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Los “invisibles” de Osakidetza

Eduardo Azumendi

Idoia Angulo, técnica de laboratorio en el Hospital Universitario de Álava (HUA), lleva ocho pidiendo el traslado a un hospital público de Bilbao, ciudad en la que vive. Y a la inversa: varios compañeros suyos que trabajan en los hospitales públicos de Bizkaia reclaman el traslado a los centros sanitarios de Vitoria, donde viven. Visto así, puede parecer sencillo establecer un concurso de traslados que permita este ‘intercambio’, ya que las funciones que realizan son exactamente las mismas. Pero hasta el momento no ha sido imposible.

Este colectivo se autodenomina los “invisibles”. ¿Por qué? “Pertenecemos a un colectivo desconocido para las altas esferas de Osakidetza. Unos cuantos fuimos afortunados en sacar plaza fija, pero lo hicimos fuera de nuestras provincias, los de Bilbao en Vitoria o Donosti y los de Vitoria en Donosti o Bilbao. Esto sucedió al resto de compañeros, médicos, celadores, enfermeras, pero mientras los demás se iban trasladando a casa, a nosotros nos olvidaron”, apunta Idoia Angulo, portavoz de este colectivo.

Según Angulo, hay vacantes suficientes. “En Bizkaia he calculado un mínimo de 52 y en el caso de Araba 17. Una solución sería aun sin sacar todas las vacantes, añadir cada vacante que se origine. Es decir, en el momento que un compañero se traslada a otro centro deja su plaza disponible y podría añadirse a las plazas ofertadas con lo que se duplicaría el número. Es un término que se conoce como resultas”.

Por el momento, no se vislumbra en el horizonte ninguna solución. “Hemos comentado varias veces nuestra situación a los responsables de recursos humanos y siempre hay buenas palabras, pero seguimos igual. Eso de la conciliación de la vida laboral, familiar y personal queda muy bien en los discursos, pero después no se puede poner en práctica”.

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