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La Xunta duplica la difusión de informes propagandísticos en el inicio del año electoral

Reunión del Consello da Xunta

David Lombao

El Consello da Xunta es la reunión semanal del Gobierno gallego. En él el presidente y demás miembros del Ejecutivo debaten y aprueban proyectos -leyes, decretos-, formalizan nombramientos o autorizan mediante acuerdo actuaciones que inciden directamente en la vida de la ciudadanía con su correspondiente dotación económica. Junto a estos asuntos suele tener también sobre la mesa un número indeterminado de informes: documentos o comunicaciones orales sin valor jurídico o legal alguno. Son presentados por un conselleiro o conselleira sobre un área de su competencia y el Gobierno los usa para colocar en la agenda pública asuntos que considera convenientes. Estos informes, empleados por todos los gobiernos para publicitar cuestiones de su interés, se han duplicado en el inicio de este año electoral.

Hasta este miércoles el Consello da Xunta se se había reunido en once ocasiones desde el inicio del año y en ellas había abordado 132 asuntos, prácticamente los mismos que en sus once primeras reuniones del año anterior. No obstante, en aquel inicio de 2015 el Consello había dado luz verde a 99 proyectos con contenido real y concreto frente a 34 informes. En este comienzo de 2016 los acuerdos han sido 65 y los informes, 67, lo que implica que más de la mitad de los asuntos tratados y después presentados por Alberto Núñez Feijóo no han sido aprobaciones con concreción legal, sino recopilaciones de medidas ya aplicadas, declaraciones de intenciones o publicidad de planes gubernamentales.

Así, por ejemplo, en el Consello de la pasada semana, el del 17 de marzo, el Gobierno trató 7 acuerdos y 5 informes. Entre los acuerdos estaba un decreto para autorizar nuevos casinos, la suscripción de convenios para rehabilitar la Catedral de Santiago y para atender víctimas de violencia machista o la autorización de un pequeño parque eólico. En los informes la Xunta publicitó “el acuerdo conseguido para la puesta en marcha del área Metropolitana de Vigo”, difundió su intención de devolver en la precampaña a paga extra adeudada al personal público desde 2011 y desgranó una resolución publicada días atrás en el DOG sobre otro proyecto eólico.

No obstante, en ese Consello no se cumplió una tendencia que ha venido siendo habitual en el comienzo de 2016, toda vez que el Ejecutivo ha tratado en sus reuniones más acuerdos que informes carentes de valor legal. En hasta 6 de estas 11 primeras reuniones del año hubo más informes que acuerdos. La proporción más repetida fue de 4 a 7: sucedió el 8 y el 21 de enero, el 25 de febrero y el 10 de marzo. Algunos de esos informes sirvieron para publicitar asuntos tan dispares como la calidad de las aguas de baño, las nuevas plazas de la oferta de empleo público del Sergas, el parque de drones de Rozas (Lugo) o inversiones en obras en pequeños núcleos históricos. Ninguno de esos informes implicó, obviamente, aprobación de medida alguna en esa misma reunión.

El número de informes propagandísticos es en 2016 mayor que en 2015 pero también que en los comienzos de los dos años restantes de la legislatura. Además, tanto en 2013 como en 2014 en esas primeras once reuniones del año el número de asuntos con contenido real que fueron tratados en el Consello superó holgadamente la cifra de informes. No obstante, en el inicio del fin del mandato los informes proliferan más que nunca y los acuerdos con contenido real son los más escasos de los cuatro años.

Un sencillo cálculo permite concluir que en el inicio de su segunda legislatura como presidente Feijóo difundió un promedio de algo más de 3,5 informes por Consello, y que en 2014 elevó esa media a más de 4. En los primeros once Consellos de 2015 el Ejecutivo ofreció de nuevo unos 3 informes por reunión y en las primeras reuniones de 2016 ha habido, de media, seis documentos propagandísticos en cada una.

La utilización de esta figura no es, ni de lejos, exclusiva del Gobierno de Feijóo. Como acreditan las órdenes del día de las diferentes legislaturas, tanto los gabinetes de Manuel Fraga como el bipartito difundían informes en cada una de sus reuniones. Así, en la etapa de Fraga no era extraño que el Gobierno difundiera en un único Consello más de una docena de informes sobre temáticas diversas.

El Gobierno de coalición redujo notablemente el número de informes y, además, antes de la comparecencia semanal del presidente ante la prensa informaba por escrito sobre los asuntos tratados. De este modo, los informadores podían distinguir previamente si lo expuesto por Emilio Pérez Touriño se trataba de un acuerdo con contenido real o de un mero anuncio, algo que dejó de suceder con el retorno del PP. Desde enteonces y hasta la actualidad, la Xunta sólo detalla el orden del día del Consello después de la comparecencia del presidente.

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