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La academia de la Ertzaintza vertió 8.000 litros de gasóleo a aguas cercanas al anillo verde protegido de Vitoria

Vista de los humedales de Salburua, parte del anillo verde protegido de Vitoria y cercanos al curso del arroyo que se vio afectado por el vertido

Rubén Pereda

Vitoria —
26 de febrero de 2024 13:08 h

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La academia que la Ertzaintza tiene en el concejo de Arkaute, en las inmediaciones de Vitoria, contaminó con hasta 8.000 litros de gasóleo las aguas del arroyo Errekabarri, que bañan las inmediaciones del anillo verde de la ciudad, en el que se incluyen los humedales de Salburua, y siguen luego su curso para acabar desembocando en el Zadorra. “Las razones de este vertido obedecen a una falta de medidas preventivas, como un sistema de alarma, y muretes y cubetos de contención”, ha admitido en una comparecencia ante las Juntas Generales de Álava este lunes Amaia Barredo, diputada de Sostenibilidad, Agricultura y Medio Natural. Se requirió la contratación de hasta quince camiones succionadores para retirar “230.000 litros de agua pluvial mezclada con hidrocarburos”.

La academia de Arkaute dispone de tres calderas que se nutren principalmente de un combustible fósil, el gasóleo, con el que consiguen brindar el aporte energético necesario para el abastecimiento de agua sanitaria y calefacción. Según el repaso cronológico esbozado por la diputada, que ha comparecido por petición de los grupos de EH Bildu y Elkarrekin (Podemos, IU, Berdeak Equo y Alianza Verde), la academia de Arkaute avisó de un vertido al arroyo Errekabarri tanto a la Agencia Vasca del Agua (URA) como a la Diputación de Álava “a primera hora de la mañana” del 2 de enero de 2024. En ese instante, de acuerdo con su relato, se procedió a detener “rápidamente” las bombas de la depuradora y se sustituyeron el filtro defectuoso de la caldera y también los otros como medida preventiva. ¿Qué había sucedido antes? Uno de los filtros de gasóleo se había roto. Para evitar que la sala se inundase y rebosara, entró entonces en funcionamiento una bomba cuya función era evacuar el líquido, que se canalizó hacia la depuradora, situada al noroeste de las instalaciones. “Es un pozo de pluviales, que se compone de otro de fecales, de una turbina y un depósito. El vertido de gasóleo se mezcló con las aguas pluviales y desbordó el pozo”, ha explicado Barredo.

No se puede determinar con exactitud cuánto gasóleo se vertió al arroyo Errekabarri, tributario del Alegría, que acaba desaguando finalmente en el Zadorra. Sí se sabe que se han retirado “más de 230.000 litros de agua pluvial mezclada con hidrocarburos”, para lo que se requirió de la contratación de “más de quince” camiones succionadores, que durante los días 2 y 4 de enero, y habiéndose arreglado ya la fuga, se afanaron en retirar la mayor cantidad posible de gasóleo. “El responsable apunta a una pérdida de 8.000 litros de gasóleo y, aunque es difícil cuantificar la cantidad, andará por ahí”, ha señalado la diputada. En principio, y según ha subrayado, la Diputación “no suele entrar” si no hay mortandad de peces, cosa que no se detectó en este caso, pero en este caso lo hizo por discurrir el arroyo por las inmediaciones de los humedales de Salburua, parte del anillo verde de Vitoria, un espacio protegido.

“Falta de medidas preventivas”

Barredo no ha dejado lugar a la duda en cuanto a la causa subyacente tanto del vertido como de la tardanza a la hora de detectarlo: no había suficientes medidas preventivas. “Las razones de este vertido obedecen a una falta de medidas preventivas, como un sistema de alarma, y muretes y cubetos de contención”, ha señalado. Ha subrayado, además, que las instalaciones tienen más de cuarenta años, mientras que algunas de las calderas acumulan más de treinta. Ha admitido, asimismo, que si se desconoce con exactitud cuándo comenzó el vertido es porque no había un sistema de alarmas que permitiese identificar la fuga. A raíz de este último incidente, se han colocado moretes de contención estancos y se van a instalar también, según ha anunciado, sondas detectoras que avisen en caso de que se dé una acumulación de gasóleo, de tal manera que los quemadores dejen de funcionar de manera inmediata. “Ya se ha corregido la afección al medio hídrico. El Errekabarri bordea las balsas de Salburua, pero no nos consta que se hayan visto afectadas”, ha incidido Barredo, que ha repetido en más de una ocasión que tampoco ha habido mortandad.

Zadorra Bizirik lamentaba en su denuncia que el vertido de gasóleo era el cuarto desde las instalaciones de la academia en los últimos veinte años. “Una vez puede pasar, dos también, tres también, pero ya cuatro...”, ha criticado, en ese misma línea, Xabier Valdor, de EH Bildu, que ha señalado que pasan los años y no se aplican las medidas correctoras necesarias. “Sucede algo, la Administración sale a decir que se aplicarán los protocolos y que no volverá a suceder. Pasan cinco o seis años y vuelve a suceder lo mismo”, ha reiterado, y ha lamentado la falta de una solución integral a estos problemas.

En la respuesta a estas críticas, Barredo ha señalado que desde la academia ya se ha adoptado una solución integral, que pasa por la sustitución de las calderas que usan gasóleo por otras de geotermia o biomasa, como había aconsejado una auditoría energética acometida para tratar de encontrar un arreglo al problema. “La solución integral la estaba ya dando en el momento del vertido. Llevaba dando pasos desde 2018 para evitar que se diera un nuevo vertido”, ha remachado. Ha aprovechado también para congratularse por una “capacidad de reacción muy elevada” y por el hecho de que, desde el mismo momento en que se dio el aviso, se haya trabajado “coordinadamente con las instituciones”, entre las que ha mencionado a URA, la Diputación y la Policía local de Vitoria. Y ha apostillado: “Estaríamos encantados como institución de poder evitar todos los vertidos. Lo que hacemos es tener protocolos para evitar el mayor número de daños al medio”. Elkarrekin Araba, por boca del procurador José Damián García-Moreno, ha abogado por sacar el cauce del arroyo de la academia y darle uno nuevo y renaturalizado.

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