuenta por teléfono a elDiario.es la razón de ser de un disco grabado con amigos y que es una celebración del rock 'n' roll, incluso en tiempos de pandemia.

¿Qué se siente al salir al escenario del circo Price, ver que está lleno y saber que lo que pase ahí va a quedar inmortalizado?

Eso fue muy fuerte. El sitio era acojonante, brutal. Nosotros no habíamos grabado nunca un DVD. Además grabamos con ídolos a los que admiramos muchísimo y con los que hemos crecido como Fito, Tarque o Ariel Rot. También con amigos que nos hemos ido encontrando por el camino como Leiva, Ángel Vera o Aurora García. Pero bueno, no lo recuerdo como algo especialmente estresante, fue todo muy natural. Llevábamos un año de gira muy potente tocando ese repertorio. En los ensayos, las canciones de los colaboradores cuadraban muy bien. Al final, dentro de la importancia que tenía, lo pudimos disfrutar, que era lo importante.

¿Recuerda sus primeros conciertos? 

Perfectamente. El primero fue en Madrid en la sala Moby Dick. Fue una presentación para medios. Recuerdo que vinieron un poco los mismos que ahora han grabado el DVD con nosotros, pero aún no nos conocíamos. Estuvo Fito, Quique González… un montón de gente para ver el nuevo grupo de rock que había fichado Universal, que era un poco la promesa y no sé qué y no sé cuál. Pero ahí éramos muy pollos todavía y cuando me imagino ese momento, ¡me da una vergüenza…! Ahora la banda es un mega cañón. En ese momento, todo era mucho más inocente. 

¿Cómo surgieron las colaboraciones con Leiva, Fito, Tarque y demás?

Lo que queríamos era colaborar con gente con la que tuviéramos relación. No queríamos tirar de teléfono y llamar alguien con el que nunca coincidimos. Esa era la premisa. Siempre lo ha sido, desde el primer día.  

Por estar con Universal siempre hemos tenido la posibilidad de colaborar con mucha gente famosa, digamos. Pero siempre dijimos que no. Hicimos tres discos nosotros solos, sin colaboraciones de ningún tipo para intentar encontrar nuestro sitio por nuestros propios esfuerzos. Hasta que llegó el momento de decir “joder, vamos a darnos un gustazo y a grabar un DVD”. Ahí, llamamos a los amigos: Fito, que es un amor, la mejor persona; Tarque, que es de nuestra pandilla en el pueblo; Leiva, con el que compartimos todo y tenemos la banda de versiones Gran Cañón; Carlos Raya, que es el quinto Zigarro y productor; Ariel Rot, que es amigo y nos invitó a grabar un par de temas para su último disco; Aurora, que es amiga y ha cantado muchos temas con nosotros; y Ángel, que toca la armónica conmigo desde hace 15 años. Todo el mundo es muy cercano. Lo que queríamos era eso: celebrar el rock 'n' roll y el fin de la primera etapa de Los Zigarros con amigos. 

A la hora de componer, ¿es difícil escribir algo nuevo sin salirse del rock 'n' roll?

Yo diría que es difícil escribir algo nuevo y punto. Sea en el rock 'n' roll o donde sea. El objetivo en nuestro caso no es tanto escribir algo nuevo, sino que nos mole. Luego, si le gusta a la gente, es la hostia. Pero es clave que te guste a ti primero. 

El rock como forma artística está inventado desde hace 60 años; lo nuevo son las aproximaciones a él. Las canciones pueden ser muy similares, las puedes vestir o abordar de muchas maneras, pero en el fondo una canción es siempre una canción: empieza, estrofa, estribillo, solo y acaba. En ese marco tienes que hacer algo. Se trata de aportar lo tuyo y lo único distinto que puedes aportar es lo que tienes tú, que no tiene el otro. Es así en las canciones y en la vida. La música la comparo siempre con la comida: todos sabemos con qué se puede combinar el arroz, pero la diferencia es hacerlo a tu manera y que esté bueno. 

¿Han tenido algún momento en su carrera en el que realmente se hayan preguntado “¿Qué demonios hago yo aquí?”

Es una pregunta que te la podrías hacer en cualquier momento de la vida. Yo me la hago continuamente. Le pusimos ese título al disco principalmente porque mi hermano y yo, que siempre hemos seguido el camino de la música y el rock 'n' roll, nos acordábamos de cuando estábamos en nuestro cuarto escuchando a Nirvana y todo estaba muy en contra. Y de repente, 25 años después nos vemos con Los Zigarros triunfando en un escenario acompañados de gente muy importante. En ese momento, te preguntas: ¿qué demonios hago yo aquí? Es muy psicodélico, muy fuerte pensarlo. 

El disco arranca con Apaga la radio, ¿sienten que los medios no tienen en cuenta a las bandas de rock? 

Sentimos que los grandes medios no tienen en cuenta la cultura en general. Yo creo que la radio debería ser un altavoz de lo que pasa en el país, la ciudad y en el pueblo. Esa debería ser su meta. 

Cuando me preguntan '¿cómo está el rock 'n' roll en este país?', digo que el rock 'n' roll está siempre bien. Llevamos ensayando en locales industriales toda nuestra vida y siempre están llenos de bandas de rock 'n' roll. Lo que pasa es que los grandes medios no les hacen ni puto caso. En la televisión no hay casi programas de música: está Buenafuente, que lleva toda la vida apoyando la música, La hora musa o Un país para escucharlo, de Ariel Rot. Pero ya no ves un solo de guitarra en la tele ni apenas músicos, salvo contadísimas excepciones. Los grandes medios de comunicación son basura, eso es obvio y todo el mundo lo sabe. No reflejan la realidad. Por ejemplo, en este país tenemos un hip hop extraordinario que es absolutamente underground. Eso es un crimen, no lo puedo entender. En EEUU, Francia, o Inglaterra la música es una industria enorme y aquí no se le hace caso ni al flamenco.

¿Cómo sobrevive una banda en época de pandemia sin directos? 

Depende de la banda, claro. En nuestro equipo, que somos nueve, hay gente que ha tenido que buscarse la vida un poco por fuera del mundo musical. Mi hermano y yo, por ejemplo, tenemos bandas de versiones y tocamos en bares. Ahora parece que todo se normaliza un poco y que podremos tocar en el 2021, pero la situación no está muy bien, la verdad. 

Me parece terrorífica la gestión que han hecho con nuestro sector. El otro día fuimos a tocar a Canarias, el único concierto que hemos dado desde enero, y seguimos el protocolo al pie de la letra. Es curioso, porque justo enfrente había un centro comercial y estaba llenísimo. Obviamente nadie puede con Zara o Mango, pero es muy descarado que nosotros llevemos un año sin poder trabajar y el centro comercial esté como si nada. Es un poco putada, la verdad. 

¿Qué medida cree que se podrían haber tomado para que os sintierais más respaldados? 

Por ejemplo, se pueden hacer conciertos de otra manera. Es muy sencillo. No hace falta que sean a las 12 de la noche y tomando cubatas. En el auditorio de Canarias, tocamos a las 21:00 horas, salimos a las 22:30 y allí no se contagió nadie, os lo puedo asegurar. Ese modelo de concierto se podría haber aplicado al resto de ciudades, pero hacen falta políticos que piensen en alternativas. Lo fácil es decir 'no se puede hacer nada, todo cerrado'. El mundo de la cultura estamos siendo 100% ninguneados.

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