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Tren, frontera y despoblación, asuntos ibéricos por resolver

El primer ministro portugués, Antonio Costa, junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

Carlos García / Efe

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Las conexiones ferroviarias entre España y Portugal, la despoblación y el desarrollo de las regiones fronterizas han sido temas recurrentes en las Cumbres Ibéricas desde 1983 y este sábado 10 volverán a la palestra en la XXI Cumbre hispano-lusa de Guarda.

Desde la primera cita, celebrada en Sintra (Portugal) con Felipe González y Mário Soares como jefes de Gobierno, las conexiones ferroviarias para unir Portugal y España han avanzado con lentitud y la unión de las principales ciudades ibéricas mediante alta velocidad parece que tendrá que esperar.

En Portugal, el asunto es un “tema tabú”, llegó a admitir el primer ministro luso, António Costa.

El mayor compromiso aún por cumplir se cerró en la penúltima Cumbre Ibérica, celebrada en Vila Real el 29 y 30 de mayo de 2017, cuando el ex presidente del Gobierno español Mariano Rajoy y Costa anunciaron que en 2021 estarían electrificados tres corredores: Sines-Badajoz-Cáceres-Madrid, Oporto-Vigo y Aveiro-Salamanca.

El trazado para unir Sines (el mayor puerto de mercancías de la península Ibérica) con Madrid, a través de la frontera de Extremadura, va avanzado y se espera que esté totalmente operativo en 2022.

La electrificación de Vigo-Oporto, que reducirá el tiempo de viaje de tres a hora y media, también ha avanzado y podría entrar en funcionamiento en 2021 porque está en ejecución el último tramo fronterizo de 5 kilómetros.

Los mayores retrasos se centran en la conexión entre Madrid y Aveiro. Desde la ciudad española de Salamanca hasta la frontera aún están en obras y el trazado portugués acumula importantes retrasos que impedirán que entre en funcionamiento antes 2023.

Población en la frontera

Acabar con el “efecto frontera” a lo largo de los más de 1.200 kilómetros que forman la denominada Raya hispanolusa es otro de los “clásicos” de las cumbres ibéricas que aún está pendiente de solución.

Los territorios fronterizos de sendos países “son los más pobres y abandonados”, como ha dicho en reiteradas ocasiones el primer ministro luso.

Los pueblos de la zona rayana van perdiendo población, la industria apenas existe y su actividad se reduce al sector agrario y ganadero y al turismo rural.

En la última cumbre, celebrada en noviembre de 2018 en Valladolid (España), el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, se refirió a la necesidad de “repoblar” las zonas rurales y ambos países acordaron crear un grupo de trabajo.

En la cita de Guarda uno de los ejes centrales volverá a ser la “Estrategia de Desarrollo Transfronterizo” en la que vienen trabajando el ministerio portugués de Cohesión Territorial y la cartera española de Transición Ecológica y Reto Demográfico.

El aprovechamiento de los ríos que vertebran España y Portugal, consensuado en el Convenio de Albufeira, también será debatido en la cumbre del sábado en busca de una solución “más justa y equilibrada”, como ha planteado en los últimos días la ministra de Agricultura portuguesa, Maria do Céu Antunes.

La cooperación transfronteriza ha avanzado en campos como la cultura o la ciencia y en el capítulo turístico sendos territorios tienen claro que deben mostrarse al mundo como un destino único.

Como ya ocurriera en Valladolid hace dos años, en la reunión del sábado se avanzará también en la idea de consolidar una candidatura conjunta para albergar el Mundial de Fútbol 2030.

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