“La Asamblea puede tener mala imagen pero porque casi nadie sabe lo que es”
Es de Plasencia, militante del PSOE desde 1997 que tenía 21 años, y el pasado martes 23 se convirtió en la segunda mujer que preside la Asamblea de Extremadura, y sobre todo, a sus 39 años, en la persona más joven que ocupa ese puesto, segundo en el escalafón regional tras el de presidente de la Junta.
Blanca Martín Delgado estudió Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid, y ya fue diputada autonómica en la legislatura 2003-2007, durante el último gobierno de Rodríguez Ibarra.
-¿Por qué cree que le han ofrecido el cargo?
-Está la norma no escrita de que si el presidente de la Junta es de Badajoz, por equilibro provincial el de la Asamblea es de Cáceres, y posiblemente el haber trabajado mucho tiempo cerca de Vara, y en la relación diaria y siempre en la sombra, puede haber visto en mí virtudes que a lo mejor yo no acaba de verlas; ha sido una cuestión de confianza por parte suya y de los dos secretarios provinciales, Miguel Ángel Morales y Rafael Lemus
-¿Tuvo que pensárselo mucho?
-Un poquito, sí. Es un puesto con mucha relevancia y me veía más en la tribuna debatiendo los problemas, que dirigiendo el debate. A mí la tribuna me encanta, y cuando dejé de ser diputada y veía los plenos lo echaba de menos.
-Qué percepción cree que tienen los ciudadanos de la Asamblea?
-Sigue siendo desconocida, se ha trabajado en ello pero hay mucha distancia entre los ciudadanos y las instituciones, para la gente Mérida es la Junta, no se distingue a la Asamblea. La percepción puede ser mala porque casi nadie sabe lo que es, incluso dicen ¿eso para qué sirve?. Al final todo gira en torno al presidente de los gobiernos.
-El caso de las oposiciones recientes, cuando un partido ha predicho con anterioridad el nombre de los que ganaban, no ayuda a prestigiar
-No sé lo que ha pasado, he leído lo que se ha publicado y veremos qué es lo que ha ocurrido. Pero a lo mejor no es todo tampoco lo que parece, por lo que he hablado con alguno de los becarios. Sé lo que es ser becario, y hay que tener cuidado con jugar con las ilusiones de la gente
-Es la legislatura de las mujeres, ¿qué papel ha jugado en esto el PSOE provincial de Cáceres?
-Morales, el secretario provincial, desde el primer momento y en un gesto que no había visto nunca en el partido, decidió venir a la Asamblea de diputado solo, porque le habría tocado a él la presidencia; no es que que apueste por las mujeres, es que nos trata igual, llevo tres años en su ejecutiva y nos trata a todos igual, no se distingue entre chicos y chicas
-Con los años que lleva usted en política choca que no la hayan tratado igual antes
-Sí, las viejas estructuras del partido no entendían, de hecho al aparato del partido se le llama así con una simbología muy masculina; por primera vez me he sentido tratada exactamente igual que mis compañeros de ejecutiva, y eso se lo agradezco a Morales de una manera que no tengo palabras, viniendo yo además de una parte del partido que no era la suya, yo no era de la gente de su confianza. Eso él lo lleva a rajatabla y de ahí su elección de Rosario Cordero como presidenta de la Diputación de Cáceres, que ha sido su compañera ahí muchos años.
-Es una cultura imparable en el PSOE
-Ya es imparable. Al principio cuando llegué al partido no entendía las cuotas, por qué tiene que haberlas, y con el paso del tiempo lo he entendido: si Matilde Fernández en su momento no establece como miembro de la ejecutiva federal la representación por cuotas, nos habría costado mucho a las mujeres. Ojalá algún día se pueda quitar la discriminación positiva, pero la política era cosa de hombres.
-La presidencia es un puesto complicado por su característica institucional, de imparcialidad, sobre todo para alguien que le gusta mucho la tribuna
-Voy a representar la labor parlamentaria, no voy a hablar de política ni de partidos, votaré con mi grupo y soy la primera defensora del programa electoral. A diferencia de los dos anteriores presidentes, no soy persona de peso, no soy secretaria general como eran ellos, solo estoy en la ejecutiva provincial de Cáceres, no estoy en la regional ni siquiera en el comité regional; hay que separar lo institucional de lo partidista, y yo he visto alguna rueda de prensa que no sabía quién estaba hablando, si el secretario general de un partido o el presidente de la Cámara.