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Los hogares reducen su deuda hipotecaria para amortiguar la subida de tipos

Edificio de viviendas en Palma. EFE/ Cati Cladera

Diego Larrouy

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Desde que acabó la cuarentena por el coronavirus, el mercado hipotecario se ha disparado en España. Son numerosos los datos que recuerdan los niveles de hace una década en cuanto a este negocio para los bancos. Tal fue el nivel de concesión de nuevos préstamos que se rompió con una inercia que se prolongaba desde la pasada crisis financiera y era que mes tras mes los hogares reducían su deuda hipotecaria con las entidades financieras. Esta volvió a crecer hasta el pasado verano, cuando comenzaron a aplicarse las subidas de tipos. Desde entonces, este pasivo ha vuelto a reducirse.

Hace ahora 12 años se alcanzó en España el máximo de deuda hipotecaria que ha existido para los hogares. En pleno pinchazo de la burbuja, los españoles debían a los bancos por los préstamos de sus viviendas 656.800 millones de euros, según las estadísticas del Banco de España. La cantidad se había duplicado en apenas una década. Fueron los años de los desahucios, de los problemas de deudas que muchas familias no pudieron pagar y otras sufrieron sobremanera para poder cumplir con sus obligaciones con el banco. Desde entonces, comenzó una reducción paulatina de la deuda. Se amortizaban más hipotecas de las que se firmaban nuevas.

Se prolongó hasta enero de 2021, cuando se alcanzó el mínimo de deuda de los hogares por sus viviendas desde que estallara la crisis financiera: 506.705 millones de euros. Tras una década de un descenso continuado, un boom hipotecario tras las limitaciones de la pandemia se produjo en toda España. Mes tras mes, se firmaban más hipotecas de las que se amortizaban y volvió a crecer de nuevo la deuda de los hogares por sus viviendas. Fue así hasta el pasado verano. En apenas 18 meses, la deuda que se había ido reduciendo durante una década volvió a crecer en 10.000 millones de euros.



Sin embargo, esta inercia parece haberse frenado, según las propias estadísticas del Banco de España. A falta de conocerse los datos del último mes de 2022, el año terminó a la baja en cuanto a esta deuda, la principal para los hogares españoles. Desde que en julio se alcanzara el máximo, se ha ido reduciendo, lentamente, mes tras mes. De aquellos 10.000 millones que aumentaron durante el año siguiente a la pandemia y la primera mitad del pasado, se han vuelto a reducir otros 3.000 millones de euros.

El cambio de ciclo ha coincidido con el de la política monetaria del BCE. Precisamente en julio se anunció la primera subida de tipos de interés en una década, lo que irremediablemente ha afectado a las hipotecas. Si bien, estas dependen del euríbor, un índice que comenzó a subir con el inicio de la guerra en Ucrania y que ha alcanzado niveles que no se veían en mucho tiempo. 2022 ha acabado con esta referencia en el 3,33%, siendo la primera vez desde 2008 que se alcanza este nivel.

Los hogares han acelerado de este modo en los últimos meses del año la reducción de la deuda que tienen con los bancos por sus viviendas. Sin embargo, lo han hecho sin que el crédito nuevo para vivienda se haya recortado respecto a un año antes. Entre enero y noviembre la concesión de estos préstamos creció un 12%, según las estadísticas del Banco de España. Si bien, sí es un ritmo más bajo que el experimentado en 2021, cuando el incremento fue del 40%.

Las hipotecas se convirtieron en el último tercio del pasado año en uno de los elementos de debate político y sectorial. La subida de tipos elevará el coste de los hogares para pagar sus hipotecas, lo que a algunos de ellos les supondrá un cierto estrés financiero. Es por ello que el Ejecutivo urgió al sector a establecer una serie de medidas temporales para evitar que esta situación se traduzca en un problema para los hogares de menores rentas. La solución fue un código de buenas prácticas que ha entrado en vigor a comienzos de este mes y que, entre otras cosas, reduce los costes para los hogares que quieran amortizar deuda para evitar el aumento de los intereses. “Es un ambicioso paquete para proteger a las clases medias y trabajadoras”, reivindicó el presidente Pedro Sánchez en un mitin del PSOE.

La norma salió adelante tras una prolongada negociación entre las patronales bancarias y el Gobierno. El acuerdo fue finalmente avalado por el Consejo de Ministros y por el Congreso, no sin críticas internas en la coalición, donde Unidas Podemos reclamó medidas más ambiciosas. “Es un pequeño paso mejorable”, aseguró la vicepresidenta Yolanda Díaz.

97% de las hipotecas cubiertas por el código

El Ministerio de Asuntos Económicos, responsable de este código de buenas prácticas, ha informado esta semana que se han adherido a este protocolo 54 bancos y cajas de ahorros, lo que supone cubrir al 97% de las hipotecas. El Gobierno modificó además un código de buenas prácticas anterior para incluir más medidas para hipotecados vulnerables y, según ha informado, ninguna de las 84 entidades que estaban adheridas a aquel se ha dado de baja.

En el sector bancario existe ahora la incertidumbre de si las hipotecas van a seguir en el mismo nivel durante el presente curso. No en vano, se trata de uno de los negocios principales para su actividad. Es un hecho no solo español sino a nivel europeo. El BCE advirtió hace unas semanas a los bancos para que vigilaran de cerca su exposición a la “sobrevaloración” de la vivienda. Al supervisor le preocupa que los precios de la vivienda sigan subiendo al tiempo que aumenta el coste de las hipotecas.

Los bancos españoles presentan durante las próximas semanas sus resultados de 2022, en los que podrá apreciarse el impacto de este negocio en sus cuentas. El primero en presentarlas ha sido Bankinter, cuya consejera delegada, María Dolores Dancausa, reconoció que se espera una actividad hipotecaria “un poco” más baja para este año.

Al igual que la deuda por vivienda vuelve a la baja y se sitúa en registros mínimos desde antes de la pasada crisis financiera, los hogares han vuelto a aumentar su pasivo para el consumo. Estos créditos, más caros que las hipotecas, son los que se usan habitualmente para la compra de bienes. A cierre de noviembre, esta deuda se situaba en más de 188.000 millones de euros y hay que remontarse hasta 2012 para tener un nivel similar al actual. Estos préstamos son especialmente intensos en periodos previos a un alto nivel de consumo, como es el mes de noviembre, cuando empiezan las compras de Navidad. El pasado mes de noviembre, último mes con datos del Banco de España, aumentó en 9.000 millones de euros la deuda. Ha sido el segundo mes de noviembre con mayor aumento de la deuda, solo superado por 2019.

Los españoles lograron durante la pandemia mantener un amplio colchón de ahorro, aunque la inflación está haciendo que este margen se agote. La tasa de ahorro media cayó a niveles previos a los confinamientos por la COVID en el tercer trimestre, según las estadísticas de Eurostat. Volvió a quedarse por debajo del 6% de la renta disponible de los hogares, según el organismo europeo de estadísticas, tras alcanzar el 25% en el segundo trimestre de 2020. Esto se traduce en que este ahorro ya ha dejado de ser un apoyo crucial en un contexto de elevada inflación.



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