Este año, 347.000 personas han alcanzado Grecia desde Turquía según datos de ACNUR y de las autoridades helenas: la mayoría huye de la guerra y el objetivo de su odisea no es otro que la seguridad que esperan encontrar en Europa
39.000 refugiados, solicitantes de asilo y migrantes han llegado a la pequeña isla griega de Kos en lo que llevamos de 201: Proceden, sobre todo, de países en conflicto. Salieron hace semanas, meses e incluso años de Siria, Afganistán e Irak.
Kos, el primer suelo europeo que pisan, es sólo una etapa más de un viaje en el que tendrán que atravesar Grecia, Serbia, Hungría... Su Ítaca particular espera en el centro y norte europeo
Un joven sirio trata de recuperarse del viaje en una playa de Kos tras alcanzar la costa en una barcaza junto a otras 40 personas. Las condiciones de hacinamiento y el oleaje han provocado que, durante la travesía, uno de sus compañeros le haya caído encima de sus rodillas. Es incapaz de mover las piernas. | Fotografía: Alessandro Penso/MSF.
Un joven sirio trata de recuperarse del viaje en una playa de Kos tras alcanzar la costa en una barcaza junto a otras 40 personas. Las condiciones de hacinamiento y el oleaje han provocado que, durante la travesía, uno de sus compañeros le haya caído encima de sus rodillas. Es incapaz de mover las piernas. | Fotografía: Alessandro Penso/MSF.
Siete paquistaníes desembarcan en Kos después de remar durante toda la noche. Cuatro kilómetros separan el punto más cercano de la costa turca de esta isla de 30.000 habitantes. | Fotografía de Alessandro Penso/MSF.
Siete paquistaníes desembarcan en Kos después de remar durante toda la noche. Cuatro kilómetros separan el punto más cercano de la costa turca de esta isla de 30.000 habitantes. | Fotografía de Alessandro Penso/MSF.
Iraquíes llegan a una playa de Kos. Han remado seis horas desde Bodrum, en Turquía, para alcanzar la costa europea más cercana. | Fotografía: Alessandro Penso/MSF.
Iraquíes llegan a una playa de Kos. Han remado seis horas desde Bodrum, en Turquía, para alcanzar la costa europea más cercana. | Fotografía: Alessandro Penso/MSF.
Ama Haider, 38 años, junto a su hijo Khalid Hamed, 22. Son de Damasco. Khalid nació con una discapacidad física. Ama: "Lo intentamos todo para llegar a Europa legalmente. Sabíamos que era arriesgado para nuestro hijo, que no puede caminar y necesita ayuda continua. También estaba preocupada por mis otros dos hijos, que tienen 15 y 10 años, pero en Turquía nadie nos ayudó”. Ama reconoce que, al final, eligieron la ruta más peligrosa, por mar. Establecieron contacto con los contrabandistas en Turquía y les explicaron su situación. Necesitábamos un barco con espacio y con una cama. Dijeron que podrían organizarlo pero que teníamos que pagar 10.000 dólares para poder viajar toda la familia. “Aceptamos. No teníamos otra opción – responde Ama - Nos fuimos por la noche. Empleamos cuatro horas para llegar a Kos, a Grecia. Tuvimos que subir un camino de tierra empinada. Mi esposo tiene 49 años y fue agotador; mi hijo le pidió que lo dejara allí. Por suerte, había otros sirios con nosotros, chicos fuertes y jóvenes que nos ayudaron. Calculo que al menos caminos 14 kilómetros". | Fotografía de Alessandro Penso/MSF.
Ama Haider, 38 años, junto a su hijo Khalid Hamed, 22. Son de Damasco. Khalid nació con una discapacidad física. Ama: "Lo intentamos todo para llegar a Europa legalmente. Sabíamos que era arriesgado para nuestro hijo, que no puede caminar y necesita ayuda continua. También estaba preocupada por mis otros dos hijos, que tienen 15 y 10 años, pero en Turquía nadie nos ayudó”. Ama reconoce que, al final, eligieron la ruta más peligrosa, por mar. Establecieron contacto con los contrabandistas en Turquía y les explicaron su situación. Necesitábamos un barco con espacio y con una cama. Dijeron que podrían organizarlo pero que teníamos que pagar 10.000 dólares para poder viajar toda la familia. “Aceptamos. No teníamos otra opción – responde Ama - Nos fuimos por la noche. Empleamos cuatro horas para llegar a Kos, a Grecia. Tuvimos que subir un camino de tierra empinada. Mi esposo tiene 49 años y fue agotador; mi hijo le pidió que lo dejara allí. Por suerte, había otros sirios con nosotros, chicos fuertes y jóvenes que nos ayudaron. Calculo que al menos caminos 14 kilómetros". | Fotografía de Alessandro Penso/MSF.
Un grupo de sirios se dirige hacia el Hotel Capitán Elías. Acaban de llegar hace escasas horas a Kos. El hotel, abandonado desde hace tiempo, ha sido el hogar de muchos de los refugiados que llegan a esta isla griega hasta que fue cerrado por las autoridades locales sin ofrecer otra alternativa de acogida. | Fotografía: Alessandro Penso/MSF.
Un grupo de sirios se dirige hacia el Hotel Capitán Elías. Acaban de llegar hace escasas horas a Kos. El hotel, abandonado desde hace tiempo, ha sido el hogar de muchos de los refugiados que llegan a esta isla griega hasta que fue cerrado por las autoridades locales sin ofrecer otra alternativa de acogida. | Fotografía: Alessandro Penso/MSF.
Afganos de la comunidad hazara rezan en el interior del Hotel Capitán Elías en Kos. El hotel ha estado cerrado durante años y ha sido incluso objeto de embargo. El Capitán Elías presentaba graves carencias en materia de higiene y seguridad. Médicos Sin Fronteras (MSF) ha facilitado atención médica y psicológica a las personas refugiadas en el hotel hasta su cierre. | Fotografía: Alessandro Penso/MSF.
Afganos de la comunidad hazara rezan en el interior del Hotel Capitán Elías en Kos. El hotel ha estado cerrado durante años y ha sido incluso objeto de embargo. El Capitán Elías presentaba graves carencias en materia de higiene y seguridad. Médicos Sin Fronteras (MSF) ha facilitado atención médica y psicológica a las personas refugiadas en el hotel hasta su cierre. | Fotografía: Alessandro Penso/MSF.
Una familia de refugiados recién llegados a Kos busca un espacio para alojarse en el interior del Hotel Capitan Elías. Esta instalación hotelera se convirtió en asentamiento temporal para muchos de los refugiados que llegan a esta pequeña isla del Dodecaneso. Desde marzo, MSF ha realizado 4.450 consultas médicas dentro del propio hotel y en la isla. | Fotografía: Alessandro Penso/MSF.