La COVID-19 sigue siendo ahora la tercera causa de muerte más común en Euskadi y se cobra 22 vidas más

El Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) ha notificado 21 nuevos decesos de personas con COVID-19 entre el 11 y el 17 de noviembre y otro caso más notificado ahora pero de fechas previas. En 14 de esos 22 casos estima que el coronavirus no ha sido la causa principal. Estas diferencias entre muertes “por” el Sars-Cov-2 y “con” el virus -un argumento repetido para minimizar el impacto real de la pandemia- se depuran después. Este lunes, por ejemplo, el Instituto Vasco de Estadística (Eustat) ha publicado la revisión completa del tercer trimestre de 2022. De los 779 fallecimientos notificados inicialmente por Osakidetza se han quedado en 509 y, de ellos, se estima que en 145 la COVID-19 no ha sido la causa principal (en 363 sí y hay un caso en que se ve “probable”).

Ahora mismo el dato de Osakidetza ofrece 8.130 muertes totales en la pandemia. 2022 está a punto de superar a 2020 (desde marzo) como el año con más decesos (3.047 por 3.106) y hace tiempo que dejó atrás a 2021 (1.977). El Eustat muestra que, en efecto, este año ha habido una subida de muertes causadas por el virus, como también ha crecido la mortandad en general. En concreto, fue del 14% en el tercer trimestre, aunque se apunta a que la situación queda “lejos” de los datos de 2020 en esta misma época del año. La COVID-19 es ahora mismo la tercera causa de defunción en Euskadi. “Las principales fueron los tumores y las enfermedades del sistema circulatorio, que produjeron 1.547 y 1.370 fallecimientos, respectivamente, lo que hace que entre ambas sumen el 50,5% de las defunciones”, explica el Eustat.

En cuanto a la evolución actual de la pandemia, este virus mantiene a 206 personas hospitalizadas en Euskadi. Es un 20% más que hace dos semanas y un 13% más que hace una semana. Es un dato superior a la referencia de 200 camas ocupadas que se manejaba antes de la Navidad del pasado año como referencia para reactivar la emergencia sanitaria. En la UCI, en cambio, los datos siguen siendo los más bajos desde el final del confinamiento y antes de las sucesivas olas que llegaron a partir del verano de 2020. Ahora mismo hay cuatro camas ocupadas con pacientes críticos. Ha habido entre tres y diez en noviembre. El repunte en los ingresos se concentra en personas mayores de 84 años, ya que en el resto de colectivos la estabilidad es la tónica imperante. Con los datos de las dos últimas semanas encima de la mesa, cada día ingresan entre 19 y 35 personas con esta patología.

La incidencia medida también sube: un 14% en general y un 8% entre los mayores de 60 años. En este colectivo la tasa a 14 días por cada 100.000 personas está a punto de superar el umbral de alerta naranja, el tercero de los cuatro escenarios de riesgo que en su momento se empleaban como referencia. En la última semana se han registrado 1.646 positivos, 944 de ellos en mayores de 60 años. Entre los nonagenarios la tasa casi es de alerta roja cuando un positivo para ellos supone un 17,8% de posibilidades de fallecimiento. El R0 está de manera consistente por encima de 1 en los últimos días y en todos los territorios, por lo que a corto plazo se continuará en una fase expansiva de la pandemia. Este indicador muestra cuántos casos origina cada infectado.