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El juez que vigilaba el CIE cuando murió Samba Martine: “El sistema del centro propició su fallecimiento”

Ramiro García de Dios, juez de control del CIE de Madrid. | Foto: Ana Muñiz de la Oliva.

Gabriela Sánchez

Ramiro García de Dios se revolvía dentro de sí mismo mientras asistía como público a la primera vista del caso de la muerte de Samba Martine. Refunfuñaba, murmullaba, hacía matizaciones a quien veía a su lado. El día de la muerte de la mujer congoleña enferma de VIH en el CIE de Aluche, él era el juez encargado de la vigilancia del centro, sobre el que ya había llamado la atención de la deficiente asistencia sanitaria. Sentado en los bancos de la sala, reaccionaba con cierta rabia reprimida ante la forma de proceder del magistrado titular del caso.

A su salida, ha soltado aquello que le carcomía: “Mi opinión es que el sistema del CIE es una estructura que ha propiciado el fallecimiento de Samba Martine”, ha zanjado el exmagistrado a las puertas del Juzgado de lo Penal número 21 de Madrid, que este lunes ha celebrado la primera vista del juicio por la muerte de la mujer congoleña.

“Yo estaba en funciones como juez de control el día de su muerte y he venido para honrar y recordar su memoria”, ha afirmado este lunes, visiblemente emocionado. Desde los bancos de la sala, el magistrado de instrucción jubilado respondía entre murmullos a algunos de los planteamientos esbozados por el juez titular del juzgado, quien tachó de “impertinentes” más de una docena de preguntas lanzadas desde la acusación, la defensa y la Fiscalía a los testigos y al único acusado que será juzgado (los otros dos se encuentran prófugos de la justicia).

Criticas a la falta de garantías en el juicio

“Como jurista, me ha llamado la atención el papel del juez, que ha llevado el juicio de una forma antigarantista, con una nulidad absoluta”, ha cuestionado García de Dios. El magistrado titular del caso no vio pertinente, por ejemplo, cuestionar al médico acusado acerca de si recordaba el momento en el que supo el país de origen de su paciente, como indicativo de que la mujer podría tener más probabilidades de padecer ciertas enfermedades debido a la mayor prevalencia de, por ejemplo, el VIH en función de su país de procedencia. “Trato a todos igual...”, empezó a responder el acusado. “Es impertinente”, interrumpió el juez.

El abogado de la acusación particular, Víctor Díaz, trató de defender en vano por qué consideraba importante conocer si el médico que trató a la mujer congoleña conocía el lugar del que había iniciado su ruta migratoria meses antes, como establecen los protocolos. “¿Qué pasa? ¿por ser de Congo tiene más posibilidades de tener VIH”?, respondió el magistrado. “Es impertinente”, zanjó seguidamente. Y, mientras, García de Dios volvía a retorcerse en su asiento: “¡Claro que es importante!”, susurraba.

Expertos en medicina tropical aseguran a eldiario.es que hay ciertos países en los que la prevalencia de ciertas patologías infecciosas es alta, por lo que el origen es un motivo de pregunta. A ello se suman los riesgos añadidos que sufren las mujeres migrantes en la ruta hacia España, donde suelen estar expuestas a agresiones sexuales.

En estos casos, es recomendable, apuntan, cuestionar sobre si tienen VIH y realizar un análisis de sangre. El doctor acusado admitió que no lo había hecho, ni tampoco el médico responsable de la primera consulta, que dejó “en blanco” una parte importante del cuestionario de los antecedentes médicos de Samba Martine.

Desde la acusación popular, la ONG Ferrocarril Clandestino ha cuestionado la posición del Ministerio Fiscal a lo largo de un proceso de instrucción alargado durante más de siete años. “En este tiempo no ha solicitado una sola diligencia de investigación”, ha denunciado la organización. “No puede tener una postura pasiva en un caso tan grave que como afecta a una ciudadana inmigrante, congoleña e irregular...”, ha insistido el exjuez de control del CIE. A su forma de ver, el procedimiento del caso de Samba Martine evidencia la “deshumanización de todo el sistema judicial”.

Los fallos de la asistencia sanitaria en el CIE

Ramiro García de Dios conoce de primera mano los fallos que escondía la asistencia sanitaria prestada desde el interior del CIE de Madrid. “No me extraña que las condiciones estructurales en las que estuvo Samba hayan conducido a su muerte”, ha señalado el exmagistrado. “En el juicio han dicho que Samba estaba tirada en el suelo encima de una manta. Yo lo he visto cantidad de veces porque no había enfermería. Personas con 41 grados de fiebre teniendo que estar en el patio acurrucados, sobre una manta. Mujeres tiradas por el suelo. Esto lo he visto yo con mis propios ojos, pero lo único que decían desde dirección es que el centro estaba a su máximo de capacidad”.

Tras la muerte de Samba Martine se produjeron determinados cambios en la asistencia sanitaria ofrecida en el interior del CIE de Aluche. García de Dios, como responsable de empujar alguno de esos avances, destaca uno de ellos. “Establecimos sistemas para que quedara muy clara cuál era la asistencia efectiva que se había prestado a las personas internadas”, ha descrito el exmagistrado.

Anteriormente, ha apuntado , no había ninguna garantía de control pues no se le entregaba a las personas examinadas ningún documento médico de asistencia. Por lo cual, “un médico podía decir lo que le diera la gana a posteriori. Imagínen lo que eso significa”, ha concluido Ramiro García de Dios, poco después de escuchar la versión de uno de los doctores que recibió a Samba Martine en la consulta del CIE. El mismo que ha reconocido no haber preguntado a la paciente congoleña si tenía VIH ni haber ordenado ninguna prueba hospitalaria. Porque Samba, ha testificado F. H. V. , “solo tenía síntomas gripales”. El único que ha declarado ante la justicia, mientras sus otros dos compañeros acusados, exempleados de la empresa médica subcontratada por el Gobierno (SERMEDES), han huido.

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