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“Hay que duplicar la inversión”: por qué la UE y el sector energético consideran que el PNIEC podría quedarse corto

Paneles de energía solar

La Agencia Internacional de la Energía (EIA, por sus siglas en inglés) ha advertido de la necesidad de incrementar la inversión para adecuar las redes eléctricas a la realidad de la nueva demanda. La transición energética que tiene por objetivo descarbonizar el sistema ya está en marcha, hasta el punto de que la producción eólica y fotovoltaica en nuestro país representará la mitad del total este mismo año. Por esta razón, la AIE estima que esta adaptación de la infraestructura requerirá invertir entre 70 y 100 céntimos por cada euro que se destine a renovables hasta el año 2030 y, a partir de entonces, la cifra tendrá que aumentar.

Este problema no solo afecta a España y, de hecho, la Comisión Europea prevé que la producción renovable en el año 2050 represente más del 80% del total continental y la proporción de electricidad en la demanda final de energía se sitúe en el 53%. Desde Bruselas ya se estableció que, para actualizar las redes, la inversión debería alcanzar los 584.000 millones de euros cuando termine la presente década, como recoge el Plan de Acción de la UE publicado a finales del año pasado. Sin embargo, esta cifra podría cambiar muy pronto, ya que la Comisión Europea presentará un nuevo plan el próximo 29 de noviembre con la intención de actualizar los datos.

Por su parte, el sector tiene claro el camino a seguir. Desde la Agencia Internacional de Energía Renovable, cuyo acrónimo en inglés es IRENA, se considera que es el momento de “invertir a gran escala en redes que den cabida a un porcentaje cada vez mayor de energía verde; establecer una arquitectura política y reglamentaria que facilite la financiación específica de los sectores público y privado; y garantizar que las aptitudes y capacidades se ajustan al sistema energético del futuro”, tal y como ha detallado Francesco La Camera, director general de la organización.

Precisamente, IRENA en colaboración con la COP 28 —Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023— y Global Renewables Alliance, ha presentado un informe titulado Triplicar la energía renovable y duplicar la eficiencia energética para 2030: pasos cruciales hacia 1,5°C (Tripling renewable power and doubling energy efficiency by 2030: Crucial steps towards 1.5°C) en el que se precisa que “la infraestructura eléctrica existente debe ampliarse y modernizarse para crear un nuevo sistema energético apto para las energías renovables”, en consonancia con lo apuntado por otros organismos y entidades.

De esta forma, el texto especifica que “es urgente una planificación intersectorial de infraestructuras, aumentar la cooperación transfronteriza y desarrollar redes eléctricas regionales”. Al mismo tiempo, el informe también concreta que “la modernización y expansión de la red garantizará los objetivos medioambientales, así como la flexibilidad de la oferta y la gestión de la demanda”.

En una línea similar se ha manifestado Ember, un grupo internacional de reflexión que busca impulsar la electricidad limpia basándose en el conocimiento que proporcionan los datos y la tecnología: “Las redes eléctricas se convertirán en la columna vertebral del sistema, transportando el 50% o más de la energía de Europa en el año 2050”. Asimismo, desde este think tank también se defiende que “sin redes eléctricas más fuertes será difícil cumplir los objetivos climáticos” y, de hecho, “continuarán fuera de nuestro alcance”.

Y nuestro país, ¿en qué punto se encuentra?

Pese a la unanimidad de los agentes de la industria energética en sus análisis, los expertos remarcan que queda mucho por hacer, especialmente en España, donde el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) incluye unas inversiones en redes de 52.920 millones de euros para el período comprendido entre este 2023 y el 2030. La cifra representa cerca del 18% de todas las inversiones de la década, aunque sería insuficiente, en opinión de la mayoría de los actores implicados. De esta forma, la asociación sectorial Eurelectric calcula una inversión de 0,67 euros en la red por cada euro invertido en capacidad de generación, en consonancia con lo apuntado por la EIA y lejos de los 30 céntimos actuales y de los 45 que se alcanzarían según la última revisión del PNIEC.

En este sentido, la Comisión Europea ya analizó la situación de nuestro país en mayo: “España se enfrenta a una gran acumulación de solicitudes pendientes de nuevas centrales de energía renovable (…) pero las restricciones de capacidad de la red limitan la mayor integración de las energías renovables en la red eléctrica”. Para Bruselas es tan preocupante la situación que Kadri Simson, comisaria europea de Energía, solicitó durante su intervención en el plenario de la Cumbre Internacional de Clima y Energía, organizada por la EIA y el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico en el marco de la Presidencia Española de la UE, que “todos debemos invertir juntos y de forma masiva en el despliegue de las tecnologías de hoy y, al mismo tiempo, desarrollar las de mañana” y reclamó “desbloquear la financiación pública y privada” para lograrlo.

España debe afrontar el que es, en estos momentos, uno de los mayores cuellos de botella en proyectos solares y eólicos, debido a la falta de capacidad instalada de sus infraestructuras. En este sentido, el mencionado informe de la EIA hace un llamamiento a “duplicar la inversión en estas infraestructuras” tras corroborar que aproximadamente 130 gigavatios de generación renovable en fase avanzada —con una potencia equivalente a unas 130 centrales nucleares— se encuentran a la espera para conectarse a la red.

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