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Menorca pide ayuda al Estado para actuar contra los pellets que llegan desde hace tres años

Pellets en las playas de Menorca.

Nicolás Ribas

Eivissa —
19 de enero de 2024 12:47 h

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Tras la alarma generada por la llegada de pellets de plástico a Galicia y el litoral norte de la Península, así como a la costa norte de Menorca, el Consell Insular ha decidido reclamar ayuda al Estado. A través de una carta dirigida al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que dirige Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Gobierno, la institución se pone a disposición del mismo “para ayudar en aquello que sea necesario” y solicitar auxilio con el objetivo de reducir el impacto de este material en un territorio que goza de la protección de Reserva de la Biosfera de la UNESCO.

“En los últimos días, y coincidiendo con los temporales, han llegado al norte de Menorca pellets de plástico. Su presencia no es nueva, sino que es reiterada en los últimos años”, explica el presidente del Consell, Adolfo Vilafranca (PP), en un comunicado de prensa. El líder popular ha indicado que estos microplásticos llegan a la isla cuando el viento sopla del norte y que cree que su origen está en la costa noroeste de la Península. “Hemos enviado una carta al Ministerio de Transición Ecológica para que sea consciente del problema y para que aporte soluciones”, ha asegurado, abogando por tratar estos residuos “con eficiencia” para prevenir que lleguen al mar.

Desde Tarragona

La llegada de pellets al litoral balear viene dada por la fuga de estos plásticos diminutos del complejo petroquímico de Tarragona, a través de escapes del sistema de drenaje pluvial, según las organizaciones Surfrider Foundation Europe y Good Karma Projects. Dicho estudio ha determinado que, en episodios de lluvias intensas, estos microplásticos migran desde el complejo hasta la cuenca del río Francolí y parte de la cuenca de las rieras Meridionales. Así, en condiciones de vientos del oeste y noroeste, los pellets se dirigen mar adentro y acaban llegando a la costa de Menorca.

El GOB, grupo ecologista que colabora con la Alianza Plastic Free Menorca, trabaja en un proyecto de educación ambiental junto a los colegios e institutos, que consiste en hacer un seguimiento de los microplásticos que llegan a las costas de Mallorca, Menorca, Eivissa y Formentera. “A raíz de este seguimiento, detectamos la presencia de pellets en las playas”, afirma a elDiario.es Neus Matamales, bióloga marina del GOB.

Una de las cuestiones que se debate en la Organización Marítima Internacional (OMI), que depende de la ONU, es la necesidad de incorporar los pellets al catálogo de materiales peligrosos. Es decir, en estos momentos, son transportados en buques a través de sacos introducidos en contenedores sin que existan suficientes mecanismos de control que eviten un vertido de consecuencias imprevisibles. Y ello ocurre pese a que está científicamente probado que estas pequeñas bolas de plástico tienen un impacto dañino sobre los ecosistemas.

“Los pellets son la materia prima de los productos plásticos, y se producen en fábricas que luego se tienen que transportar a otras que se encargan de producir otros productos plásticos. Durante este proceso de transporte, a veces hay pérdidas. Muchas veces estas pérdidas tienen lugar en el mar y otras veces, en torrentes y ríos”, explica Matamales. La bióloga marina del GOB lamenta que en Balears no se considera que exista un problema con los pellets, pese a que las organizaciones Surfrider Foundation Europe, Good Karma Projects y Per la Mar Viva han estimado densidades de más de 6.000 pellets por metro cuadrado, por ejemplo, en la playa de Cavalleria (Menorca).

Diversas organizaciones han estimado densidades de más de 6.000 pellets por metro cuadrado, por ejemplo, en la playa de Cavalleria (Menorca)

Otros estudios realizados por el GOB Menorca muestran que playas como la de Son Bou (Alaior, Menorca) podrían contener más de un millón y medio de microplásticos, mayoritariamente pellets. Por otro lado, la organización 0 Plastic Menorca recogió, en poco más de tres días, más de 4.000 microplásticos, principalmente pellets, en su último trabajo de limpieza en playas. “Tiene que haber una voluntad para determinar el impacto que tienen los pellets porque de lo contrario [las administraciones] no actuarán”, valora Matamales.

El Ministerio pide prevención

Fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico explican a elDiario.es que lo fundamental es la “prevención” porque una vez que se producen accidentes y vertidos de pellets, “ya es muy difícil su eliminación”. “La clave, por tanto, está en la prevención a la hora de transportar los pellets”, indican.

En este sentido, recuerdan que la Comisión Europea está trabajando con la Organización Marítima Internacional (OMI) en implementar medidas encaminadas a “un empaquetado de calidad de los pellets en los contenedores”; una “información clara” en el transporte “para identificar claramente los contenedores que llevan estas bolitas de plástico” y al almacenamiento, es decir, en el caso del transporte marítimo, “que esos contenedores vayan en la cubierta inferior y en aquellas zonas que estén menos expuestas”.

Las mismas fuentes lamentan que vertidos como el de Galicia u otros ocurridos en Francia, aunque no sean intencionados, “generan un impacto en las regiones muy considerable”. “Esta contaminación, con frecuencia no es visible, pero tiene un impacto en la vida de la gente, en el suelo, en el agua”, advierten.

Por estas razones, el Ministerio para la Transición Ecológica defiende una regulación en el ámbito europeo sobre transporte de pellets que ponga en marcha “estas tres medidas fundamentales”. “Por eso es tan importante la coordinación y la colaboración entre todos los Estados miembros y que no hay, como ahora, un puzle de reglamentaciones nacionales, especialmente cuando vemos que muchos contenedores se cargan en puertos fuera de la UE”, insisten. Finalmente, afirman que proteger la costa de los pellets “no solo tiene un enorme interés medioambiental”, sino también interesa “a la pesca, a la acuicultura o el turismo de litoral”.

Asimismo, recuerdan la responsabilidad de las empresas que producen estas pequeñas bolas de plástico, así como quienes las transportan -sea por mar o carretera-. “Responsabilidad para mejorar su seguridad en el transporte, pero igualmente una responsabilidad para limpiar los vertidos cuando estos se producen”, aseveran y añaden que “quien contamina, paga”, cuando se produce, por desgracia, “un accidente con un vertido de pellets”.

Los ecologistas exigen más control a las empresas

El GOB reclama una normativa reguladora para que los pellets sean reconocidos como residuos y se planteen políticas de gestión. La organización ecologista también destaca la necesidad de que las empresas que trabajan con pellets pasen auditorías de calidad que garanticen que no se producen pérdidas a lo largo del proceso de transformación. Asimismo, insisten en la importancia de que declaren las pérdidas para “poder tener una estimación real de la problemática”, que ya afecta a las bahías de Alcúdia, Pollença y Palma, todos ellos municipios de Mallorca, y especialmente a Menorca.

La entidad ecologista GOB denuncia que la contaminación de los pellets ya afecta a las costas de Mallorca y Menorca

Cada año se fabrican unos 300 millones de toneladas de pellets a nivel mundial. Estas bolas de plástico milimétricas son transportadas dentro de contenedores en buques de carga con destino a las industrias, con el objetivo de continuar con el proceso de transformación, para la elaboración de objetos de plástico. El GOB lamenta que “más veces de las que se cree, algunos de los contenedores y lo que hay dentro caen al mar, pudiendo llegar a las costas”, como ha ocurrido en Galicia, afectando incluso al parque nacional de las Illas Atlánticas. Dentro de esta joya natural gallega están protegidos los archipiélagos de Cíes, Ons, Sálvora y Cortegada.

Así, la asociación ecologista ha citado los datos de la Comisión Europea, que apuntan a que se pierden entre 52.000 y 184.000 toneladas de pellets anualmente a lo largo de su proceso de transformación. Esta cifra de pérdidas alcanza las 200.500 toneladas en todo el globo. Pese a que el vertido de pellets que está golpeando el litoral gallego haya sido “un episodio puntual producido por un accidente”, el GOB advierte que “no se puede obviar que la llegada de pellets al mar es un fenómeno que sucede de manera continuada”.

Este residuo plástico no solo es un riesgo para el medio marino, también puede resultar dañino para la industria pesquera, así como para las personas. En el caso balear, resulta difícil cuantificar los daños porque depende de las cantidades y concentraciones que llegan: una cifra que no se está calculando, según el GOB. “Los riesgos más grandes que hay en cuanto a que los peces consuman estos pellets están mar adentro”, afirma Matamales.

Este residuo plástico no solo es un riesgo para el medio marino, también puede resultar dañino para la industria pesquera, así como para las personas

La bióloga marina del GOB asegura que existen varias hipótesis. La primera es que si los peces ingieren estos pellets, su sistema digestivo se puede obstruir y, por tanto, pueden morir. Otra opción es que las bolitas blancas se degraden mediante la “liberación de componentes químicos” que pueden alterar el estado fisiológico de peces y moluscos. “Quedarán dentro de sus tejidos, y por tanto, puede haber daños en su metabolismo”, aclara Matamales.

En último lugar, pueden acabar afectando a las personas si los peces que han ingerido pellets son pescados y terminan en nuestros platos. O a la industria pesquera, ya que si hay una reducción de peces que mueren debido al consumo de pellets, acabará repercutiendo directamente en su economía. “Son impactos difíciles de valorar en porcentajes porque no se ha hecho este trabajo previo de documentar cuál es el volumen de estos contaminantes que llegan”, insiste la bióloga marina del GOB.

Investigan un presunto delito medioambiental

La Fiscalía de Medio Ambiente abrirá una investigación para tratar de determinar el origen de los pellets que llevan años llegando a las playas de Tarragona, según avanzó El País. El objetivo de la apertura de diligencias es intentar aclarar la autoría de un presunto delito contra el medio ambiente, cuya procedencia podría estar en el complejo petroquímico de Tarragona.

Las diligencias para determinar el origen del vertido de las bolas de plástico ya se habían abierto en al menos dos ocasiones, después de sendas denuncias presentadas por el Seprona de la Guardia Civil. El caso fue archivado en ambas ocasiones porque no se logró identificar a los autores del presunto delito.

En el decreto que ordena investigar los vertidos, Antonio Vercher, Fiscal de Sala de Medio Ambiente de Tarragona, pide abordar el caso “con la nueva perspectiva que puedan aportar los datos obtenidos en la reciente aparición de bolas en el norte de la Península y Canarias”, según declaró a EFE. El objetivo de la investigación tratará de esclarecer si los pellets han afectado a las playas u otros ecosistemas.

Ausencia de actuaciones en Balears

Las competencias para actuar en caso de un vertido de pellets en el archipiélago balear son compartidas, como ocurre en el resto del Estado, entre el Gobierno y la Comunitat Autònoma. Fuentes de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural informan a elDiario.es de que los pellets son un problema de contaminación marina de gestión estatal y competencia de la Dirección General de Costas y Litoral (dependiente de la Conselleria del Mar y del Ciclo del Agua).

“La Dirección General de Medio Natural tendría que intervenir en el momento en que llegase a la costa por la Ley de Responsabilidad Ambiental o la de Patrimonio Natural si hay un daño al medio ambiente demostrable”, aseguran. Es decir, para que la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural actúe, destacan las mismas fuentes, “primero se tiene que demostrar el daño al medio ambiente”.

Respecto a la empresa de Tarragona que está en el punto de mira por ser el presunto foco del vertido, las mismas fuentes indican que hay un proceso abierto por la Generalitat contra la empresa. “Se comunicó en diciembre a los servicios jurídicos de la Conselleria y nos declaran parte interesada”, atestiguan. Sin embargo, según apuntan, la Generalitat todavía no ha mandado el expediente, que ya ha sido solicitado por la Dirección General de Medio Natural del Govern. “De momento, ni Costas, ni el Estado ni el Consell de Menorca han solicitado ningún tipo de ayuda” a la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural, afirman a este diario.

Todas las administraciones consultadas para este reportaje señalan lo mismo. La Conselleria del Mar y del Ciclo del Agua indica que, en caso de una emergencia de contaminación en el mar, “la competencia es del Estado”. Respecto a la limpieza de las playas, se encarga el Consell Insular de cada isla. Además, tanto Puertos de las Illes Balears (dependiente de la Conselleria del Mar y del Ciclo del Agua) como Autoridad Portuaria (dependiente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible) contemplan planes de contingencia por contaminación marina, que los coordina la Dirección General de Emergencias e Interior (dependiente de la Conselleria de Presidencia y Administraciones Públicas).

En caso de que hubiera un problema de contaminación marina, la Comunitat Autònoma dispone del Plan Especial de Contingencia por Contaminación Accidental de Aguas Marinas de las Illes Balears (CAMBAL), que se aprobó mediante el Decreto 126/2008, de 21 de noviembre. Sin embargo, las administraciones no han iniciado ningún tipo de actuación. “Por el momento, de manera oficial, no se había alertado a esta Demarcación”, señalan fuentes de la Demarcación de Costas de las Illes Balears, organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, sobre la llegada de pellets a las costas del archipiélago balear.

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