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Vox torpedea desde la Junta de Extremadura el cumplimiento de la Agenda 2030

El consejero de Vox en Extremadura, Ignacio Higuero de Juan, durante una visita a unas instalaciones cárnicas el pasado noviembre

Santiago Manchado

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Las diferencias entre los socios del Ejecutivo en Extremadura vuelven a aflorar. Vox ha dejado claro por enésima vez al PP de María Guardiola que formar parte de una coalición no quiere decir que comparta la acción de gobierno. Por encima están sus postulados ideológicos y, en este caso, también negacionistas.

El consejero de Gestión Forestal y Medio Rural, Ignacio Higuero de Juan, el único miembro que la extrema derecha tiene en la Junta de Extremadura, ha sido tajante al ser preguntado por el PSOE si su departamento aplica los principios de la Agenda 2030 en sus políticas: “No”, ha respondido Higuero de Juan, a pesar de que tanto el PP como la presidenta del Gobierno autonómico insisten en que los compromisos derivados de la Agenda 2030 y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) no solo se van a cumplir, sino que son “loables” y “beneficiosos” para los extremeños.

Es una opinión radicalmente opuesta a la de Vox. Su consejero ha afirmado en sede parlamentaria que esos principios significan la “ruina” para los españoles y para el medio rural, y ha enumerado los perjuicios haciéndose eco de los bulos y postulados negacionistas que tradicionalmente defiende el partido ultra: la Agenda 2030 “impide cultivar” a los agricultores, “persigue a los cazadores y pescadores” y “quiere acabar con la tauromaquia”. Además, Higuero de Juan ha afirmado que prohíbe el acceso al centro de las ciudades a las clases trabajadoras “porque no se pueden pagar un coche eléctrico” y “nos sube la factura de la luz porque nos dice que debemos destruir nuestras presas, además de ser la responsable del ”aumento disparatado“ del precio de la compra.

La diputada del PSOE Marisol Mateos ha recordado que “una cosa es la demagogia y el populismo, asumir un discurso ultra y reaccionario, y otra bien distinta es ser consejero”, para acusarle después de ser “un panfleto parlante de su formación política”. De hecho, ha lamentado que el consejero recurra a “bulos” cuando en realidad se trata de una hoja de ruta para “reducir el hambre en el mundo, para proteger el clima y los ecosistemas”, entre otras cuestiones, que fue respaldada por “193 países”.

La batalla de Vox

Su antecesora, Camino Limia, que dimitió en octubre tras 77 días en el cargo, también emprendió una cruzada contra la Agenda 2030 una vez que accedió a la Junta de Extremadura –antes presidió una organización internacional que asumía esos principios–, aunque lo hizo desde sus redes sociales, desde las que generó varias polémicas en torno a este tema y llegó a bloquear a periodistas y ciudadanos que exigieron su destitución por su “combate” constante contra la Agenda 2030.

En su momento, la presidenta de la Junta, María Guardiola, quitó hierro a las salidas de tono de la ya exconsejera porque eran afirmaciones realizadas en las redes sociales “y ella es libre de utilizarlas como considere”, al tiempo que quiso disipar dudas sobre la connivencia de su Gobierno con los ODS y los principios de la Agenda. “Yo creo que ella hablaba en su nombre, no en nombre del Gobierno, y tampoco hay mucho más que decir ahí”, zanjó Guardiola.

Pero parece que no fue así y las discrepancias sobre este asunto continúan también con el nuevo consejero de Vox, que tiene competencias en caza, toros, extinción de incendios forestales y políticas forestales. Unas áreas que antes formaban parte de la Consejería de Agricultura y Ganadería, y que la presidenta tuvo que trocear para entregar a la extrema derecha una consejería a cambio de su apoyo para la investidura, y que, por lo tanto, también tiene que ver con el medio rural, la despoblación y el medio ambiente.

Otras discrepancias en el Gobierno

No obstante, este no es el único tema en el que el PP y Vox han exhibido sus diferencias en Extremadura desde el inicio de la legislatura. La derecha y la extrema derecha han discrepado en asuntos como la igualdad de género, la violencia machista, los derechos de las personas LGTBI, el veto parental en las aulas (al que se opone el PP), el derecho al aborto, o los comedores escolares, una propuesta de Unidas por Extremadura que contó con el apoyo de Vox después de que la Consejería de Educación, en manos del PP, decidiera eliminar la gratuidad universal.

Sin embargo, en otros asuntos los socios extremeños de gobierno han hecho gala de un buen entendimiento. En el proyecto de presupuestos para 2024 se recoge un tijeretazo a las subvenciones para patronal y sindicatos, el recorte “brutal” de fondos para cooperación internacional, como han denunciado las ONG, o el incremento de un 800% del dinero público para los toros, por ejemplo.

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