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Europa recupera los confinamientos estrictos para contener una segunda ola que se ha desbocado

Dos personas con mascarilla pasean por París con la Torre Eiffel al fondo

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La segunda ola de la COVID-19 está provocando que diferentes países de Europa tomen medidas severas para evitar el avance del virus en sus regiones. Es lo que anunció este sábado el primer ministro británico, Boris Johnson, que ordenó el confinamiento de Inglaterra como mínimo hasta el dos de diciembre. Los ciudadanos todavía podrán salir fuera de casa para trabajar, estudiar o pasear, pero el resto de movimientos y de reuniones quedan restringidas. “No volveremos al bloqueo a gran escala de marzo y abril, las medidas que he descrito son mucho menos restrictivas”, señaló Johnson.

Pero Inglaterra no es la única zona. Con la curva de contagios disparada y expectativas de que siga creciendo, Portugal confinará al 70% de su población a partir del 4 de noviembre pero no cerrará escuelas, establecimientos comerciales ni restaurantes. La medida fue adoptada este sábado en un consejo de ministros extraordinario, en el que se decidió aplicar las restricciones a los municipios con más de 240 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días, lo que alcanza a 121 localidades, entre ellas Lisboa y Oporto.

También el presidente francés, Emmanuel Macron, declaró un confinamiento a nivel nacional para combatir el coronavirus que entró en vigor este viernes y permanecerá vigente “como mínimo hasta el 1 de diciembre”, ha afirmado el presidente. “Tras haber consultado a los científicos y dialogado con las fuerzas políticas, económicas y sociales, he decidido que hay que volver a partir del viernes al confinamiento que paró el virus”.

De esta manera, en Francia será necesaria una autorización para salir de casa por motivos justificados como ir al trabajo, comprar o ir al médico. “El teletrabajo estará de nuevo generalizado”, ha señalado Macron. Todos los establecimientos que reciben público permanecerán cerrados, excepto los esenciales, y los colegios podrán seguir abiertos. Universidades y centros de enseñanza superior tendrán que ofrecer sus cursos de manera online. Por otro lado, los desplazamientos entre regiones dentro del país estarán prohibidos.

Por su parte, Alemania anunció que a partir del próximo lunes regresan las restricciones masivas para atajar la propagación de la segunda ola del coronavirus, con cierres con compensación económica de teatros a gimnasios, de cines a spas y ferias, pero con colegios y comercio abiertos. La canciller alemana, Angela Merkel, y los jefes de los ejecutivos de los 16 'Länder' llegaron a este acuerdo básico, que se prolongará por cuatro semanas desde esa fecha e incluye la reducción a diez personas de dos distintos domicilios las reuniones en espacios privados.

Bélgica se sitúa en una posición todavía más severa: vuelve a un confinamiento casi total durante más de un mes. A diferencia de otros países, los belgas sí han decidido mantener los colegios cerrados como mínimo hasta el 15 de noviembre. Además, también llegan restricciones respecto a las reuniones sociales: tan solo podrá recibirse a una sola persona en casa –en el caso de las personas solteras, podrán ampliar ese máximo a dos–. Por otro lado, los funerales no podrán contar con más de 15 asistentes y los lugares de culto, que permanecerán abiertos, no podrán tener grupos de más de cuatro personas.

Algo más moderado es el confinamiento de Austria, que a partir del próximo martes y durante un mes establece restricciones de movimiento y contactos privados, así como el cierre de hoteles y locales de gastronomía, ocio y culturales, entre otras medidas como la de un toque de queda a partir de las 20.00 horas locales para impedir los encuentros y fiestas privados nocturnos.

En otros países todavía no se han aplicado tales normas, pero será cuestión de días. Es el caso de Italia, que estudia ya un nuevo decreto con el que endurecerá las medidas restrictivas actuales para frenar el incremento de casos de coronavirus en los últimos días, que este viernes superaron por primera vez los 30.000 contagios en 24 horas. “Vivimos horas de reflexión a nivel europeo: Bélgica, Francia y otros países han declarado un confinamiento”, ha dicho hoy el ministro de Asuntos Exteriores, Luigi Di Maio, quien sostiene que “tenemos que analizar si es necesario anticipar movimientos para evitar que la curva empeore. Se están realizando incesantes reuniones para el próximo decreto, que sin duda será más restrictivo”.



La curva de la media semanal de nuevos casos diarios de COVID-19 en Europa, que este viernes alcanzó la cifra de 243.327 contagios, refleja el porqué de todas las medidas adoptadas: se ha multiplicado por cuatro el número de contagiados por COVID-19 en poco más de un mes.

La falta de control de movilidad tras el regreso del verano y la vuelta a espacios cerrados han disparado los positivos de la segunda ola que ahora repuntan entre las personas mayores, según analizan los especialistas.

En esta nueva fase, prácticamente todos los países de la Unión Europea están casi doblando el número de nuevos casos de una semana para otra: Alemania ha saltado en siete días de 42.000 a 69.000 contagios, Italia de 59.000 a 111.000, Bélgica de 59.000 a 98.000, Portugal de 13.000 a 18.000. La canciller alemana, Angela Merkel, ha admitido esta semana que “se ha duplicado la cifra de contagios tres veces en los últimos meses”.

Los números dibujan una segunda ola pandémica en Europa muy acelerada. Teniendo en cuenta la infravaloración que provocan los retrasos en las notificaciones de positivos, la incidencia en los últimos 14 días en Bélgica supera los 1.000 casos por 100.000 habitantes, al igual que en República Checa. Países Bajos ha alcanzado los 680 casos. Francia presenta una incidencia de 600 contagios por 100.000 habitantes, según la recopilación que hace el ECDC.

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