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Amanecer Dorado se enfrenta a la justicia griega

Manifestación de Amanecer Dorado en Atenas. Foto: Aitor Sáez

Clara Palma Hermann / Aitor Sáez

Atenas —

Arranca por fin el 'Juicio de Núremberg' griego. A partir del lunes 20, los principales dirigentes del partido neonazi Amanecer Dorado se enfrentarán a cargos de organización criminal a raíz del asesinato de un militante antifascista. Su líder, Nikos Mijaloliakos, cumplió en marzo el máximo de prisión preventiva y está ahora en arresto domiciliario. Han tenido que pasar más de 18 meses para que se sienten en el banquillo. Y pasará mucho más, entre un año y medio y dos años, según el propio tribunal, hasta que haya una sentencia. Entretanto, la formación ultranacionalista permanece aletargada y ha detenido, casi por completo, las múltiples agresiones que ahora se juzgan.

La gota que colmó el vaso llegó en septiembre de 2013, cuando el rapero antifascista Pavlos Fyssas murió a manos del militante de Amanecer Dorado Yorgos Rupakiás. Los hechos ocurrieron tras una discusión en un bar, en Keratsini, un suburbio ateniense de clase obrera. Rupakiás confesó el crimen. Era el momento que esperaba la fiscalía: poco después los principales líderes del partido fueron detenidos, al hallarse evidencias como las comunicaciones telefónicas de la célula local a la que pertenecía Rupakiás con las oficinas centrales en los momentos previos a la agresión.

El partido neonazi se escuda en que una formación política no es responsable del comportamiento de cada uno de sus miembros.

“Si queremos que se les sentencie como organización criminal, es porque sus crímenes no parten de iniciativas personales de los miembros, sino de la organización en su conjunto, a través de sus 'batallones de asalto'”, explica a eldiario.es Petros Konstandinou, coordinador de Keerfa. Esta organización antirracista es una de las que constituyen la iniciativa Encarcelad a Amanecer Dorado, que busca que la formación responda por todos los crímenes que se le atribuyen. “El asesinato de Pavlos Fyssas estaba preparado, ya que todos los miembros del grupo local se organizaron para ello”, asegura.

Los registros domiciliarios arrojan también indicios del carácter paramilitar del partido, como la existencia de verdaderos arsenales con armas de fuego y los vídeos que muestran a los miembros recibiendo entrenamiento militar. Las más de 10.000 páginas de sumario revelan una organización fuertemente jerarquizada, en la que el líder preside una estructura política y otra operacional, encargada de atacar físicamente a los “enemigos”. Y es que la agresión fatal contra Fyssas no es la única que se juzga.

“También destacan los ataques contra sindicalistas del Partido Comunista, que fueron ordenados por la patronal, que quería montar un sindicato amarillo en contra de los trabajadores. Sólo con esto se cuentan docenas de intentos de asesinato”, relata Konstandinou. “Por otra parte están las agresiones contra los pescadores egipcios. El propio [diputado Yanis] Lagós anunció que organizarían comandos para limpiar la zona. En Petrálona asesinaron al trabajador paquistaní Shejzad Luqman, y en total se contabilizan agresiones contra más de 1.000 inmigrantes. 150 de ellas tuvieron lugar en un sólo día, en 2013, cuando organizaron un programa contra extranjeros en el centro de Atenas”, resume el activista antirracista.

Por la sala de juicios desfilarán ahora 69 acusados, entre los que se cuentan todos los 16 miembros del grupo parlamentario que obtuvo el partido en 2012. Entre ellos, el secretario general, Nikos Mijaloliakos, su mano derecha Jristos Papás o el portavoz Ilias Kasidiaris -conocido por su agresión a dos diputadas en un plató de televisión-, que se enfrentan a sentencias de hasta 20 años de cárcel.

Se celebra en una prisión

En el proceso participarán también unos 150 abogados -entre defensores y representantes de las presuntas víctimas-, y más de 130 testigos de la acusación. El primero llamado a declarar ante los tres miembros del tribunal es Panayotis Fyssas, el padre del difunto. El escenario será el ala de mujeres de la cárcel de máxima seguridad de Koridalós, aunque la presión de las autoridades locales -que creen que el emplazamiento no garantiza la seguridad del barrio- quizá logre determinar el traslado una vez dé comienzo el proceso.

La Constitución griega no permite que un partido político sea declarado ilegal, y todos los expertos en Derecho coinciden en que se trata de un juicio extremadamente complejo. El consejo judicial encargado de formular los cargos decidió que se mantuvieran finalmente los de dirección y pertenencia a banda armada, tipificados en el Código Penal con hasta 10 años de cárcel. Uno de los tres miembros votó sin embargo en contra, al considerar que sin que existan objetivos de beneficio financiero no se puede hablar de organización criminal.

La imputación de sus líderes no afectó, en cualquier caso, a los resultados electorales de Amanecer Dorado, que en los recientes comicios de enero se posicionó como tercera fuerza política, ni ha erosionado el apoyo entre sus bases. 13 de los 17 diputados actuales fueron reelegidos desde dentro de la cárcel, con emotivas arengas por teléfono en las que se definían como presos políticos.

“Si hubiera pruebas incriminatorias, habrían sido condenados hace meses”, afirma convencido Stelios, un jubilado seguidor de Amanecer Dorado, en un acto del partido. Para él y sus compañeros, todo es culpa de los tejemanejes políticos del anterior Gobierno, encabezado por Andonis Samarás, que temía que sus votantes huyeran hacia la ultraderecha. “Si los nuestros van a la cárcel, deberían ir todos los partidos, porque todos tienen a algún criminal. Amanecer Dorado es la única formacicón que ha sido controlada por la policía financiera, y la caja estaba limpia y sin dinero negro. Entonces no se puede hablar de banda criminal”, señala con agresividad el jubilado.

División en Syriza

No son pocos los seguidores del partido que creen que, tras el fracaso del Gobierno de Syriza, llegará el turno de los “nacionalistas”, como ellos se definen. El gobierno de Alexis Tsipras, por su parte, ha mantenido una actitud moderada con respecto al partido neonazi, haciendo hincapié en su deseo de que la justicia siga su curso, y evidenciando por otro lado algunas divisiones internas. Mientras que algunos parlamentarios abogan por expulsar a los ultranacionalistas de la vida política a cualquier precio, otros miembros del Gabinete y la presidenta de la Cámara han puesto en duda la constitucionalidad de algunas votaciones -a las que no se permitió asistir a los diputados encarcelados-, o han señalado la necesidad de que Amanecer Dorado reciba su espacio correspondiente en la nueva televisión pública.

“Estamos satisfechos de que -aunque con el retraso típico y tan sólo después de que los ”batallones de asalto“ de Amanecer Dorado cometieran asesinatos y graves agresiones contra cientos de inmigrantes y ciudadanos griegos-, la organización nazi tenga que dar cuenta de sus actos a la justicia”, señalaba un comunicado emitido por Syriza recientemente.

Sin embargo, organizaciones de izquierdas y derechos humanos temen que el juicio no sea transparente, y critican que no se haya investigado las conexiones de Amanecer Dorado con empresarios, así como con la policía y los servicios secretos.

“No creemos que la justicia sea independiente”, confiesa Konstandinou. “Está muy cercano aún el ejemplo de Manolada. Toda Grecia vio cómo unos agricultores la emprendían a tiros con sus trabajadores inmigrantes, pero la mitad de los acusados fueron absueltos, y quienes denunciaron tienen que pagar ahora 360 euros por cabeza por los costes del juicio”, lamenta el activista. Critica no sólo los retrasos en el inicio del proceso judicial, sino también la localización. “No están garantizadas la publicidad y la transparencia necesarias. Lo que quieren es que, finalmente, los acusados caigan en blando”, remata. “Pero como organización estamos tratando de movilizar a la sociedad y de hacer presión para que se haga justicia”.

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