Talgo pierde 108 millones lastrado por la multa de Renfe y a la espera del plan industrial que presente Jainaga
En una día de resultados para importantes empresas vascas, Talgo ha anunciado este viernes unas pérdidas de 107,9 millones de euros, tras provisionar 116 millones de euros para poder hacer frente a la multa que le quiere imponer Renfe por el retraso en la entrega de trenes. Según la información que ha enviado la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), sin esta provisión los beneficios serían de 8,8 millones de euros. A la espera de que se conozca el plan industrial que prepara el presidente de Sidenor para sacar a la empresa de la crisis, para lo que es fundamental dar salida a la cartera de pedidos que tiene la empresa, la compañía registró una cifra de negocio de 669,2 millones de euros en 2024, lo que es un récord histórico con un incremento de 17 millones (+2,5%), respecto al año anterior, según ha informado la compañía.
Sidenor, como socio industrial de un consorcio vasco en el que participa también el Gobierno vasco, la BBK y la Vital -fundaciones accionistas de Kutxabank- ha llegado a un principio de acuerdo con Trilantic, para hacerse con el 29,76% de la empresa, una operación que cuenta con el visto bueno del Gobierno central. De momento, la empresa fabricante de trenes no pasa por su mejor momento, lastrada por las dificultades para sacar adelante la cartera de pedidos, y la posibilidad de tener que pagar la multa de Renfe. Precisamente el provisionamiento de esta multa, que lastra los resultados, es el argumento que la dirección ha dado a los trabajadores al anunciarles que no se les pagará este año las paga a de beneficios, algo que los trabajadores ya han anunciado que no está dispuestos a aceptar. El comité se volverá a reunir con la dirección el próximo lunes.
Repecto a la multa, una penalización que tiene que ver con los retrasos en el suministro de 30 trenes AVRIL de alta velocidad, que se encontraba en fase de alegaciones y justificaciones desde julio de 2022, la empresa sostiene que “los retrasos se han ocasionado por causas no imputables a Talgo y, como siempre ha intentado, procurará llegar a una solución con Renfe que proteja sus intereses y los de sus accionistas, reservando su derecho de acudir ante los tribunales de Justicia, llegado el caso”. Recuerda además que la complejidad de los proyectos, la larga duración de su implementación y la influencia de factores exógenos que afecten a los plazos de entrega “son habituales en el sector ferroviario, y por ello es una práctica extendida que concurran circunstancias que permitan el ajuste de los calendarios de entrega sin responsabilidad para el contratista”.
El resto de los datos financieros señalan un Ebitda de 70 millones de euros en 2024, sin contar la provisión por penalización de Renfe y “una sólida cartera de pedidos que alcanza los 4.173 millones de euros, similar al del ejercicio anterior”. “La cartera de pedidos está bien equilibrada entre fabricación, que garantiza un fuerte crecimiento de los ingresos con un calendario de ejecución que abarca de 2 a 5 años, y mantenimiento, que genera efectivo e ingresos recurrentes. Más del 80% de la cartera corresponde además a proyectos internacionales, lo que refleja el proceso de internacionalización de Talgo”, señalan. Además, señalan que las actividades de mantenimiento, que representan aproximadamente la mitad de la cartera, “impulsan la estabilidad y proporcionan un flujo de caja fiable, al tiempo que amplían la base instalada con nuevas entregas”. “Este fuerte impulso comercial ha respaldado el aumento en la actividad de fabricación, liderado por los proyectos de Alemania, que comprende el diseño y la fabricación de 79 trenes Intercity Talgo 230 para Deutsche Bahn; Dinamarca, que incluye el diseño y la fabricación de 16 trenes Intercity Talgo 230 para DSB, y el diseño y fabricación de 7 trenes para Egipto. Y en España, contratos que contemplan la fabricación de las 26 cabezas tractoras de muy alta velocidad y el mantenimiento de 13 trenes de la serie 107, con opción a 12 unidades adicionales para Renfe·”.
Habrá que esperar a que se materialice la compra para conocer los entresijos de plan industrial del presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga, aunque el presidente de Caja Vital, uno de los accionistas, señalaba en una reciente entrevista en la Cadena Ser que es probable que se construya una nueva nave en Vitoria para poder dar salida a la carga de trabajo de la empresa, que suma unos 4.000 millones de euros. No obstante, esta sería una solución que no estaría operativa antes de 2026 o 2027 y la empresa puede precisar de soluciones más rápidas entre las que podrían estar acuerdos con otras empresas para llevar a cabo la fabricación.
Vidrala consolida su posición
En otro sector completamente distinto, Vidrala ha anunciado unos excelentes resultados consolidando su fuerza en el polo de la industria del vidrio en Llodio tras el descalabro de Guardian, que está esperando su cierre. Vidrala cerró 2024 con unos beneficios de 298,3 millones de euros en 2024, lo que supone un 27,8% más que lo que ganó un año antes. La compañía alavesa, dedicada a la fabricación de envases de vidrio destinados a la alimentación y bebidas, como botellas y tarros, ha calificado este año como “de progreso” marcado varios “movimientos estratégicos” y por un “esfuerzo inversor”, que le permiten afrontar 2025 desde el optimismo pese al “contexto de incertidumbre económica y tendencias de consumo moderadas”. Un año en el que prevé materializar inversiones de 180 millones de euros, parte de ellas en su planta de Llodio.
Entre estos “movimientos estratégicos” que han permitido consolidar la situación, la empresa que dirige Raúl Gómez ha citado la “entrada en Brasil, la desinversión en Italia y unas ambiciosas inversiones industriales en Europa”. Además, ha fortalecido su presencia en el Reino Unido con la integración de la gran planta embotelladora en Bristol. “Estas decisiones responden a una estrategia a largo plazo que, en los últimos años, ha permitido a la compañía realizar inversiones diferenciales. Como resultado, Vidrala ha reenfocado su actividad en tres divisiones clave, reforzado sus alianzas con clientes estratégicos y sentado las bases para un crecimiento sostenido en mercados con alto potencial de desarrollo”, han señalado.
Durante el año 2024, las ventas alcanzaron los 1.588,3 millones de euros, lo que representa un incremento del 1,9% respecto al año anterior. En cuanto al EBITDA se situó en 454,0 millones de euros. “Este crecimiento es el resultado de un sólido desempeño en Brasil, una mejora de la base de costes en Europa y los avances en la integración de servicios diferenciales en el Reino Unido”.
La situación de Vidrala contrasta con la de Guardian Llodio. Los trabajadores han vuelto a retomar las movilizaciones este viernes ante la sede de la Spri y se quejan de que pese a los anuncios de por parte de las instituciones de que hay inversores interesados, “a día de hoy, no hay nada más que humo y publicidad” y “lo único real sobre la mesa”, sobre el futuro de la planta, son sus despidos.
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