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Opinión - Exclusivo para socios El rompecabezas de ERC. Por Neus Tomàs

“El dinero para educación y alimentos de los refugiados palestinos se acaba: nos queda para un mes”

Raquel Martí, durante la entrevista en la redacción de eldiario.es

Juan Luis Sánchez

“Nos queda para un mes. Luego tendremos que suspender algunas actividades”, asegura Raquel Martí, la directora ejecutiva en España de la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina (UNRWA), que da servicio a millones de personas que viven en campos de refugiados o en una diáspora de exclusión como consecuencia de las violaciones acreditadas de derechos humanos a los que Israel somete los palestinos.

El gobierno de Trump anunció en enero la retirada de los fondos americanos para la UNRWA. A pesar de que otros gobiernos como el de Reino Unido, India o Suecia han intentado compensar la pérdida, el recorte de 360 millones de euros que ha dejado “en una situación crítica”, según Martí, a una de las fuentes de recursos más importantes para los palestinos en varios países de Oriente Medio.

La agencia es a día de hoy “la única que se dedica a preservar los derechos de los refugiados de Palestina” y una de las garantías para que la identidad palestina no desaparezca entre el exilio y la violencia: gestiona colegios para medio millón de niñas y niños, en Gaza, en Siria o en Jordania, país donde hay 120.000 menores escolarizados por la agencia. “Quitarles la educación es lo peor que les puede pasar a los palestinos y palestinas”, lamenta Martí. “Si no hay financiación, es lo que ocurrirá”.

Han pasado seis meses desde la retirada de fondos de EEUU. ¿Qué consecuencias ha tenido?

Nosotros tomamos la decisión de que no íbamos a abandonar a los refugiados, que íbamos a hacer todo lo que estuviera en nuestra mano para defender sus derechos y su dignidad. En estos seis meses hemos conseguido acabar el curso escolar, hemos continuado con el resto de servicios en marcha. Un esfuerzo extraordinario por parte de todos los trabajadores de UNRWA y del resto de países donantes.

El problema es que tenemos por delante otros 6 meses para los que necesitamos más financiación para mantener la ayuda y los servicios esenciales que prestamos a los refugiados de Palestina.

Viendo lo que hace Trump con migrantes y menores en su propia frontera, no parece que vaya a preocuparse por revertir su política de recortes con respecto a los refugiados de Palestina…

Desafortunadamente no tenemos ningún indicio de que EEUU vaya a darnos la financiación que han venido dándonos otros años ni de que esos 300 millones que echamos en falta vayamos a recibirlos finalmente.

¿Y entonces qué? ¿A quién están pidiendo apoyo para poder seguir?

Vamos a tener que volver a pedir apoyo a la comunidad internacional y a la ciudadanía. Si no llega, tendremos que empezar a suspender temporalmente los servicios que prestamos, como el apoyo psicosocial a los niños y niñas en Gaza. O la distribución de alimentos. Hay un 1,8 millones de personas viviendo en Gaza; un millón de ellas dependen de la ayuda alimentaria diaria de UNRWA.

El dinero que tienen, ¿para cuánto tiempo da? ¿Para cuánto les queda?

Semanas. En cosa de un mes ya no tendremos financiación para llevar alimentos, por ejemplo.

La UNRWA no se financia mayoritariamente con las donaciones privadas o individuales sino que depende del apoyo estratégico y político de los gobiernos. ¿Se está ofreciendo alguien a compensar esa pérdida de fondos, aunque solo sea para quedar bien contra el gesto de Trump?

Hemos recibido financiación extraordinaria de países miembros de Naciones Unidas, por ejemplo Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Francia o Bélgica han hecho grandes esfuerzos. India, que es en sí mismo un país receptor de ayudas, ha pasado de donar 1 millón de dólares el año pasado a 5 millones a este año. O Japón. Pero aún así, estamos hablando de 300 millones de dólares. No es suficiente.

300 millones de euros, a nivel macroeconómico para la comunidad internacional, es muy poco dinero…

Es muy poco. Realmente es muy poco. Se podría haber llegado a esa cifra hace tres días, que estuvimos en la Asamblea General de Naciones Unidas, donde hicimos un llamamiento ante los países miembro y explicarles la necesidad. Y se podría haber tenido más respuesta de que la que hemos tenido.

¿Y España? ¿El cambio de gobierno abre posibilidades de que España aporte algo en ese esfuerzo?

Con el nuevo Gobierno tenemos expectativas de que la contribución que hemos estado recibiendo hasta ahora aumente y que dada la situación, España haga un esfuerzo considerable para volver a estar entre los financiadores más importantes de Naciones Unidas y en concreto de UNRWA.

Su interlocutor natural sería el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Josep Borrell…

Sí, y el nuevo secretario de Estado de Cooperación Internacional [Juan Pablo de Laiglesia].

¿Han hablado ya con ellos?

Estamos en negociaciones…

Lo dice con una sonrisa, así que tendremos noticia en los próximos días…

[Ríe] Esperamos tenerla. Se han dado pasos ya muy importantes en la política española con la crisis de refugiados en Europa y estamos seguros de que el apoyo a la situación de los refugiados de Palestina es un tema que el Gobierno querrá abanderar.

¿Qué necesita la UNRWA del Gobierno, además de dinero?

Necesitamos un apoyo económico rápido, pero también apoyo político. La retirada de fondos por parte de EEUU es una decisión política, aunque con una consecuencia económica muy grave, y lo que estamos pidiendo a los países es que recibamos también su apoyo político. Si UNRWA desaparece, los refugiados de Palestina se quedan a la deriva sin que nadie reconozca sus derechos. Eso es algo que no nos podemos permitir.

Estados Unidos e Israel bloquean permanentemente soluciones para las víctimas palestinas. ¿Cómo se convive en esa encrucijada, con ese inmovilismo político incluso en el seno de Naciones Unidas?

Nosotros tenemos un mandato humanitario, dedicamos nuestros esfuerzos a preservar la dignidad de los palestinos. Pero también sus derechos. Hay algo que no podemos tolerar, aunque seamos una agencia humanitaria, y son las violaciones de derechos humanos. No tomamos partido en el conflicto, no decimos cuál debe ser la solución del conflicto, pero sí que defendemos los derechos de los refugiados y denunciamos aquellas violaciones que se cometen. Y esas violaciones son el día a día de los refugiados de Palestina y de los palestinos en general. Es una población que está desprovista de derechos y que tiene una crisis enorme de desprotección y no solo humanitaria. La población palestina vive sin derechos, lleva 70 años sin derechos. Tú comparas todo lo que nos ha pasado en España en 70 años y luego le preguntas a un refugiado palestino que vive en un campo de refugiados qué les ha pasado en 70 años y te van a responder “nada”. Te dirán: “Mi abuelo llegó aquí, mi padre nació aquí, yo nací aquí y yo estoy criando aquí a mis hijos”. Son 51 años de ocupación. Gente de mi generación que siempre han vivido en una ocupación militar ejercida con violencia.

Y si hablamos de los 11 años de bloqueo en Gaza, hablamos de que hay una generación de niñas y niños que jamás han salido de la franja en su vida. Viven en la cárcel más grande del mundo. Las cifras las repetimos, pero no tienen significado hasta que no explicas lo que les está pasando a esas personas.

¿Israel celebraría la desaparición de UNRWA por falta de fondos?

Sería un grave error. Tendría entonces que asumir las necesidades y el bienestar de 5,3 millones de refugiados.

No sé si alguna vez se había planteado que en una entrevista le iban a preguntar por Eurovisión…

No… pero ya sé lo que me vas a preguntar…

Pues vamos a ello. La celebración del festival de Eurovisión en Israel, ganadora este año, ha traspasado los límites de lo musical y se ha convertido en debate político porque abre la oportunidad de un lavado de cara para el gobierno israelí, en un momento de recrudecimiento en la violación de derechos humanos en Palestina. En Israel se debate que la final se celebre en Jerusalén. ¿Qué le parece?

Desde el punto de vista de Naciones Unidas, Jerusalén Este no puede ser reconocido como la capital de Israel y no deberíamos normalizarlo como si así fuera. Será polémico si finalmente se lleva el festival a Jerusalén.

Lo de Eurovisión es un gesto más. Israel ha conseguido que EEUU dé pasos para reconocer Jerusalén, de facto u oficialmente, como la capital de Israel…

Sí, ha sido todavía más grave el traslado de la embajada de EEUU de Tel Aviv a Jerusalén y eso tampoco ha tenido grandes consecuencias. Ha habido protestas por parte de los palestinos y en esas protestas muchos han perdido la vida por francotiradores israelíes. Más allá de lo simbólico, lo importante es que hay que acabar con la ocupación de Israel sobre Palestina y eso incluye Jerusalén Este.

¿Cuál es el calendario de subsistencia que queda por delante? Más allá de esta crisis, necesitaréis compromisos a medio plazo…

Lo que es importante, llegados a este punto, es llegar a una solución para los refugiados de Palestina. Si UNRWA ha estado trabajando durante 68 años, es por el fracaso de la comunidad internacional para buscar una solución justa y duradera para los refugiados de Palestina. Mientras se encuentra esa solución, hay que dotar de fondos a UNRWA, y que esos apoyos sean predecibles. No puede ser que cada año tengamos que estar adivinando cuánto dinero vamos a obtener, sino que podamos prever con cada país donante cuál va a ser la financiación en dos, tres, cuatro o cinco años. Estamos ya trabajando para firmar convenios multianuales para poder calcular cada año cuánto vamos a recibir y en consecuencia poder los servicios más adecuados.

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