Más de 60 colectivos, en contra de declarar la montería y la rehala bien de interés cultural
- Se ha abierto una recogida de firmas on line hace cinco días donde casi 10.000 personas ya han mostrado su disconformidad con la declaración BIC, y la cifra de apoyos sigue creciendo
Sesenta organizaciones de la abogacía, ecologistas, y de protección animal, han manifestado públicamente su rechazo a la propuesta de Ciudadanos para declarar la montería y la rehala como Bien de Interés Cultural (BIC) en Extremadura.
La iniciativa fue registrada el pasado 22 de noviembre en el Parlamento regional.
Estos colectivos han recordado que ahora se cumple un año desde que el uso de rehalas en la caza saltara a la actualidad tras despeñarse 12 perros y un ciervo por un barranco en Herreruela (Cáceres) en el transcurso de una cacería.
Este suceso “despertó una tremenda ola de indignación en todo el país y cuestionó la continuidad de esta actividad”, ha señalado.
A su juicio, este rechazo social es uno de los motivos por el que las entidades consideran se está intentando “blindar” la actividad mediante su declaración como BIC.
Además, se oponen a la declaración porque el empleo de rehalas también está en entredicho por su impacto negativo sobre el medio ambiente, especialmente por la imposibilidad de asegurar que estos perros no ataquen a especies legalmente protegidas.
En este sentido, las entidades ecologistas y de protección animal han recordado que estos perros son seleccionados y “se potencia su agresividad contra los animales silvestres”, lo que pondría en peligro a especies como el lince, como ocurrió en al menos un caso en la provincia de Córdoba.
“Algunos de estos perros quedan extraviados tras la acción cinegética, llegando a volverse cimarrones y, dado que recurren a los principios instintivos de supervivencia y reproducción, matan a especies silvestres o ganado sin control”, ha advertido.
Otro aspecto negativo que han denunciado es que la “mejorable calidad de vida” de muchos de estos canes, ya que suelenpasar la mayor parte de su tiempo en espacios muy reducidos y con poco contacto con el ser humano, además de que con frecuencia no están bien alimentados o sufren dolor o miedo.
En su opinión, las monterías perjudican al desarrollo de actividades más rentables para el mundo rural, como el turismo de naturaleza