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Cannabis terapéutico: aceites y cremas para un uso medicinal que se abre paso

Exterior del comercio de CBD en Valencia

Laura Martínez

Valencia —

“Aquí está prohibido hablar de fumar. Esto no es para uso lúdico”. Es una de las máximas de J., responsable de All CBD, uno de los pocos comercios de cannabis para uso medicinal, situado en una céntrica calle de Valencia. El propietario del local, que aterrizó en la capital valenciana en agosto, tiene ya cerca de una cincuentena de clientes fijos.

Lejos del aspecto que se presupone a una tienda de derivados cannábicos, el local es luminoso, diáfano y está lleno de productos cosméticos. Una mujer joven entra buscando un aceite para su padre, que sufre de dolores articulares; otro chico acude buscando flores para infusionar y una tercera, curiosa, pasa por la puerta para recoger un folleto.

All CBD, como se llama el local, está especializado en el uso de los cannabinoides no psicoactivos. Es decir, el cannabis con un nivel de THC inferior al 0,2%. Los cogollos de CBD no producen efectos psicoactivos pero sí antinflamatorios, antidepresivos o ansiolíticos, recalca un folleto que facilita el propietario. Estas cepas se han obtenido a base de modificar cultivos y conseguir unos niveles bajos de THC, y, por contra, altos en cannabidiol (CBD), que se utilizan como suplementos alimenticios o para aromaterapia, según la variedad.

En All CBD hay aceites de uso cutáneo, plantas para infusionar, cremas hidratantes que funcionan como antinflamatorio –una especie de sustituto del ibuprofeno en pomada– o productos alimenticios derivados del cáñamo, como semillas molidas y aceites. J. realiza una primera evaluación de las personas que acuden y, si estas lo desean, un seguimiento por WhatsApp. En función de su dolencia, su ritmo de vida e, incluso, de cómo se encuentren un día concreto, se recomienda el producto, la cepa y el modo de aplicación.

Los usuarios y vendedores de cannabis para uso medicinal están abocados a la clandestinidad mientras no haya regulación de su consumo. Reconoce que todavía existe un prejuicio, pero que las personas con graves dolencias acuden a menudo. Los clientes que más demandan estos productos son pacientes con algún tipo de tumor, fibromialgia, alzheimer o síndrome de Down (para tratar problemas de comunicación). También personas con dependencia de antidepresivos que quieren eliminarla, deportistas o personas con dolores musculares y articulares.

Para una persona que esté pasando por un tratamiento de quimioterapia, J. recomienda algunas variedades que hacen que pueda recuperar el apetito o, sencillamente, que se encuentre de mejor humor. Cientos de profesionales de la salud recomiendan su uso regulado y vigilado para las dolencias citadas con anterioridad.

Regulación del uso medicinal

El responsable reclama a los dirigentes políticos que se comience a regular para ayudar a pacientes con las patologías más graves. “Sienta fatal que te traten como a un camello”, lamenta, y considera que su establecimiento grow shop es más parecido a una parafarmacia. “Es una cuestión cultural”, considera. En él se evalúa a la persona que lo solicita, siempre de forma anónima, y se hace un seguimiento del producto utilizado.

La inseguridad jurídica provoca que el consumidor no tenga todas las garantías del tipo de producto que consume. De momento, varias farmacéuticas se plantean la comercialización en España de productos con CBD, como Linneo Health, participada por el fondo británico GHO. Solo el Sativex, la única medicina legal basada en el cannabis hasta la fecha, tiene una composición conocida.

Las Corts Valencianes aprobaron en 2018 una iniciativa de Podemos para despenalizar el uso de cannabis con fines terapéuticos. El texto pide instar al Gobierno a regular y facilitar el acceso a los tratamientos terapéuticos con cannabis bajo supervisión médica para patologías en las que esté demostrada su eficacia o en las que el médico considere indicado. También que regule las especificaciones legales y técnicas para el cultivo controlado de este producto y el posterior uso medicinal con niveles de calidad, trazabilidad y seguridad, además de establecer puntos de venta controlados y delimitar redes logísticas para evitar un uso fraudulento o ilegal.

Asimismo, pide al Gobierno que realice con urgencia las modificaciones legislativas para regular el autocultivo para uso personal y que se modifiquen todos aquellos aspectos legales necesarios para que se dote de un estatus legal protegido. El texto fue aprobado con los votos de todos los grupos salvo el PP, que denunció que los partidos “hacen apología” del consumo de esta droga y “minimizan temas muy delicados”.

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