Marruecos rescata la patera a la deriva con 50 personas, entre ellas tres bebés
Las autoridades de Marruecos han rescatado finalmente una patera que llevaba más de 34 horas a la deriva en sus aguas. La embarcación se encontraba varada cerca de la costa marroquí, con 50 personas en su interior, entre ellas “un bebé de dos meses y dos niños pequeños, además de varios menores de edad”, contó Emmanuel (nombre ficticio) desde el interior de la embarcación. “Salimos hace casi dos días, Marruecos no nos rescata, por favor tenéis que hacer presión”, decía el joven camerunés de 24 años a las dos de esta tarde.
Emmanuel explicó por teléfono que en la barca viajaban “ocho mujeres, tres bebés (uno de dos meses y otros niños de 4 y 5 años) y 39 hombres”, entre los que había también menores de “17 y 14 años”. No tenían nada que comer ni beber, “nos tienen que rescatar”, pedía.
Helena Maleno, defensora de derechos humanos y miembro del Colectivo Caminando Fronteras, dio la voz de alarma tras recibir el aviso de su salida. “Salieron ayer a las 4 de la mañana, hora marroquí. Se les rompió el motor y están cerca de la costa de Marruecos”, explicaba.
A las 16 horas, Maleno ha informado de que las autoridades marroquíes han rescatado la embarcación. “Cuatro horas después de ser localizada”, destaca la investigadora.
Maleno ha estado en contacto con la patera por teléfono y con los servicios de salvamento marítimo españoles y marroquí. “Marruecos tiene medios pero no desplaza muchos para estos casos. Pedimos que haya la colaboración necesaria para salvaguardar la vida de estas personas, al igual que se ponen los medios para el control migratorio”, afirma.
Salvamento avistó la barca hace tres horas
Salvamento Marítimo confirmó que dispuso un avión en este operativo de búsqueda, que avistó la patera a las “11.15 de la mañana (hora española), cerca de la costa de Marruecos, a unas tres millas”.
Los ocupantes de la patera también vieron al avión español. “Pero ya se ha ido. Nosotros seguimos aquí y no viene nadie de Marruecos. No respetan los derechos humanos, ¡aquí hay bebés!”, decía Emmanuel.
El niño de dos meses “tiene toda la piel quemada y la de su madre también está mal, tiene alergia al agua del mar”, explicó el chico.
Las personas que ocupan la embarcación proceden de “muchos lugares”. “Yo soy camerunés”, dice Emmanuel al otro lado del teléfono. Tras su voz, se escucha la del resto, que va diciendo su origen al interlocutor. “Gambia, Togo, República Centroafricana, Burkina Faso”.
Maleno reitera la petición de Caminando Fronteras a las autoridades españolas en estos casos: “Que pida colaboración a Marruecos para salvaguardar la vida, al igual que se hace en las vallas. Que haya la misma fluidez que en el control migratorio”.
Una vez se ha socorrido a los afectados, Maleno recuerda la importancia de tratar a estas personas como supervivientes de una experiencia traumática, especialmente en los casos en los que hay víctimas o heridos. “La norma es aplicarles la Ley de Extranjería, aquí y en Marruecos. Aunque en España pensemos que tienen más garantías, también se viven experiencias como la de un chico que había perdido a su hermano en una patera. El que sobrevivió fue internado en un centro para extranjeros en Canarias y no pudo atender la llamada de su padre que quería saber qué había pasado en la patera”.