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La Xunta se queja del descenso de ingresos pero rechaza subir los impuestos a las rentas altas

El Parlamento gallego investigará la desaparición de las cajas y las indemnizaciones

David Lombao

Cumplir el déficit y amortizar deuda. Amortizar deuda y cumplir el déficit. Son las prioridades, con independencia del orden en el que se sitúen, que el Gobierno gallego marca al presentar los primeros Presupuestos del segundo mandato de Alberto Núñez Feijóo. La consejera de Hacienda, Elena Muñoz, inauguró este miércoles en el Parlamento las comparecencias para tramitar las nuevas cuentas públicas y la responsable de las finanzas autonómicas se mantuvo impasible ante el aluvión de peticiones de cambio de rumbo. En un tono case doctrinal con una cierta dosis de lamento, Muñoz constató que el dinero público disponible “ha ido reduciéndose desde 2009 como consecuencia de la importantísima caída de ingresos”. Pero el Ejecutivo no buscará nuevas vías para ingresar más dinero, y afirma que su único convencimiento es “la consolidación fiscal”, esto es, “controlar el déficit”.

En el marco de la comisión parlamentaria de Presupuestos la consejera se declaró “abierta a las sugerencia de los grupos, pero siempre que sean propuestas realistas y adaptadas a la realidad económica de Galicia” esto es, a la política económica del Gobierno, vino a decir. “Hasta ahora, lo que hemos recibido” tiene “un impacto recaudatorio que no creo que vaya a solucionar mucho nuestros problemas”. Lo que “recibió” el gobierno fue, esencialmente, un paquete de propuestas encaminadas a subirles los impuestos a las rentas altas y a las instituciones financieras. Pero ninguna de ellas cuajó en San Caetano.

“Dice que tuvo que reducir gastos porque se redujeron los ingresos; también podía aumentar los ingresos y no lo hizo”, constató el socialista Juan Carlos González Santín. “Podrían establecer un impuesto gravando los depósitos de la banca”, propuso también el nacionalista Carlos Aymerich, quien además recuerda que “ahora que el Estado establece ese impuesto con tipo cero, va a haber autonomías que van a ser compensadas y Galicia no, porque es muy leal” al Estado, ironiza. “Dicen que se reducen los ingresos pero, ¿por qué se reducen? ¿Qué política hacen ustedes para evitarlo?”, se preguntó desde AGE Xosé Manuel Beiras, para quien la Xunta actúa como se fuera “en un autobús cuesta abajo hacia el infierno” y “en vez de pisar el freno, pisan el acelerador”.

“Ustedes no quieren razonar”, reprocha Beiras ante la negativa a gravar las grandes fortunas, porque “les importa un nabo la mayoría social”. La Xunta, dice, “hace como los cirujanos antiguos, con sangrados que terminaban por matar a los pacientes”, en este caso por ceñirse a los “corsés de plomo del techo de gasto, el tope del déficit” y la referida “priorización del pago de la deuda”. En este escenario, dice, se produce un “culmen de la aberración” ya que, atendiendo a las leyes autonómicas y estatales, aún en el caso de acceder a captar más ingresos, estos “no podrían destinarse a servicios a los ciudadanos, sino al servicio de la deuda”, que es tanto como “pagarle a la plutocracia en vez de servir a la ciudadanía”.

“Dígannos si van a gravar a las entidades de crédito!”, reiteró sin éxito Aymerich, que en nombre del BNG censura que “la nacionalización de la deuda privada” impregne el conjunto del presupuesto mientras se recorta el gasto social, un hecho más grave aun después de la desaparición de la obra social de las cajas, advierte. “Hay dos modelos: uno en el que el señor Amancio Ortega graciosamente dona 20 millones de euros a Cáritas y otro, en el que el señor Amancio Ortega tiene que pagar por su patrimonio, como en un país civilizado”. Esto, augura, no se va a producir y, por si fuera poco, dice, esto no servirá para evitar la intervención de las finanzas autonómicas: “al final del túnel la luz que vemos no es la salida, es la del tren que nos viene de frente”, esto es, el Fondo de Liquidez Autonómica.

Una visión bien distinta es la que tiene el portavoz del PP, Pedro Puy, en cuya opinión no sólo “estamos en el buen camino”, sino que además la Xunta presenta unos presupuestos con una “filosofía manifiestamente social” mientras apuesta por amortizar deuda “para que cuando haya menos, se pueda gastar”. “Van a la volatilización de la escasa y precaria autonomía financiera y por lo tanto, política”, repuso Xosé Manuel Beiras, quien considera que la Xunta terminará por quedar sin función alguna. “Se van a quedar sin chollo; gaviotas en tierra, marineros a la mierda”, concluyó.

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