El salario mínimo pierde peso en la renta de los trabajadores españoles
El salario mínimo interprofesional (SMI) es una red de protección social para los trabajadores y garantiza salarios dignos en los países desarrollados. La crisis ha sido una prueba de fuego para esta referencia, pero con un resultado muy desigual por países. Alemania ha decidido introducirla, como también lo está debatiendo Estados Unidos, que ya ha introducido la norma en el caso de funcionarios federales.
Sin embargo, los países rescatados o de la Europa periférica, han congelado o recortado este indicador que ha perdido parte de su labor de protección. Así, según un informe presentado ayer por la Organización para el Trabajo (OIT) para los países del G-20, el salario mínimo español ha perdido un 1,1% de su peso frente a la renta media española entre 2007 y 2012. Solo otros tres países de la OCDE han perdido peso relativo frente a la media: Sudáfrica, China y Australia.
Estos datos dan alas a las peticiones de los sindicatos que han planteado al Gobierno que mejore esta referencia como punto de partida para retomar el diálogo social. Ayer mismo, el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, pedía una recuperación de 5,8 puntos de este indicador para que recuperara el poder adquisitivo perdido durante los últimos años. Según publicaba ayer El Economista, el Ejecutivo estaría estudiando una mejora del 1% para el próximo ejercicio.
La última subida significativa del SMI se materializó en 2011 cuando mejoró un 1,3%. Desde entonces apenas ha sufrido cambios ni siquiera para actualizarse en línea con el IPC. A día de hoy el salario mínimo está en 645,30 euros al mes o 21,41 euros al día.
Esta congelación de la base de los salarios de los trabajadores en España ha hecho que el SMI español se haya quedado justo en el límite de la media de la OCDE (ligeramente por detrás) al suponer un 34,9% de la renta media del país. Llama la atención que sea Indonesia el que lidere este indicador, al suponer este suelo un 63,2% de la renta media. Francia, India, Reino Unido o Turquía también tienen fijado un salario mínimo que tiene un peso muy superior con respecto a las rentas del país.
Para los sindicatos, el nivel del SMI es un pilar del diálogo social porque entienden que sirve de referencia para el conjunto de los trabajadores. Además, lo enmarcan en una posible mejora de la demanda agregada y del consumo, en línea con el actual debate de mejorar los ingresos de los trabajadores para impulsar la economía.
En los últimos días, la OCDE ha tenido una superproducción de informes sobre España. En uno de ellos, advertía de que la contracción de los salarios debía ya tocar a su fin o empezaría a ser contraproducente. Aunque el secretario general de la organización, Ángel Gurría, recogió velas en una reciente intervención en Madrid y no se atrevió a sugerir una subida de las nóminas. El mexicano se limitó a pedir que ya no se sigan recortando y que se trabaje en mejorar la productividad.