Este blog pretende ser la primera ventana a la publicación de los futuros periodistas que ahora se están formando en la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la UPV/EHU. Son las historias que los propios estudiantes de periodismo proponen a nuestros lectores.
Enganchados a la rutina, desconectados de nosotros mismos
Un día del 2009 decidió marcharse. Loic Bouteruche pasó casi un mes viajando por la India como peregrino. Se reunió con el resto del grupo en Nueva Delhi, donde un autobús les acercó hasta los alrededores del Himalaya. Avanzaban sin prisa. Paraban cada tres o cuatro días a visitar los templos y conocer a los sadhus, es decir, a los ascetas hindúes. Las horas transcurrían entre conversaciones con los monjes y la práctica de Hatha Yoga y meditación. Aun así, la mayor parte del tiempo sólo se escuchaba el silencio; únicamente interrumpido durante las sesiones de bhakti yoga en las que entonaban cantos y mantras. En ese periodo, su alimentación se basó en una estricta dieta vegetariana. A ratos, también ascendían las pendientes rocosas de la cordillera asiática. Tras finalizar su Yatra--así es como se denomina esta experiencia-, llegó a pensar en convertirse en monje. “No descarto hacerlo cuando sea anciano”, bromea.
Es de origen francés y se define a sí mismo como un yogui. Comenzó meditando a solas en el salón de su casa hace ya más de dos décadas, de forma autodidacta. Bouteruche explica que en el pasado realizó varios retiros de yoga y meditación; pero fue su vivencia en la India la que le llevó a reflexionar sobre cómo liberarse de todas las ataduras y desapegarse de cualquier posesión. “Otro de los retiros que me marcó fue el que hice en las Bahamas, en el Caribe. Allí, la atmósfera era distinta a la de mi vida cotidiana. Incluso el aire parecía diferente. Era como si estuviese en otro planeta”, matiza.
De niño, era muy peculiar. Apenas hablaba con nadie, y su vida social era escasa. De hecho, tenía miedo a tratar con los demás. Más tarde, su madre decidió apuntarle a jugar a fútbol y entonces se volvió más extrovertido. “Descubrí que necesitaba encontrar un equilibrio entre mi nueva vida social y las costumbres de ermitaño que había tenido siempre”, confiesa. Buscó respuesta a través de las herramientas que tenía a su alcance: las drogas, el alcohol, la música heavy metal, sus amigos e incluso, robar ocasionalmente. Pronto se dio cuenta de que nada de esto le satisfacía en absoluto, hasta que en una película sobre el Tíbet se cruzó con la imagen del Dalai Lama. Recuerda que se quedó fascinado contemplando a los monjes de túnica roja y al instante, supo que tenía delante la clave de todas sus incógnitas. A partir de ese momento, se informó cuanto pudo acerca de las enseñanzas del budismo; y reorientó sus esfuerzos hacia su crecimiento espiritual.
Hoy en día, regenta su propio centro de retiro en Granada (Andalucía) llamado Casa Bhakti, junto a su compañera Francesca. En sus instalaciones acogen a visitantes de todas partes; a los que se les ofrece alojamiento, dieta -por supuesto, libre de carnes y pescados-, y sesiones de meditación y yoga en un entorno rodeado por vegetación. “Aquí nos llegan asistentes de perfiles muy variados: personas adineradas, desempleados, banqueros, estrellas de televisión, atletas y hasta panaderos. Al final, todos estamos buscando la felicidad”, afirma.
El autocuidado: una prioridad, no una opción
La psicóloga cognitiva-conductual, Lucía Pérez Vela atribuye la popularidad en auge de este tipo de viajes a un aumento en el interés por el reconocimiento individual, la reconexión con nuestro interior y la búsqueda de equilibrio entre la sociedad. Las nuevas tecnologías y la rueda frenética en la que vivimos atrapados nos han desvinculado totalmente de nuestro propio ser. “Las personas recurren a los retiros para concederse un espacio en el que profundizar en sí mismos”, indica. De igual modo, recalca que existe cierta tendencia a caer en la culpabilidad cuando elegimos tomarnos un rato libre para mimarnos. “Está relacionado con la estructura socioeconómica en la que vivimos; y con estar orientados hacia la productividad, cumplir objetivos y mantenernos en modo hacer constante”, opina. Aparte, puntualiza que también influye el prejuicio de calificar estas acciones como negativas, por no estar atendiendo nuestras obligaciones como se supone que deberíamos hacer: “No se concibe el autocuidado como una responsabilidad con uno mismo y con el resto”. Pese a que en este sentido se empiezan a notar algunos progresos, todavía hay una clara intención social de tratar a las personas como meros sujetos productivos.
A su vez, Vela es profesional y practicante de mindfulness; término que podría traducirse como “atención plena” o “conciencia plena”. En la página web de Sociedad, Mindfulness y Salud definen esta disciplina como el acto de prestar atención de manera consciente al momento presente con curiosidad, aceptación e interés. “Cada vez más personas se acercan al mindfulness porque hay conciencia del sufrimiento y deseo voluntario de desprenderse de él. En la década de los 50, la población asumía una carga emocional que actualmente es inaceptable”, argumenta.
Ha completado personalmente varios retiros de este tipo y guarda un recuerdo muy positivo de todos ellos. No obstante, admite que pueden resultar muy exigentes y no tienen por qué ser siempre un oasis de calma y paz. “A veces, la introspección te lleva a darte cuenta de sentimientos, ideas o temores que desconocías. Este proceso puede ser vivido de muchas maneras. Los efectos que se obtienen tras un retiro no son incompatibles con nuestro ritmo de vida cotidiano, pero se deben trabajar día tras día”, incide.
Presentes aquí y ahora
Carles Ruiz-Feltrer también es instructor de mindfulness, además de uno de los miembros fundadores de la plataforma Con Plena Conciencia. En su portal online se presentan como “una asociación que trabaja en la difusión de las prácticas contemplativas para el bienestar de las personas y organizaciones”. A pesar su breve recorrido -empezaron a funcionar formalmente en enero del 2019-, ya han proporcionado a los usuarios múltiples recursos para que puedan continuar con su desarrollo personal: desde sesiones online de meditación gratuitas cada jueves por la noche, un congreso de mindfulness y bienestar en línea gratis hasta material descargable a precios mínimos.
Desde su posición, reivindica la importancia de sacar cinco o diez minutos diarios para dedicárnoslos a nosotros mismos y aplicar algunos ejercicios de autocuidado, “sin excusas”. “En los momentos de transición entre una acción y otra -por ejemplo, antes de abrir la puerta de casa o al entrar en el coche-, recomiendo detenerse cinco segundos a tomar conciencia del momento en el que nos encontramos. Es conveniente sentir la respiración en nuestro cuerpo y reconocer nuestra intención antes de continuar con la tarea”, aclara. En su redescubrimiento personal no tiene cabida el verbo sacrificar en el sentido literal: “Yo prefiero llamarlo simplificar, enfocar la vida en ser más feliz. Aunque no siempre me apetece sentarme a meditar, lo hago porque sé que el que más se beneficia de ello soy yo mismo. Para mí, no es renunciar a otras actividades, sino una ganancia”.
En busca de la Arcadia
En este contexto social donde se revalorizan las actividades que garantizan nuestro bienestar, surgen nuevas iniciativas para responder a las demandas de la sociedad. Es el caso de Encuentra Tu Retiro, una plataforma digital española que actúa en todo el mundo. Desde su central, facilitan que los usuarios den con un retiro que encaje en la temática, la zona y las fechas deseadas. Ponen en contacto a los organizadores de retiros con quienes quieran participar en ellos -sin que esto suponga ningún coste para el cliente-. La idea nació de la mano de Sergi Arribas Torras y su socio Antonio hace tres años, tras observar las limitaciones con las que se topaban las personas a la hora de buscar ofertas actualizadas de retiros que se ajustasen a sus preferencias particulares.
Respecto al perfil promedio de los asistentes, Torras manifiesta que se trata de un 60% de mujeres y el resto, hombres. El rango de edad entre las mujeres abarca de los 35-60 años, mientras que el de los hombres se sitúa entre los 40-60 años. “Aun así, recibimos bastantes personas en la veintena”, puntualiza.
En cuanto a los servicios más solicitados, el fundador comenta que son frecuentes algunos formatos de retiros de crecimiento personal, de trabajo interior, de yoga, de actividad física, de descanso -en cabañas ubicadas en la montaña-, etc. Así pues, los viajes energéticos al extranjero han cogido fuerza en los últimos tiempos. “Los conocemos como viajes conscientes. Nos desplazamos a un lugar no solo para admirar el paisaje como turistas, sino para entrar en conexión con la energía del entorno. En la India, visitamos templos y desiertos, y compartimos meditaciones con los monjes. Por otro lado, en el Machu Picchu peruano se llevan a cabo ceremonias de purificación”, declara.
Al exponer qué razones le animaron a crear su compañía, hace referencia su vivencia en un retiro de silencio celebrado en un bosque de Girona varios años atrás: “Durante la meditación, caminábamos despacio entre la naturaleza, en fila uno detrás del otro. Éramos un grupo de cerca de treinta personas, pero nadie hablaba. Sólo había silencio”. Tiene grabado en su mente el olor a incienso y la leña ardiendo en las fogatas cada noche. Diez días dedicados a la práctica del Vipassana -una técnica de meditación que consiste en observar la realidad de las sensaciones corporales-. “Ocurrió en una etapa de mi vida en la que estaba confundido y no sabía qué quería hacer exactamente. Al acabarlo, fue como si hubiese recuperado mi poder”, añade. Este sentimiento de empoderamiento coincide con los efectos de transformación que suele percibir en los asistentes a otros retiros por norma general.
En esta línea, otra empresa española se ha abierto paso en el mercado turístico: se trata de Viajes Transformacionales, una agencia que diseña y comercializa sus propios retiros tanto en el ámbito nacional como internacional; sin agentes externos y tratando directamente con el cliente. Detrás de esta propuesta está una extrabajadora de multinacionales que optó por abandonar su carrera cuando el estrés y la ansiedad se estaban apoderando de ella. Su nombre es María Salvador Pulido y ahora, como CEO de su propia empresa, echa la vista atrás: “La vida me hizo clic. Para poder conocer quién soy y lo que quiero llegar a ser, me hizo falta frenar en seco. No me llenaba mi empleo, así que dejé atrás mi zona de confort y aposté por mi propio plan”, expresa.
Considera que la mentalidad actual entiende la posesión de objetos materiales como sinónimo de triunfo, lo que provoca que se hayan perdido valores espirituales. “La mayoría de las personas acaban explotando en algún punto. A veces, esto sucede a los cuarenta años. Se percatan de que están viviendo una vida que no les corresponde, casi por inercia. Tras esta crisis se inicia la búsqueda interior, el autoconocimiento y el replanteamiento de cuál es tu verdadero propósito vital”, asegura. Como cabe esperar, ha estado de retiro en Tailandia, India, Bali y en una cabaña en Granada, por mencionar algunos. “En la medida que asistía a este tipo de viajes, me sentía mejor conmigo misma. Esto fue lo que me motivó a querer ayudar aquellos que se viesen identificados con mi historia”, matiza.
Cuando se le pregunta sobre su concepto de la auténtica felicidad, sonríe y responde con convicción: “Libertad. Hacer lo que quiera, cuando quiera, dentro de mis creencias y valores. Para mí, ser feliz es poder seguir mi propio camino”.
Sobre este blog
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