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Los recortes de gastos en plantilla y oficinas no sacan a la banca española de la cola de la solvencia en Europa

Fachada de una sucursal de Liberbank en Málaga. EFE/Carlos Díaz/Archivo

Diego Larrouy

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“España tiene un exceso de capacidad”. Esta frase se ha repetido hasta la extenuación en el sector bancario, tanto entre las propias entidades como entre los supervisores. Traducido, significa que se deben reducir las plantillas y el número de oficinas. El objetivo último, según se ha señalado, es mejorar la rentabilidad y la solvencia de la banca. La industria bancaria española ha encabezado en los últimos años los cierres de oficinas y los despidos en Europa. Sin embargo, esta realidad no le ha permitido salir de la cola del continente en cuanto a niveles de solvencia se refiere.

Un año tras otro, los distintos informes que realizan tanto la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en sus siglas en inglés) como el Banco Central Europeo (BCE) señalan a España como el país con el sector bancario con menor solvencia y uno de los que tienen el nivel más bajo de rentabilidad. En el año de la pandemia, pese a que se mejoraron los datos de solvencia para los bancos españoles, el organismo que preside Christine Lagarde volvió a situar a España en el último puesto de la lista.



La banca española se encuentra en una situación mucho más favorable que la que tenía en la anterior crisis y los datos de solvencia se sitúan en niveles que no han levantado, por ahora, las alertas de los supervisores. Las sucesivas pruebas de resistencia realizadas tanto a nivel europeo como nacional han dado muestra de la capacidad de aguante de estos bancos, si bien es una tarea pendiente del sector mejorar esta situación, puesto que ningún otro país del continente se ve superado por la industria financiera española. En este sentido es donde ha tomado mucho protagonismo el recorte de costes mediante la disminución de plantillas y de redes de sucursales.

Los supervisores han remarcado en repetidas ocasiones que, ante un problema que afecta tanto a la solvencia como a la rentabilidad del negocio, los bancos deben acometer estos recortes. La última de las veces fue el pasado mes, en un foro en el que coincidieron el Banco de España y el Banco Central Europeo en el análisis. El vicepresidente del organismo comunitario, Luis de Guindos, defendió que se trata de un mecanismo de “naturaleza defensiva”. “Si no hay una mejora de la rentabilidad, habrá una crisis de solvencia”, añadió. “El sector tiene un problema de sobrecapacidad y de rentabilidad, y esto puede provocar un problema de estabilidad financiera”, coincidió el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.

Sin embargo, los fuertes recortes de gastos que han realizado los bancos españoles durante la última década, aunque han mejorado el dato de solvencia del sector, no han evitado que se siga a la cola europea. Así lo muestran los distintos informes de transparencia que realiza la EBA anualmente desde 2015 y que permiten comparar los bancos españoles con el resto de bancos europeos en distintas métricas, entre ellas la solvencia. Como nota técnica, habitualmente se toma de referencia una magnitud conocida como ratio CET1 Fully Loaded que mide el capital del banco frente a sus activos ponderados por su riesgo.

En el primero de aquellos informes, España aparecía en la posición decimoquinta, medio punto por debajo de la media comunitaria. Al año siguiente, España caía en la lista y ya solo superaba a Portugal y Letonia, con un ratio del 10,8%, frente al 13,5% de la media europea. En 2017, el ratio de solvencia quedaba en el 10,5% y la banca española ya se situaba en la última posición. Durante los tres ejercicios siguientes, el sector español ha ido mejorando sus datos, alcanzando en el último curso un 11,8%. Eso sí, tres puntos por detrás de la media europea, según las estadísticas que ha ido publicando el regulador bancario europeo. Es decir, aunque España ha incrementado sus niveles de solvencia, lo ha hecho al mismo ritmo que Europa.

El estudio de la EBA incluye en el informe a los doce bancos más grandes de España, incluyendo a los ocho cotizados (Santander, BBVA, Bankinter, Bankia, CaixaBank, Sabadell, Liberbank y Unicaja) y otros cuatro (Kutxabank, Ibercaja, Abanca y Cajamar); que cubren la práctica totalidad del sector financiero español. Pese a ello, ninguno de los bancos españoles incluidos en el informe se situó entre los 50 con mayores niveles de solvencia de Europa, siendo la unión de las antiguas cajas vascas la que se situaba en el nivel más alto y BBVA, en el más bajo.



Desde 2015, cuando la EBA convirtió sus pruebas de transparencia en un ejercicio semestral continuado, y hasta el cierre del año 2020 en España han desaparecido 25.124 puestos de trabajo del sector bancario. Antes de aquel año y desde el inicio de la crisis financiera ya habían desaparecido 75.000 y en este ejercicio se sumarán al menos 15.400 despidos. Solo Alemania está por encima de los registros de España. Pese a ello, la banca española, aunque ha mejorado algo más de un punto su nivel medio de solvencia, se mantiene en el vagón de cola de Europa.

Al mismo tiempo, entre 2015 y 2020, en España se han clausurado casi 8.700 sucursales bancarias. De nuevo, solo Alemania ha cerrado más oficinas en ese mismo periodo. Desde 2008, la banca española es la que más ha recortado su red, haciendo desaparecer la mitad de sus locales. Este curso sumará, al menos 3.200 nuevos cierres. Los bancos españoles gastarán más de 4.100 millones en despidos y clausuras de oficinas entre finales de 2021 y el primer semestre de este año.



Cuatro de las principales bancos españoles (BBVA, Santander, Sabadell y Bankinter) se encuentran entre las 38 entidades europeas que esperan conocer el próximo 30 de julio los resultados de los famosos test de estrés que realiza la EBA cada dos años y que, con motivo de la pandemia, se pospusieron el pasado curso. Estas pruebas tratan de medir la resistencia de los bancos a distintos escenarios económicos. En esta ocasión, por ejemplo, se analizará su capacidad frente a una hipótesis en la que la situación económica provocada por el coronavirus se extendiera más de lo previsto. No entra CaixaBank en este examen al haber estado este año centrado en la absorción de Bankia.

Los bancos españoles superaron con holgura el último examen, realizado en 2018. En aquella ocasión participaban BBVA, Santander, CaixaBank y Sabadell, siendo este último el que peor nota obtuvo en el caso del escenario más adverso. Aunque todos ellos obtuvieron calificaciones por encima del mínimo, lo cierto es que, de nuevo, la media española se situaba por debajo de la solvencia media en Europa, tanto en el peor de los escenarios como en el más positivo.

La solvencia no es la única tarea pendiente de la banca española. En un reciente informe del BCE, figuraba como el tercer país en la cola del retorno de capital (RoE, en sus siglas en inglés), como se mide la rentabilidad de las instituciones financieras. Solo Irlanda y Grecia tuvieron durante el año 2020 sectores financieros con una rentabilidad más baja que en España. En concreto, el dato para el curso de la pandemia en España fue del -3,6%, frente a la una media del 1,9% de la media europea. En este caso, el dato está afectado por el coronavirus y las provisiones que tuvieron que acometer los bancos. Antes de la pandemia, la rentabilidad de la banca española se había colocado por encima de la media.

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