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Opinión - Ir al grano. Por Rosa María Artal

¿El final de la euforia turística? La demanda hotelera empieza a dar señales de agotamiento

Bañistas y turistas en la playa de La Malagueta.

Cristina G. Bolinches

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Está claro que 2023, salvo que ocurra una catástrofe, será el mejor año turístico de la historia de España. Las hoteleras destacan sus cifras de ocupación, las aerolíneas celebran los datos de ingresos tras la subida del precio de sus billetes; y los datos de afiliación a la seguridad social son mejores que nunca. Pero, en este optimismo, ya hay voces que indican que los precios no pueden subir de manera indefinida y las reservas ya no crecen con tanto ímpetu como hace unos meses. Hay que dejar de inflar el globo porque se empieza a percibir el riesgo de que pueda llegar a explotar. 

La primera en asumir que algo está cambiando fue la hotelera Barceló. En un encuentro con medios de comunicación, su consejero delegado para Europa y Oriente Medio, Raúl González, fue claro al explicar que van a cobrar mucho más por sus habitaciones. Sus tarifas en España son entre un 6% y un 7% más caras que hace un año y un 20% más elevadas que en 2019, que ya fue el mejor año de la historia en ingresos de las compañías turísticas. 

Barceló cobra más por sus habitaciones, porque hay apetito por viajar, pero sus reservas ya van más despacio. A mediados de mayo, antes de que se anunciase el adelanto electoral al 23J, las contrataciones de habitaciones se empezaron a ralentizar. Si hace un año, por esas fechas, crecían a un ritmo de hasta el 9%, en este 2023 rondaban el 4% o el 5%. “Seguimos creciendo pero menos rápidamente”, reconoció González.

Desaceleración de la demanda

Barceló no es la única. Otras compañías también tienen la misma sensación, según explican a elDiario.es. “Efectivamente la demanda ha sufrido una desaceleración durante estas últimas semanas del mes de junio afectando en el pick up diario de reservas”, explican desde la cadena Silken. Sin embargo, los datos están por encima de los de 2022, “lo que nos permite reafirmar una temporada estival positiva”, matizan.

También Vincci indica que aunque “todo apunta a que este año se obtendrán buenos resultados” la “evolución de las reservas se ha normalizado según la evolución que teníamos en el año 2019”. Su previsión es que aumenten un 7% respecto al año pasado, “aunque es verdad que en las últimas semanas estamos viendo una desaceleración en la entrada de reservas respecto a toda la temporada y en concreto, en reservas próximas al día de las elecciones generales”, aseguran fuentes de esta cadena. 

Detrás de este cambio de ritmo, argumentan distintas fuentes, hay diferentes motivos, desde que hay reservas que este año se han adelantado porque había muchas ganas de viajar y muchos clientes “han sido previsores”, hasta que los bolsillos no dan más de sí y no se puede pagar todo lo que están pidiendo las empresas turísticas. No sólo las hoteleras, también las de transporte, desde las aerolíneas pasando por los trenes. 

Carlos Garrido, presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), acota que los precios “tienen un tope, aunque sea alto” y que los clientes no siempre pueden pagar el tirón de precios de este año. También explica que “hay un fenómeno de estacionalidad” porque ya han pasado dos tercios de la campaña de vacaciones –porque se mide desde que comienza la Semana Santa– pero que la “demanda sigue siendo buena”. 

Lo que sí ve es que esa demanda no siempre puede ir al destino que quiere. “Hay mucha gente que ha ahorrado para irse de vacaciones este año, pero no puede irse donde quería”, afirma Garrido. “En lugar de irse a Asia, se va a Italia; o se quedan en España”. También, que al final tienen que reservar “por menos noches” o “en hoteles de menos categoría”. 

Esa adaptación de las expectativas a la realidad de la oferta también la ha apuntado la patronal, que acaba de presentar sus propuestas para el sector turístico de cara a la próxima legislatura. Entre ellas, un replanteamiento de Turespaña y regular las viviendas de uso turístico. Sobre los precios, la patronal cree que hay “diversidad de oferta” y “producto para todos los bolsillos” desde “hoteles a campings”, según explicó Inmaculada Benito, Directora del departamento de Turismo, Cultura y Deporte de CEOE, en un contexto donde la elasticidad de precio ante un pico de la demanda “ha existido siempre”.

Este lunes, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado datos de cómo van los alojamientos extrahoteleros (apartamentos, campings y albergues) pero solo hasta mayo. Ese mes, aumentaron un 7,2%. Pero hay diferencias, porque los que tiran de esa subida son extranjeros, porque sus pernoctaciones aumentan un 14,6% y compensan la caída del 3,3% de los residentes. En este caso, los precios de los apartamentos suben más de un 10%, mientras que los campings moderan sus subidas al 4,6%. 

Pocas ofertas de última hora

Lo que no se ve de momento en el horizonte es que comience la batalla por lanzar ofertas de última hora con las que atraer a turistas que aún no tienen decidido dónde ir. “Mientras la curva de demanda nos lo permita, de momento no hay signos evidentes para cambiar nuestra política de precios de cara a la temporada alta”, apunta Silken. 

El mismo planteamiento que tienen otras cadenas. “No es nuestro objetivo lanzar ofertas de última hora, sino encontrar la tarifa óptima que se adapte a las necesidades de nuestros clientes”, ahonda Vincci. Hotusa, que está detrás de cadenas como Eurostars o Exe, también reconoce que “el buen comportamiento de la demanda no requiere de una política agresiva en precios y promociones para captar la venta de último minuto” y que las “perspectivas continúan siendo buenas y todos los indicadores muestran que va a ser un buen verano”.

Compañías como NH o Meliá no han contestado a las preguntas de elDiario.es. Sí lo ha hecho Palladium que no detalla si ve una ralentización de la demanda, pero sí desglosa cómo está evolucionando esta por destinos. En su caso, las tarifas medias suben del orden del 10% respecto al año pasado. “A día de hoy contamos con una ocupación del 72% en términos globales, incluyendo tanto destinos nacionales, como internacionales”, afirma la cadena que forma parte del grupo empresarial de la familia Matutes.

“Estamos registrando picos de hasta el 80% o 90% en los meses de julio y agosto para Baleares, que lidera las cifras de ocupación en los destinos nacionales en los que operamos”, afirma Palladium. “En el caso de los destinos internacionales, este año destacan las previsiones de reserva en Sicilia, con un 79% de ocupación en este momento, seguido de Brasil, Jamaica y República Dominicana”, enumera. 

También la plataforma de reservas eBooking lo ve en positivo. “Ahora mismo los precios siguen subiendo en todos los mercados y destinos, por lo que nuestros datos indican que los precios seguirán subiendo hasta la segunda semana de Julio para los precios de, en España, hasta la mitad de agosto”, afirma su director Toni Raurich.

¿Cuánto suben los precios?

Las hoteleras llevan meses hablando de subidas de precios. Ahora, la asociación que los integra, la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) las concreta. Aseguran que han subido más de un 9% respecto a 2019. Si solo se ven los datos de mayo, el último mes que publica en un análisis de cómo está el sector, el precio medio diario de las habitaciones ocupadas (ADR, en la jerga del sector) está casi un 23% más alto que en 2019. Se pagaban ese mes 103 euros por habitación, frente a los 84 de 2019.

Como contexto, el INE también mide cuánto cuestan los hoteles. El año pasado, cuando ya no hubo restricciones a viajar, los precios de los hoteles entre junio y agosto repuntaron un 16%. Habrá que esperar a septiembre para ver cuál es la evolución concreta en en la temporada estival de este año.

Del citado análisis de Cehat, realizado por la consultora PwC también se infiere que hay cierta preocupación entre los turistas por la evolución de los precios. En concreto, preguntan a visitantes extranjeros por su “sentimiento neto” hacia las vacaciones en España, donde se les pregunta cómo ven aspectos como la gastronomía, la cultura, el ocio o la naturaleza. También, por los precios. “Crece la preocupación internacional por la subida de precios, empujando a valorar otros destinos”, reconoce el análisis. El motivo es que, este año, un 17% de los visitantes señalan lo que cuesta económicamente venir a España, cuando hace un año era un 2%. 

Ese impacto de las tarifas en la demanda no es diferente a lo que está ocurriendo en otros mercados. En Estados Unidos, que vive su semana de temporada más alta por el puente del festivo del 4 de julio, los precios están un 16% más altos que los de 2019 y casi un 40% de los viajeros es lo primero que tienen en cuanta a la hora de decidir dónde viajan, según una encuesta publicada por CNBC.

Positiva evolución del empleo

Suben los precios y mejora el empleo del sector, a pesar de que distintas voces alertan sobre las plazas que no se consiguen cubrir. De hecho, hace unos días, el sindicato CCOO avisaba de que se han perdido 32.000 camareros en los últimos cuatro años, que no han vuelto tras la recuperación económica postpandemia.

Pese a ello, la afiliación a la seguridad social está en máximos. En mayo –de nuevo, el último mes con datos– el número de afiliados vinculados a actividades ligadas con el turismo creció un 5,5%, hasta superar los 2,7 millones de personas. Es el mejor mayo de la serie histórica y equivale al 13,3% del total de afiliados. 

Por ramas de actividad, en la rama de hostelería el incremento fue de 87.544 afiliados: 55.257 en los servicios de comidas y bebidas; 32.287 en los servicios de alojamiento; y en las agencias de viajes la subida fue de 6.571 trabajadores.

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