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Vicent Ros, nuevo director del Palau de la Música: “No hay nombres para sustituir a Yaron Traub”

Vicent Ros, nuevo director del Palau de la Música

Laura Martínez

El Palau de la Música de Valencia, tras 23 años de vacío, tiene nuevo director. Vicent Ros, inspector de la Orquesta de Valencia, se hará cargo de capitanear la entidad durante los próximos tres años, después del proceso de selección entre 15 candidaturas.

Ros es titulado por el Conservatorio Superior de Música de Valencia y posee un máster en Estética y Creatividad Musical por la Universitat de València. También es profesor del máster de Gestión Cultural de las Artes Escénicas en la Universidad Politécnica de València y miembro del comité organizador del Certamen Internacional de Bandas.

Al margen de su formación académica, no es un novato en el Palau. Lleva ocho años en la institución, como inspector de la Orquesta de Valencia -puesto que ocupó en 2008- por lo que, como él asegura, conoce la casa desde dentro. Ros ha sido secretario técnico del Grupo Instrumental de València y de la Orquesta Sinfónica de València entre 1992 y 2005. También ha sido adjunto a la Gerencia de la Orquesta de la Comunidad Valenciana entre 2005 y 2008, cuando trabajó con los maestros Lorin Maazel y Zubin Mehta.

El nuevo responsable del Palau tomó posesión de su cargo el pasado viernes, por lo que, como bromea, se ha desayunado los presupuestos y la programación. Su principal objetivo, según comenta, es un “Palau obert”, para todo tipo de públicos, y acabar con esa visión elitista de la institución que él no comparte. Colaborando con otras instituciones, se ha propuesto colocar Valencia en el mapa cultural. Regeneración y buena sintonía son sus claves.

Usted formaba parte del equipo del Palau, pero ¿cuál es el panorama que se encuentra al llegar a la dirección? ¿Qué había y qué hay que cambiar?

No me encuentro nada nuevo, conozco la casa por dentro. Tras ocho años, de alguna manera, ya sabes qué cosas cambiarías o harías de otra forma… Encuentro hecha una programación para el próximo año, para la que tengo poco margen, más allá de reajustar alguna cosilla. Empiezo a trabajar de cara a la próxima temporada, para programar y dirigir el Palau, con todos sus departamentos, más allá de la Orquesta: el técnico, el de salas, el personal de la administración… Es decir, intentar encajarlo todo.

Así que la programación para este año no se alterará demasiado…

Alguna cosa cambiaré. No eliminarla, sino ubicarla en otro lado. He visto que hay algunas cosas que se solapan, por ejemplo mucha acumulación de programas y estilos musicales; mucha música barroca o solistas de piano que se juntan. Cambiaré fechas, pero aún estoy en fase de estudio.

¿Y en la estructura del Palau?

Yo lo que quiero es regenerar la institución, la entidad cultural. Quiero aplicar el código de buenas prácticas y además, en lo que yo más conozco, que es la orquesta, quiero cambiar y aumentar la motivación de los músicos y del personal. Observo un distanciamiento entre la parte artística y el personal administrativo. Me gustaría que hubiera más sintonía y comunicación entre ellos para que todo el mundo se haga partícipe del proyecto. Para un ‘Palau obert’ necesitamos a todo el mundo, cualquier engranaje es necesario, si no, no podemos avanzar.

¿En qué se basa el concepto de ‘Palau obert’?

Me gustaría abrir las puertas, que todo el mundo sienta que el Palau es su casa. Tenemos que hacer ver al público que la cultura es accesible para todos, que todo el mundo puede venir aquí sin problemas. Tenemos que buscar las fórmulas para acercar nuestra política al ciudadano.

¿Usted considera, como se ha criticado con anterioridad, que la programación del Palau es elitista?

No. Es una programación que se ha hecho con un criterio musical alto. Aquí han venido las mejores orquestas, los mejores directores, pero no es elitista. Los precios no son caros, están por debajo de otros auditorios nacionales. No se ha sabido vender la imagen de que el Palau es accesible para todos. Ese ha sido el problema y habrá que hacer política de captación de nuevos públicos.

¿Ese problema responde a una mala estrategia de comunicación?

No mala, pero se tendría que haber dado otra imagen más abierta, popular, para todas las clases sociales… que al Palau pueda venir todo tipo de gente, con más y menos recursos. Para ello también necesitamos otro tipo de programación, manteniendo la excelencia, que es lo que exige el público del Palau y hay que mantenerlo. Pero a partir de ahí, abrir a más públicos.

¿Tienen algún proyecto concreto para abrir el Palau a las clases populares?

Tenemos un proyecto social, uno educativo y uno de abrirnos a todas las tendencias musicales.

¿’Palau obert’ pasa por reducir el volumen de música clásica y abrirlo a otros estilos?

Por supuesto. Tenemos que hacer ciclos de otras músicas. Por ejemplo el jazz, la música contemporánea, la cançó.. y otras músicas infrecuentes, que no se pueden escuchar a menudo en otros sitios. Es cuestión de hacer un buen planteamiento de marketing y visibilización, ponernos al día, también en redes sociales. Necesitamos reciclarnos y regenerarnos.

¿Se va a colaborar con otras instituciones?

Con el Palau de les Arts tenemos un acuerdo. Me gustaría potenciarlo. Somos dos entidades de la ciudad de Valencia y tenemos que trabajar juntos. Al fin y al cabo, ambas hacemos cultura valenciana. Valencia tiene que ser marca internacional, que vengan los mejores, ser un reclamo de las agencias turísticas. Ellos tienen proyectos muy interesantes que podemos aprovechar y viceversa. Para este año, será la primera vez que venga la Orquesta de les Arts a hacer un concierto aquí y nosotros haremos El Holandés Errante en versión semiescenificada con cantantes del Centro de Perfeccionamiento Plácido Domingo. Vamos a intentar construir puentes, hay buena sintonía entre la Generalitat y el Ayuntamiento, así que haremos muchas colaboraciones.

Hay ahora una auditoría en marcha, que culmina en agosto ¿tienen algunas conclusiones ya?

No me ha dado tiempo a informarme aún. Es más una consultoría, pero aún no hay resultados. La intención es reorganizar los departamentos, optimizar recursos… pero a nivel departamental.

Manuel Muñoz, subdirector musical, fue uno de los candidatos para director del Palau ¿se reestructurará también su puesto?

Tengo que hablar con él, aún no he podido. Yo tengo un proyecto y él tiene el suyo. Si quiere colaborar, aceptar las condiciones y mi forma de trabajar, no tengo ningún inconveniente en que se incorpore al equipo.

Respecto a la Orquesta, se ha reiterado la necesidad de músicos. ¿Cómo se solventa este problema si la ley solo permite una tasa de reposición del 50%?

Ese es el problema que tenemos. Vamos a ver cómo queda el panorama político nacional. Si la ley se mantiene, lo tendremos complicado. No obstante, vamos a poner en marcha la creación de bolsas de trabajo para intentar cubrir algunas plazas en ocasiones puntuales, para abordar programas de gran formato.

Y sobre su director… una encuesta entre los miembros d ela Orquesta, cifró en un 76% a los partidairos de cambiar a Yaron Traub ¿Han planteado su continuidad o nuevos nombres?

No hay nuevos nombres. Solamente existe la intención de sentarnos a hablar y de que consensuemos la decisión entre todas las partes: la orquesta, los músicos, la dirección. Y ver la opinión del público. Nos gustaría saber su opinión y sensaciones. Quiero escuchar a todas las partes y después reflexionar con el equipo de trabajo. Tomaremos la decisión que sea la mejor para el Palau.

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