“Estamos ante un escenario inédito”: los ganaderos, desesperados ante la sequía que azota Balears
Las Illes Balears se encuentran en una situación muy delicada debido al otoño e invierno seco que atraviesan, con un estado muy bajo de precipitaciones, que mantiene al archipiélago en prealerta de sequía. El peor escenario lo registra Formentera, que se encuentran en alerta, mientras que las tres islas restantes se sitúan en prealerta. Sin embargo, el estado de los acuíferos podría empeorar, teniendo en cuenta que queda un mes para que llegue la primavera, y que durante los meses de verano apenas llueve y aumentan considerablemente las temperaturas. Por islas, a fecha de enero, los recursos hídricos en Menorca se sitúan en un 52%; en el caso de Mallorca, 56% y en Eivissa y Formentera, en el 39%, según datos de la Dirección General de Recursos Hídricos del Govern balear.
“Creo que llevamos más de 14 meses en prealerta: es una situación que no se había producido con esta extensión desde el año 2015”, afirma a elDiario.es Juan Calvo, coordinador de proyectos de la Alianza por el Agua. Ese fue el origen, de hecho, de esta asociación que promueve la gestión sostenible del agua, en un contexto en que se estaba registrando “una sequía muy fuerte en Eivissa”. “Hubo un malestar muy grande entre todos los sectores, sobre todo el agrícola, que veía cómo de acuerdo a la ley les aplicaban restricciones, cuando su consumo es muy bajo comparado con el urbano”, asegura Calvo.
De hecho, el escenario actual está afectando gravemente al sector primario, lo que llevó a la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural a declarar el estado de sequía agraria el 13 de febrero. Unas semanas antes, el 22 de enero, se anunciaron líneas de ayudas por valor de 5,6 millones de euros para el sector agrario y ganadero con el objetivo de “paliar los efectos de la sequía en el sector primario”.
“Está afectando muy gravemente”
“Está afectando muy gravemente”, reconoce a elDiario.es Toni Tur, presidente de la Cooperativa de Sant Antoni de Portmany (Eivissa), ya que el escenario de falta de lluvia está siendo “bastante inédito”. “Este año no habrá cosecha del cereal”, lamenta Tur, una situación que, según apunta, no recuerdan los trabajadores del campo más veteranos. “Siempre discutimos si la cosecha es mejor o peor: el año pasado ya fue baja, pero es que este año es de cero”, afirma Tur. “Lo que aguanta, de momento, son las hortalizas”, sostiene el cooperativista. Sin embargo, advierte, después del verano los acuíferos se suelen resentir y experimentan una reducción importante debido al contexto climático de temperaturas elevadas y olas de calor cada vez más acuciantes. “El turismo no tiene ninguna iniciativa para parar: estamos en una situación dramática de sequía y parece que los únicos afectados somos los payeses pero al final todo el mundo se verá afectado”, asegura Tur.
“Los cultivos más afectados son los cereales, los forrajes y las leguminosas. De manera indirecta, y a causa de su fuerte vinculación con la actividad ganadera, la ausencia de precipitaciones también impacta de manera muy grave sobre las explotaciones ganaderas. Por eso, trabajaremos en una serie de medidas a corto, medio y largo plazo”, manifestó Joan Simonet (PP), conseller de Agricultura, Pesca y Medio Natural, durante la reunión de la Comisión para la Respuesta y la Adaptación del Sector Agrario de las Illes Balears al Cambio Climático. Pese a que la idea es, asegura el conseller, crear las condiciones para que el sector primario sea más resiliente a los efectos adversos de la crisis climática, las medidas a corto plazo van encaminadas a ofrecer incentivos económicos.
En primer lugar, unos tres millones de euros serán destinados al sector ganadero debido al incremento de los costes de la alimentación derivados de la sequía (se podrán beneficiar titulares de explotaciones ganaderas prioritarias o profesionales). En segundo lugar, se abrirá una convocatoria extraordinaria de subvención para sembrar cereales, forrajes y leguminosas por un importe de un millón de euros.
Infraestructuras del agua
Juan Calvo, coordinador de proyectos de la Alianza por el Agua, afirma que antes de que llegue una sequía hay que “estar preparado” y que, en este caso, “estamos mejor preparados que la anterior”. Por ejemplo, se puso en marcha una infraestructura “muy importante” como la desaladora de Santa Eulària des Riu (Eivissa). “Finalmente se pudo finalizar también el anillo de interconexión e integrar las tres desaladoras en los cinco municipios de la isla”, asegura Calvo, quien añade que estas infraestructuras posibilitan una “garantía de suministro muy importante” y que la situación “no sea tan grave”. “Hay un recurso alternativo que es el agua desalada”, subraya Calvo. Sin embargo, con el escenario actual, según el consultor ambiental, sí se corren ciertos “riesgos” debido a que en verano las desaladoras suelen producir al 100%.
“Se ha sustituido el agua de pozo para consumo urbano por el agua desalada. Eso hace que los niveles, ahora mismo, no estén tan bajos como deberían estar en esta situación”, apunta Calvo. Es decir, según el experto, “la situación es delicada pero no tan grave como hace ocho años”. El consultor ambiental, que no se atreve a vaticinar si habrá cortes de suministro o no durante el verano, recuerda que en años anteriores “las desaladoras estaban produciendo al 100%”. “Algunos municipios tenían que consumir agua de pozo que, en algunos casos, no estaba en condiciones”, como fue el caso del municipio de Sant Josep de sa Talaia. En este sentido, Calvo advierte de que las desaladoras producen hasta 44.000 metros cúbicos diarios de agua pero que hay días de julio y agosto en los que “la demanda supera los recursos disponibles”.
Si se necesitara agua de pozo para abastecer a la población supondría, según Calvo, “una pérdida de calidad” del agua porque los acuíferos están sobreexplotados. En la isla, el 60% del consumo de agua es urbano; el 30% en viviendas en suelo rústico y menos de un 10% es de uso agrícola, como consecuencia del desarrollo turístico y urbanístico que ha experimentado la isla en las últimas décadas. En este sentido, en caso de que haya que aplicar restricciones, la Alianza por el Agua cree que las administraciones competentes deben poner el foco en los “grandes consumidores”. Así, habría que empezar por aquellos usos del agua menos esenciales, como el dedicado a los jardines y piscinas.
Medidas a medio plazo
Respecto a las medidas a medio plazo, Calvo insiste en la necesidad de seguir trabajando “en reducir las pérdidas”. El experto lamenta que, con lo que cuesta producir agua desalada, se pierde parte del recurso en lugar de reutilizarlo. “Hay municipios que tienen un desarrollo urbanístico más disperso, como Santa Eulària y Sant Josep, que tienen pérdidas de 30 o 40%”, indica Calvo. En total, las redes municipales de suministro pierden, según la Alianza por el Agua, un 27% de agua potable, lo que supone el volumen anual producido por la desaladora de Santa Eulària.
“Los hoteles de cinco estrellas pueden consumir más de 300 litros diarios por turista pero también hay otros usos vinculados al turismo que hay que tener en cuenta: las discotecas o el sector portuario”, analiza Calvo. Así, afirma el experto, las lavanderías industriales, asociadas a la actividad turística, “consumen mucha agua”.
En el caso del sector portuario, tanto la Autoridad Portuaria de Balears (APB) como las marinas deportivas de titularidad autonómica son “grandes consumidores” de agua. “El baldeo de los barcos supone un consumo importante”, detalla Calvo, por lo que la APB está trabajando para que los criterios y exigencias de las nuevas concesiones apunten en la dirección adecuada, es decir, hacia sistemas de reducción de consumo, así como de recuperación de aguas grises. Del mismo modo, el experto apunta a los grandes consumos que se realizan en las grandes villas, sean de uso turístico o funcionen como una segunda residencia de verano.
Medidas eficaces de control
En último lugar, la Alianza por el Agua trabaja para que las medidas de control hacia los “grandes consumidores” sean realmente eficaces. Una de estas obligaría a identificarles para que tengan “sectorizados” los usos del agua en varios contadores. “De esta manera, cuando haya una situación de prealerta o alerta, puedas reducir los usos de jardinería o piscina, u otros usos que no tengan que ver con el uso diario de una persona en una casa”, indica Calvo.
Por otro lado, sobre la hipotética construcción de una cuarta desaladora en la isla, reclamada por el alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra (PP), el conseller del Mar y del Ciclo del Agua, Juan Lafuente (PP), ha descartado la viabilidad de su construcción durante la actual legislatura. El coordinador de proyectos de la Alianza por el Agua, Juan Calvo, sostiene que si se llegara a construir tardaría entre ocho y diez años. “No es una solución a corto ni medio plazo”, afirma Calvo. El consultor ambiental cree que lo que tal vez sí sea posible sea aumentar la producción, mediante la ampliación, por ejemplo, de la desaladora de Santa Eulària. Antes que construir una cuarta desaladora, el experto considera que hay que priorizar las medidas para evitar las pérdidas en red, así como cerrar el ciclo del agua. “Hay que ir hacia un sistema más eficiente y reutilizar todo lo que podamos”, insiste Calvo.
El consultor ambiental vuelve a explicar el proceso: se desala muchísima agua, se suministra, se convierte en agua residual y luego se vierte al mar. “Estamos tirando al mar un agua que ha costado mucho producirla y transportarla”, afirma Calvo, un recurso que se podría utilizar para otros usos, como el riego de jardines. Uno de los inconvenientes que tienen las administraciones para cerrar el ciclo del agua es que las redes de alcantarillado municipal son deficientes.
Intrusión salina
“Hay mucha intrusión salina que hace que las aguas residuales entren con aguas del subsuelo marino de las zonas costeras y hace que las aguas fecales sean salobres”, analiza Calvo. Es decir, incluso la nueva depuradora que se está construyendo para la ciudad de Eivissa, y que prevé un tratamiento terciario para reutilizar el agua, no podrá hacerlo porque si el agua es salobre “no se podrá reutilizar, ni se podrá recargar un acuífero”, destaca Calvo.
Finalmente, antes de pensar en la construcción de una cuarta desaladora, el experto cree que hay que reflexionar sobre cuáles son los límites de la isla en cuanto a la presión humana. “El
boom de Airbnb supuso un incremento muy importante de la población flotante. (...) Habría que regular y controlar porque la isla es un territorio limitado y frágil y no hay desaladora que valga si continúa este crecimiento“, sostiene el consultor ambiental.
Eivissa reclama ayudas específicas
“Las organizaciones agrarias piden una dotación específica para Eivissa, no una general, porque normalmente por las dimensiones, los agricultores de aquí se quedan con un tanto por ciento más bajo de las ayudas, mientras que la afectación por la sequía es diferente: Eivissa es la más afectada”, afirma Toni Tur, presidente de la Cooperativa de Sant Antoni de Portmany. En cuanto a la situación de sequía, Tur pide que haya “un uso lógico del agua” y “aplicar restricciones en el sector servicios”. “Hace 30 años que hablamos de utilizar agua regenerada”, lamenta Tur.
En cuanto a las tractoradas que ha habido estos días en Menorca, Mallorca y otros puntos del país, Tur explica que las organizaciones agrarias y la Unión de Cooperativas Agrarias de Balears (UCABAL) han presentado un escrito a la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural, en el que dan apoyo a las mismas. “Hay una comunicación continua con el conseller Simonet”, afirma Tur y aclara que si en Eivissa no han salido los tractores a las calles es “porque casi no tenemos payeses”. “Es lo que nos espera si seguimos así”, denuncia Tur, que define la situación del sector primario como “muy complicada”. En este sentido, el cooperativista no cree que haya ni tan siquiera 50 trabajadores del campo que se dediquen a ello profesionalmente.
Preguntado sobre si se plantean abandonar la actividad, Tur indica que ello ocurre, sobre todo, entre los ganadores. “Nos hemos quedado sin cereal y corremos el riesgo de quedarnos sin ganadería”, advierte el cooperativista. “Están muy preocupados, tanto que se plantean dejar la explotación. Si a principios de año hablábamos de dejar de sembrar forrajes o cereales, ahora hablamos de abandonar cabañas ganaderas porque lo están pasando mal. Las ayudas tienen que ir directas hacia ellos porque de momento son los más afectados”, argumenta. “El sector primario es una parte fundamental del modelo socioeconómico: sin él, Eivissa y Formentera se convertirán en un parque de atracciones, si es que no lo son ya”, concluye Tur.
El Govern no plantea restricciones al consumo
En estos momentos, el Govern de Marga Prohens (PP) no se plantea restricciones al consumo de agua en Balears, según indican fuentes de la Conselleria del Mar y del Ciclo del Agua y de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural a elDiario.es. El archipiélago balear cuenta con el Decreto 54/2017, de 15 de diciembre, por el cual se aprobó el Plan Especial de Actuación en Situaciones de Alerta y Eventual Sequía, el instrumento a disposición de la administración balear para hacer frente a situaciones como la actual.
Después de haber sido interpelado por la diputada socialista Carol Marquès, el conseller del Mar y del Ciclo del Agua, Juan Manuel Lafuente, afirmó en sede parlamentaria que “hacemos un llamamiento a la cautela, a no malgastar el agua”. En caso de que la situación actual empeorara, y que definió como “prácticamente similar” a la que había el año pasado durante las mismas fechas, el Govern aplicaría las medidas de contención previstas en el citado Plan Especial de Actuaciones. Lafuente se limitó a indicar que el Govern seguirá trabajando en un plan de infraestructuras a largo plazo y tendió la mano al PSOE para cerrar “un pacto en materia de recursos hídricos a largo plazo”.
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