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El imperio contraataca
Tabarnia es una medio broma, medio amenaza, que Madrid, El Imperio (PP, PSOE, Ciudadanos-Cs, Casa Real y la Caverna/Brunete Mediática...), se ha sacado de la manga diciendo que un par de provincias catalanas (en realidad, ni siquiera son provincias enteras ), se quieren independizar de Catalunya. La “idea”, a medio camino entre la política y el humor, no es nueva. Surgió en junio de este año, cuando la Plataforma Per l’Autonomía de Barcelona, emulando el “Condado de Barcelona”, defendía la secesión de Barcelona y Tarragona del resto de Catalunya como fórmula argumental contra el proceso soberanista... contra “el Procès”. El concepto se había quedado en algunos rincones de la red, pero el resultado de las elecciones catalanas del pasado 21-D ha rescatado este proyecto de decimoctava comunidad autónoma española para “aislar la amenaza”.
Hay quién atribuye todo esto a la web Forocoches hace cuatro años. Otros, a los resultados del 21-D... El caso es que su viralización llega algunos días tarde para que pueda ser incluida en el diccionario de la RAE. Con todo, será uno de los “palabros” del año pese a su tardío nacimiento a medio camino entre la propuesta política y el gag humorístico con nombre de mundo de fantasía tras las puertas de un armario.
Esa Tabarnia que nos muestra el gráfico de Darth Vader 92 en (Wikimedia Commons) con unos mapas que ubican el concepto imaginario y con otros que nos muestran la realidad electoral, parece haber llegado para quedarse, como mínimo, algunos días en las Redes Sociales. Y, por supuesto, en boca de noticieros, portadas de diarios y en sobremesas en fin de año (sobre todo, puede ser un tema recurrente para “cuñados”). No deja de ser raro que esta “idea” esté, supuestamente, promovida desde Madrid por autodenominados constitucionalistas, vamos... los mismos que promovieron UPyD, Ciudadanos-Cs, Basta Ya, Foro de Ermua, Foro El Salvador, etc.
“Genialidades” por el estilo ya las pudimos observar en Euskadi cuando la difunta Unidad Alavesa (la de Pablo Mosquera y Enriqueta -Queca- Benito) llegó a reclamar la segregación de la CAV del Territorio Histórico de Álava-Araba. Pero, ¿qué esperar de un político fracasado que, aún en marzo de este año, calificaba al Lehendakari Urkullu como una persona “con muy pocas luces y serias dificultades de comunicación y no digamos preparación” o de ser “un chico muy osco, casi con perfil de casero vizcaíno”. Sin comentarios. Todo un aplicado opositor o a candidato de Ciudadanos.
Pero a ese “carro”, también intentó subirse otra pequeña escisión del socialismo vasco (la Democracia Socialista liderada por el expulsado Ricardo García Damborenea y Manuel Montero). En definitiva, una fantasía propagandística con fines electorales que, a su vez, heredaron algunos sectores de aquel fundacional -o fundamentalista- PP vasco (autor del “Todo es ETA”) y, con posterioridad, la primera versión del citado neo-falangismo de la mano de la “Caudilla Magenta”, Rosa Díez y que acabó con el naúfrago Gorka Maneiro agarrándose a una tabla de su único escaño en el Parlamento de Gasteiz como a un clavo ardiendo.
Lo que más llama la atención es que, según su cacareada Constitución, la “idea” en sí misma viene a resultar imposible ya que prohíbe expresamente que se separen trozos de Comunidades Autónomas, o que se unan varias Comunidades entre sí (a excepción -vía Disposición Adicional constitucional- de Euskadi y Navarra). De hecho, en su día, Unidad Alavesa, UPyD y, aún hoy el Partido Popular, el PSOE y -previsiblemente- Ciudadanos-Cs, se niegan a la integración del alavés Condado de Trebiñu en Euskadi pese a la voluntad totalmente mayoritaria de sus habitantes. Por ello “chirría” que los mismos constitucionalistas vayan por la vida blandiendo el escudo de la Carta Magna para lo que les conviene y escondiéndolo cuando se trata de hablar de mamandurrias tipo Tabarnia. A ver si se aclaran: Lo de Carta Magna no significa un texto legal “a la carta”.
Al margen de lo anterior, no existe ningún precedente ni petición histórica alguna al respecto. Nos topamos ante un invento en toda regla que no responde a una realidad. En Catalunya sus gentes se sienten catalanas, españolas, o ambas cosas en distintos grados, pero nadie se siente “tabarnienses” o “tabarnarios”. Como he podido leer en un acertado comentario de un Blog, al final, es el mismo principio militar que los británicos usaron en el Ulster, cuando vieron que perdían toda Irlanda: La dividieron quedándose con la parte que les era más afín y más les interesaba. Dicha actuación no hizo otra cosa mas que agravar y mantener los problemas. No porque el Norte de Irlanda no tuviese derecho a seguir su propio camino sino porque fue una decisión artificial promovida exclusivamente por los británicos. Lo mismo que, hipotética y remotamente (en realidad hablamos de ciencia ficción) ocurría con éste engendro bautizado como Tabarnia.
Como se ha expuesto, éste tipo de tácticas son muy viejas y son más propias de la época colonial. Siguiendo el comentario que leí en dicho Blog, lo del “divide y vencerás” es una táctica militar nada novedosa. De hecho, es parte de la existencia de España: Euzkadi está dividida entre el Reino de España y la República francesa (Iparralde y Hegoalde... o, como dicen en la Izquierda Abertzale, “los Estados español y francés”). Además, la “zona española” tiene una división entre el País Vasco y Navarra.
Otro tanto ocurre entre la Catalunya en territorio español y la Catalunya en territorio francés. De idéntica manera, en la parte española los “Países Catalanes” están divididos entre Aragón, la propia Catalunya, Valencia e Illes Balears. Queda meridianamente claro que, en España, aquello del “café para todos” hizo tirar de cartabón torcido al unificar Castilla con León (cosa que no parece -aún- agradar ni a castellanos ni a leoneses), creando, a su margen, Cantabria y La Rioja.
Crearon artificialmente la Comunidad de Madrid y la dotaron de una bandera similar al logotipo de la marca de cerveza autóctona. Se inventaron Castilla-La Mancha y, a cambio de Madrid, le añadieron Albacete a costa de Murcia y, para que éstos últimos no protestaran, la “nombraron” Comunidad Autónoma uniprovincial bajo la denominación Región de Murcia...
No sé, a veces “El Reino del rey impuesto” parece aplicar lo que internacionalmente critican en Naciones Unidas con relación a Bolivia: Dejar a su principal Castilla (la histórica, la fundacional, la pre-quijotesca, la Vieja...) sin acceso al mar. Y no lo dejaron ahí: “Fabricaron” dos Ciudades Autónomas de dos coloniales Plazas de Soberanía (Ceuta y Melilla), todo para que nadie dijese que España tenía Colonias con el fin de poder reclamar con más “soltura” la “españolidad” de Gibraltar. Todo un cuento. Y, sí. La Corona británica permite realizar consultas en Quebec, Escocia o en Gibraltar.
Como dato significativo diremos que la última vez que consultaron mediante referéndum a la Ciudadanía gibraltareña (en el año 2002), les formularon la pregunta ¿Aprueba el principio de que el Reino Unido y España compartan la soberanía de Gibraltar?, a la cual sólo se podía responder afirmativa o negativamente. Participó cerca del 88% del censo y la opción de rechazo fue la votada por el 99% de los participantes. Únicamente 187 ciudadanos apoyaron la propuesta.
En definitiva. en todo esto de Tabarnia confluyen la política, los intereses patrios, el humor y, sobre todo, la visceralidad (al menos en las Redes Sociales). A nivel político, la líder de Ciutadans, apuntó sobre la idea ficticia que “el nacionalismo defiende una Catalunya homogénea y choca fácilmente contra sus propias contradicciones”. Mientras, el líder de su movimiento a nivel español, comentaba en un tuit fijado en su timeline que “si los nacionalistas alegan el inexistente derecho a dividir, cualquiera puede hacerlo”.
Éstas declaraciones pueden orientarnos acerca de alguna de las posibles procedencias de ésta campaña (creo que no se trata de otra cosa). También nos hace reflexionar sobre el concepto “nacionalismo” para entender que no solo hay nacionalistas vascos o catalanes sino que existe (siempre ha existido) el nacionalismo español. Al final, se terminará dando la misma paradoja que con las empresas, las cuales -nos dicen- se han ido de Catalunya sin que esta sea -aún- independiente.
Que a nadie le extrañe que se llegase a permitir por los constitucionalistas lo de Tabarnia, aunque sea inconstitucional y sin que Catalunya sea independiente. Un Gobierno del Partido Popular de Rajoy con su actual amenaza política (el Aznarismo de Rivera o, el neo-falangismo de Ciudadanos) pueden cambiar la Sacrosanta Constitución en una noche de verano. Acaso, ¿no lo hicieron para modificar con estival y alevosa nocturnidad el artículo 135 de “eso que no se puede tocar”? En tal supuesto, el papel del PSOE sería determinante pero, visto lo visto con su apoyo a la arbitraria aplicación del artículo 155 en Catalunya, todo es factible por eso que Pedro Sánchez viene a llamando “los intereses de la nación” enrollándose en una rojigualda más grande que la de la madrileña Plaza de Colón. Y no le queda otra: O eso, o se lo meriendan sus barones. A pelo... Sin patatas.
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