La ONU: “No imponemos la nueva agenda de desarrollo, cada país establece sus necesidades”
“Lo más importantes es el objetivo número uno, poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo”, responde Paloma Durán sobre la prioridad una vez que se ha aprobado la nueva agenda mundial de lucha contra pobreza. La directora del Fondo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible es la responsable del mecanismo económico encargado de la implementación de los 17 objetivos que recibieron el respaldo de los países miembros la ONU este viernes. Sobre las mayores críticas al proceso (como el bloqueo de los países ricos a un mayor control de la evasión fiscal y el incumplimiento de la gran mayoría de países de sus promesas en la Ayuda Oficial al Desarrollo), Durán no se moja y opta por la diplomacia.
“Lo que importa es sumar para conseguir que la gente salga de la pobreza. Y ese 'sumar' tiene que hacerse con una utilización adecuada, transparente y medible de los recursos que llegan tanto del sector público como el privado”, indica en una conversación con eldiario.es. La responsable del FDS justifica la importancia de la inversión privada y de que las políticas nacionales sean tan promotoras del progreso como los actores internacionales.
¿Cuál es el trabajo del Fondo de Desarrollo Sostenible (FDS) dentro de la agenda que se acaba de aprobar en Naciones Unidas?
El Fondo se creó en el año 2014, por un acuerdo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y una contribución inicial del Gobierno de España, aunque ahora ya hay 22 países contribuyendo. Se crea cuando todavía no existen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pero ya se habían empezado a negociar en 2012. En ese proceso, había tres áreas en las que todos los países se pusieron de acuerdo desde el principio: el acceso al agua y al saneamiento, la seguridad alimentaria y la nutrición, y el desarrollo económico inclusivo. La decisión que se tomó fue crear el fondo para actuar en estas tres áreas con una metodología que ayudara a responder a la nueva agenda del desarrollo y facilitara la transición de la agenda de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) a los ODS.
¿Qué quiere decir una nueva metodología?
Fundamentalmente dos cosas. En todos los programas del fondo participan todas las agencias de las Naciones Unidas y además se intentó asegurar la “apropiación nacional”, es decir, que la agenda no se imponga desde aquí sino que cada país pudiera establecer sus verdaderas necesidades.
Se ha creado a nivel nacional un comité donde está Naciones Unidas, el Gobierno local y todos los actores que están colaborando, lo que nosotros llamamos “fondos de contrapartida”. Es decir, si a un país le damos un millón, este país debe conseguir a través de socios locales otro millón adicional. Se intenta garantizar así la sostenibilidad: si pasado mañana Naciones Unidas deja de apoyar este proyecto, los socios locales estarán preparados para garantizar la sostenibilidad del proyecto.
Y, una segunda novedad: las alianzas entre el sector privado y el sector público, que es una de las cosas en las que más se está trabajando desde el Fondo. Se pretende que también los socios locales, no solo el Gobierno, también la sociedad civil, los pequeños agricultores, y en general el Tercer Sector de cada país puedan colaborar también a través de sus fondos de contrapartida para asegurar que todos los actores del desarrollo están integrados en el país.
Parte de la sociedad civil tiene reparos a la intervención del sector privado en la Cooperación al Desarrollo, sobre el control necesario de los fondos públicos y el tipo de desarrollo que fomentan ciertas empresas privadas. Por ejemplo hay ocasiones en los que se ha pagado con fondos de Cooperación a empresas que tienen dinero en paraísos fiscales. ¿Cómo se evita que esto ocurra?ha pagado con fondos de Cooperación a empresas que tienen dinero en paraísos fiscales.
Existe ese riesgo pero en Naciones Unidas trabajamos de manera que las empresas privadas pasan por un proceso en el que se hace un escrutinio de lo que la empresa hace o deshace. Cualquier compañía no puede participar con nosotros, nos aseguramos muy mucho antes de firmar un convenio con una empresa privada. Tiene que cumplir unos estándares mínimos de transparencia, de anticorrupción, etc. Es un proceso bastante riguroso.
También creo que la nueva agenda es bastante ambiciosa, pero de lo que trata es que todos los agentes que puedan sumen. No se trata de suplir la ayuda oficial al desarrollo de los gobiernos, sino de sumar. Cuando hablamos del sector privado no estamos pensando solamente en las grandes compañías que tradicionalmente han apoyado la cooperación al desarrollo, sino también en otros actores, como las universidades, como el sector no gubernamental.
La filosofía no es suplantar las responsabilidades del Estado sino de buscar actores que puedan sumar.
¿Hay una cifra estimada sobre lo que costará financiar la agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible? Y si la hay, ¿cuál es el peso del sector privado que requiere esta inversión?
Las cifras oficiales de inversión ahora mismo bailan. Sinceramente, no hay una cifra específica y concreta de lo que va a costar la implementación, entre otras cosas porque la agenda se aprueba ahora y se empieza aplicar a partir de enero. Hay un margen de tiempo para ajustar todo esto.
¿Hay planes para que los estándares de control a las empresas privadas que comenta que tienen en Naciones Unidas se implementen también en el resto de países?
Puedo hablar de lo que estamos haciendo aquí, en Naciones Unidas. Nosotros sí que podemos asumir la responsabilidad de que las empresas que van a trabajar sobre el terreno han pasado este proceso. Luego lo que los estados hagan a nivel nacional dependerá de la legislación y de las políticas públicas de cada país.
Respecto a la “universalidad”, ¿qué cambios vamos a ver por el hecho de que esta agenda afecte tanto a los países ricos como a los empobrecidos?
Es un cambio de aproximación. Lo que se pretende es que el desarrollo sea entendido en términos de sostenibilidad, no solo desde el punto de vista económico, también desde uno social y medioambiental. En términos de 'universalidad', la principal diferencia es que cuando se aprobó la agenda del año 2000 estaba pensada fundamentalmente para los países en desarrollo, y sin embargo lo que ahora se está planteando es que asumamos el compromiso todos los estados.
Hay países donde ha habido un crecimiento económico importante, que han pasado de ser países en desarrollo a países de renta media, y sin embargo hay todavía un claro reto de desigualdad. Hay otros países donantes, que son países ricos, en los que también hay brechas de desigualdad e importantes problemas en materia de empleo, desigualdades de género y en trabajos que no son decentes.
En la cumbre de financión de Addis Abeba los países ricos bloquearon una propuesta para crear un organismo independiente contra la evasión y el fraude fiscal. ¿Qué opinaba el fondo que dirige de este mecanismo y cómo explica que estos países parasen el control a la evasión fiscal?los países ricos bloquearon una propuesta para crear un organismo independiente contra la evasión y el fraude fiscal
No estuve en Addis Abeba, así que el detalle de las negociaciones no se lo puedo contar. Sí tengo constancia de que no solo fueron los países donantes los que se opusieron a esta medida.
Me parece que en materia de desarrollo hay un proceso de 'progreso': de la misma manera que el ser humano ha progresado y las condiciones en las que vivimos ahora no son las condiciones en las que vivíamos hace 200 años, me parece que hay determinadas propuestas y mecanismos que necesitan sus tiempos. Fue la primera vez que se proponía esta medida, en la Cumbre no se llegó a un acuerdo sobre esto. Lo que se acordó fue reforzar las medidas que hay ahora de transparencia pero los procesos de negociación no se terminan. Se ha celebrado la Cumbre, pero las negociaciones de carácter político, porque esto es una organización intergubernamental, me imagino que van a seguir.
Ahora cada país tiene que implementar la hoja de ruta aprobada el viernes. ¿Hay obligaciones sobre cómo se aplica la estrategia o cada país es libre de hacerlo como considere?
Es el juego que se plantea siempre cuando se aprueba un compromiso en Naciones Unidas. La parte positiva es que vamos a tener una agenda, con nuevos actores y temas incluidos, se tienen en cuenta los nuevos retos. Pero el reto es ver cómo cada país lo implementa. Las circunstancias de cada país son muy diferentes. Las necesidades de cada país son únicas, cada uno tiene que plantear su propuesta de manera ambiciosa. Cada país va a tener que hacer su propio proceso de ODS, pero lamentablemente no creo que a nivel universal se pueda hacer algo. La fuerza de las Naciones Unidas es su fuerza política, que funcionan como un escaparate para los estados.
Hay organizaciones que consideran que hay retos, como la disminución de la desigualdad y el consumo responsable, que no son posibles con el sistema capitalista imperante en la actualidad. ¿Con el sistema económico actual la Agenda 2030 puede salir adelante o debería haber cambios sustanciales en el sistema?
Es relativamente fácil dar recetas de carácter universal. Aquí lo que vemos cada día, viendo las necesidades de muchísimos países que demandan la ayuda de Naciones Unidas, es que al final lo que importa es lo que cada persona y cada actor puede sumar. ¿Si hay que cambiar el sistema económico o no? Sinceramente no se puedo contestar. No sé si el problema es el sistema que tenemos.
En esta agenda se ha vuelto a exigir a los países ricos el 0,7% de la Renta Nacional Bruta para la Ayuda Oficial al Desarrollo de cara a 2030. En los últimos 15 años que acaban de concluir este 2015, en los que la ONU había exigido esa misma cifra, los países donantes han fracasado: solo cinco han invertido esa cantidad. ¿Qué opinan de las voces que afirman que la exigencia ha sido demasiado baja? ¿Qué credibilidad tienen los países que no han cumplido con el 0,7 y ahora vuelven a comprometerse para 2030?
Hay un debate abierto sobre este tema pero creo que dentro del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) el debate que se está planteando no es tanto la meta sino la eficacia de la ayuda. Es decir, si consiguiéramos que todos los países donantes pudieran aportar el 0,7% habría obviamente un aumento automático de los recursos para el desarrollo. Pero también hay que hacer un balance de cuál es la eficacia de la ayuda, es decir, en qué términos se utilizan esos recursos.
Ahora mismo, la apuesta del PNUD es asegurar la transparencia en la utilización de los recursos, la rendición de cuentas, que los sistemas de monitorio sean adecuados, que se pueda tener datos concretos sobre el impacto de los programas en la población,...
El tema de los recursos, cuantos más recursos haya para temas de desarrollo, muchísimo mejor porque lamentablemente hay mucha gente viviendo en situaciones lamentables. Pero, al mismo tiempo, también el debate que hay es que hay que hacer un balance de la eficacia de los recursos con los que se ha contado. No se trata tanto en centrar el debate en la meta sino en cómo se consigue la meta.