Absuelto el exconseller balear del PP acusado de amañar para un amigo la privatización de un puerto
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La Audiencia Provincial de Balears ha absuelto a al exconseller de Turismo y exvicepresidente del PP balear Carlos Delgado, quien el pasado mes de noviembre se sentó en el banquillo acusado de amañar en 2013 el concurso de privatización del puerto deportivo de Calanova (Mallorca) en favor de la empresa Port Olímpic Calanova, vinculada a Carlos Gelabert, socio y amigo personal del inculpado. Junto a Delgado, también ha sido exonerado el propio Gelabert y otros cuatro acusados al considerar que no existe prueba de cargo suficiente como para desvirtuar la presunción de inocencia de todos ellos.
El fiscal anticorrupción Juan Carrau, la Abogacía de Balears y las otras dos acusaciones personadas en el procedimiento sostenían que Gelabert se valió de su amistad con el histórico dirigente del PP para lograr la adjudicación. El Ministerio Público reclamaba un año y nueve meses de prisión delitos de prevaricación y tráfico de influencias y una multa de 1,1 millones de euros para el que fuese máximo responsable de Turismo entre 2011 y 2013, bajo el mandato de José Ramón Bauzá. Por su parte, los servicios jurídicos de la Comunidad Autónoma solicitaban para el exconseller y los otros cinco procesados dos años de prisión por los mismos ilícitos y una multa de 1,46 millones de euros.
Delgado, quien a finales de 2013, en pleno mandato de Bauzá, puso fin a su carrera política tras haber estado en el punto de mira por sus polémicas actuaciones en materia turística y urbanística, además de por su firme oposición a la normalización de la lengua catalana y por haber posado en una fotografía con los testículos de un ciervo en la cabeza exhibido como trofeo de caza -episodio por el que rechazó dimitir-, negó durante la vista oral haber cometido irregularidad alguna durante el proceso administrativo, que en su día llegó a definir día como “impecable”. En su declaración, Delgado aseguró que entonces tenía amigos “en todas las empresas náuticas” y que, a pesar de que sí tenían una relación “cliente-abogado”, Gelabert “no era nadie” para él: “Yo estaba en otro nivel”.
En concreto, la adjudicación tuvo lugar en septiembre de 2013, cuando Delgado era, además de conseller, presidente de Ports de les Illes Balears (Ports IB). Los hechos trascendieron después de que un empresario se querellase contra el exdirigente popular y de que otras empresas concursantes, como Alcudiamar o Curvas Sports, denunciasen irregularidades en el proceso, como el hecho de que la mesa había admitido un nuevo estudio de la ganadora cuando ya no era posible presentar más documentación. Asimismo, sostenían que la baja de precios realizada por Port Olímpic era “temeraria”, pero Ports IB rechazó estos recursos.
El Ministerio Público apuntaba a que Delgado adoptó decisiones y dictó resoluciones directamente encaminadas a favorecer la adjudicación del concurso a Port Olímpic Calanova, de la que administrador su amigo y posterior socio Gelabert. Según el fiscal, la adjudicación generó un desproporcionado beneficio económico -unos 700.000 euros- a los dos socios de la mercantil, Gelabert y Francisco López Hinojosa, quienes se enriquecieron gracias a la influencia de Delgado y la posterior venta de las acciones de la empresa. Asimismo, la Fiscalía acusaba al exconseller de servirse tanto de su ascendencia jerárquica como de la relación y amistad con el entonces secretario general de la Conselleria y secretario del Consejo de Administración de Ports IB, Joaquín Legaza, para que la adjudicación resultara a favor de Port Olímpic.
Frente a tales acusaciones, el tribunal señala en la sentencia que no aprecia en la conducta de Delgado ni de Legaza “la concurrencia de los elementos del delito de prevaricación administrativa exigidos por la jurisprudencia” y, a partir de la valoración conjunta de la prueba, tampoco considera que la conducta de ambos acusados encaje en el delito de tráfico de influencias del que también se les acusaba.
Sobre la relación personal entre el exconseller y Gelabert, la Sala considera que “no se ha acreditado suficientemente la existencia en el momento de los hechos de una destacable amistad personal” entre ambos. “Pero es que, de existir algo más que una relación profesional, no creemos probado que la posible amistad personal tuviera la entidad suficiente como para justificar que la concesión del concurso recayera en Port Olímpic Calanova S.L.”, añaden los magistrados.
Un conseller proclive a los intereses turísticos y urbanísticos
Cabe recordar que, antes de recalar en la Conselleria de Turismo, Delgado fue director general en la de Presidencia con Jaume Matas como presidente del Govern y, mucho antes, alcalde del municipio mallorquín de Calvià en sustitución de la histórica primera edil de esta localidad, la socialista Margarita Nájera. Bajo su mando, y a lo largo de una década, los populares interpusieron una batería de querellas contra su antecesora en el cargo. Todas acabaron archivadas.
Como conseller, una de sus decisiones más cuestionadas fue la aprobación de una Ley de Turismo que permitía la expansión de los alojamientos turísticos en edificaciones ya existentes en todo tipo de suelo rústico, sin necesidad de contar con una declaración de interés general ni con informes de evaluación de impacto ambiental, así como la ampliación de la comercialización turística de viviendas unifamiliares, lo que motivó fuertes críticas de las entidades ecologistas e incluso del Consejo Económico Social (CES) de Balears. Delgado siempre fue proclive a los proyectos de campos de golf y puertos deportivos bajo el pretexto de la desestacionalización.
Durante su cargo como conseller trascendieron una imagen en la que aparecía posando con los testículos de un ciervo sobre su cabeza, con la cara ensangrentada, y otra, rifle en mano, junto al animal que acababa de matar. Las imágenes desataron las críticas de la oposición y de los grupos animalistas, que reclamaron su dimisión.
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