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La salud de 'las kellys': “Me ha tocado automedicarme cinco días seguidos para aguantar el dolor y trabajar”

Movilización de camareras de piso de CCOO

Laura Martínez

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“A lo último que recurres es a la baja. Mientras haya medicamentos, seguimos trabajando”. Simone es camarera de piso, kelly, se dedica a limpiar habitaciones en hoteles y apartamentos turísticos. Reconoce que tiene dolencias en las manos y que toma ibuprofenos como caramelos. Como ella, miles de mujeres trabajadoras tienen problemas de salud, especialmente musculares.

Estas dolencias se recogen en el informe de Comisiones Obreras, que ha analizado la salud de las kellys en las principales capitales turísticas del país. Principalmente, el sindicato destaca dolores musculares, trastornos de sueño, problemas respiratorios -por los químicos utilizados para limpiar- y problemas psicológicos derivados del estrés. El resultado, que más de la mitad se automedican, como indica la responsable de salud Ángeles Balue.

El principal freno para ser atendida por un especialista o solicitar la baja es el miedo a ser despedidas o a no renovar el contrato. Gran parte subsisten con contratos temporales, que aumentan durante el verano o en épocas de mayor afluencia de congresos y temen no seguir sumando ingresos a su hogar si el jefe ve que están enfermas. Además, la baja supone una merma de ingresos considerable en unos salarios ya de por sí bastante bajos; las trabajadoras que se acogen al convenio cobran de media 1.200 euros, aunque no son la mayoría en un sector en el que la economía sumergida es considerable.

Entre los testimonios que recaba el sindicato, varias trabajadoras anónimas explican que se han “medicado cuatro o cinco días seguidos” por su “propia cuenta, para poder trabajar, aguantar el dolor, llorar por los pasillos...”, mientras que otras reconocen dependencia farmacológica de medicamentos para las migrañas y de antidepresivos. El estrés, según comenta Simone, es un factor muy complicado con el que lidiar. Ella tiene una jornada de ocho horas en las que debe limpiar y ordenar unas diez habitaciones, con estímulos constantes para que el trabajo sea rápido. “Es un esfuerzo físico y psicológico”, explica.

El objetivo del sindicato es demostrar que hay enfermedades profesionales en este colectivo y poner en marcha los mecanismos para que puedan optar a la jubilación anticipada.

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