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El vínculo entre tabaquismo y cáncer de vejiga

Un cigarrillo encendido.

Mercè Palau

“Fumar perjudica la salud” o “No fumes” son algunos de los mensajes que no se cansan de repetir y recordar profesionales y autoridades sanitarias. Porque el tabaco y la exposición prolongada al humo, aunque no se sea fumador, es malo para la salud en general y para la de los pulmones, arterias y corazón en particular.

Pero, aunque cuando se habla del efecto cancerígeno del tabaco inmediatamente suele pensarse en el cáncer de pulmón sobre todo, hay otros tipos de cáncer que también están directamente relacionados con el tabaquismo. Entre ellos, el de vejiga, poco conocido pero considerado uno de los tumores malignos más comunes del sistema urinario.

El cáncer de vejiga en cifras

El cáncer de vejiga es el cuarto tumor más frecuente en hombres (después del de pulmón, próstata y colorrectal). La edad promedio se sitúa en torno a los 70 años.  La incidencia en España es de las más altas del mundo, según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Sin embargo, se calcula que este tipo de cáncer es un tumor con una prevalencia más frecuente de la que los datos suelen transmitirnos.

El cáncer de vejiga ocupa el noveno lugar en cuanto al número de diagnósticos en todo el mundo. Y, como destaca la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), existen, curiosamente, diferencias geográficas marcadas: es uno de los tumores de la vía urinaria más frecuente en ciertas zonas del mundo, como en el oeste europeo (incluida España), Asia, América del Norte, Asia o Europa del este.

La principal señal de advertencia es la aparición de sangre en la orina, llamada hematuria, aunque no siempre es así y tampoco es específico de este cáncer. Pero sí debe ser un signo evocador, igual que las molestias urinarias, como necesidad de orinar con frecuencia y en poca cantidad o dolor o escozor al orinar, entre otros síntomas. 

Vínculo entre cáncer de vejiga y tabaco

Factores como la edad y el sexo pueden influir en el riesgo de desarrollar la enfermedad y, aunque las causas concretas para el cáncer de vejiga siguen siendo en gran parte desconocidas, sí se considera el tabaquismo y la exposición a ciertas sustancias químicas y gases como algunos de los principales responsables. Al tabaco se le atribuyen alrededor del 50% de todos los casos diagnosticados.

Lo corroboran varios estudios e investigaciones que se han elaborado en los últimos años. Es el caso de un análisis realizado sobre unas 500.000 personas, publicado en JAMA, según el cual el riesgo de cáncer de vejiga por fumar es entre un 50% y un 65% más alto en hombres y entre un 20% y un 30% en mujeres. La investigación, además, alerta de que fumar triplica el riesgo de sufrir este tipo de cáncer

También la Sociedad Estadounidense del Cáncer admite que los fumadores tienen al menos tres veces más de probabilidades de desarrollar cáncer de vejiga que los no fumadores. Se calcula que en todo el mundo se diagnostican más de 350.000 personas con cáncer de vejiga cada año.

Otros datos que corroboran la relación entre tabaco y cáncer de vejiga son los de la Unidad de Urotelio del Servicio de Urología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, según los cuales el 76% de los pacientes tratados en este hospital con tumor de vejiga de alto riesgo fuman o han fumado alguna vez. 

El problema del tabaco

El tabaco y el humo concentran más de 7.000 sustancias químicas distintas, de las que unas 70 se consideran productos carcinógenos y tóxicos, asegura el Dr. Juan Monzó Gardiner, especialista de la citada unidad. En estas sustancias se incluyen algunas como los alquitranes, nicotina, arsénico, formaldehído, polonio 210 o cadmio y níquel. Son solo algunas de las que enumera la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) como cancerígenos en animales y humanos.

Cada calada de un cigarrillo contiene una mezcla de estos compuestos químicos, que se absorben en la sangre, pasan a través de los riñones y se recogen en la orina, apunta por su parte su compañero en la Unidad de Urotelio, el Dr. Leslie Cuello Sánchez.Mientras esta permanece en la vejiga para ser expulsada, la vejiga permanece expuesta a estos químicos altamente concentrados, y lo hace a menudo durante varias horas. 

Estos químicos pueden dañar las células de la pared de la vía urinaria y aumentar el riesgo de desarrollar cáncer. Según los expertos del Servicio de Urología de la Fundación Jiménez Díaz, en el 75% de los casos los tumores están confinados en las capas más superficiales, es decir, la mucosa o submucosa de la vejiga y el tratamiento consiste en la extirpación local. 

En el 25% de los casos restantes, los tumores afectan al músculo vesical, por lo que es necesario un tratamiento más radical, como la extirpación de la vejiga o la combinación de quimioterapia y radioterapia. “Cuando se identifica en una fase temprana, el cáncer de vejiga tiene una alta tasa de curación”, apostilla la Dra. Elena Buendía González, también especialista de la Unidad de Urotelio del hospital madrileño, que recientemente se ha convertido en el primer hospital del mundo en conseguir el EFQM Global Award, premio a la Excelencia en Gestión de mayor prestigio internacional.

Una manera eficaz de prevenir este tipo de cáncer, si se es fumador, es abandonar el tabaco cuanto antes porque, entre otros indicadores, la mortalidad por cáncer de vejiga es mayor en fumadores que en exfumadores.

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