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El PP europeo marca distancias con Ursula von der Leyen

Las presidentas de la Comisión, Ursula von der Leyen, y la Eurocámara, Roberta Metsola, conversan durante el pleno de esta semana.

Irene Castro

Bruselas —

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Hace meses que la presidenta de la Comisión Europea no participa en una reunión del Grupo Popular Europeo. Es una crítica que sale del propio PPE contra Ursula von der Leyen, la dirigente alemana de la CDU que se hizo con la jefatura del ejecutivo comunitario en 2019 impulsada por Angela Merkel y gracias a un pacto con socialistas y liberales, que avalaron su nombre en detrimento de Manfred Weber, el elegido inicialmente por la familia conservadora. Ahora, cuando se acerca el fin del mandato y, por tanto, la fecha de elegir un nuevo spitzenkandidat, en el PPE comienzan a tomar posiciones. Una de las más notorias, además del viraje hacia las posiciones de extrema derecha, es el distanciamiento de Von der Leyen. 

El PPE ha criticado con dureza la propuesta de plan industrial que presentó Von der Leyen hace dos semanas. “Carece de enfoque y creatividad y no aborda plenamente el problema subyacente”, reprochaba el grupo que pilota Weber, antiguo rival de Von der Leyen, en una propuesta de resolución tras haberse descolgado del texto conjunto suscrito por socialistas, liberales y verdes, que básicamente apoyaba los planes del Gobierno comunitario. El PPE se dividió en esa votación en la que se avaló la iniciativa con 310 síes, 155 noes y 100 abstenciones. En la treintena de votos discordantes con la mayoría de la bancada conservadora estaban los de la delegación española que pilota Dolors Montserrat. 

“La resolución adoptada por el Parlamento Europeo abre la puerta a que los sectores importantes para la competitividad estén incluidos en una estrategia industrial”, justifican los de Alberto Núñez Feijóo. Y es que una de las críticas formuladas en el texto del PPE era precisamente que la propuesta de la Comisión se centre en la industria de tecnología limpia: “La estrategia industrial de Europa no debe diseñarse únicamente para una base industrial potencial en el futuro, sino también para la base industrial existente en la actualidad, que procura empleo y crecimiento económico a todos los europeos”. 

Los diputados españoles del PP también votaron a favor de ese texto en el que el listado de reproches era largo. Para empezar, acusaba a la UE de que “una vez más haya actuado de manera reactiva en lugar de proactiva, y que solo debido a la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de los EEUU y a la subida de los precios de la energía la competitividad industrial de Europa se haya convertido en una prioridad de la agenda política europea”. “El Pacto Verde no logró proporcionar un acuerdo para la industria europea, ya que no ofreció una justificación económica para la transición industrial en Europa”, agregaba. 

“La Comisión no tiene razón al afirmar que «la era de los combustibles fósiles baratos ha terminado», y que cualquier plan industrial europeo debe reflejar la realidad del mercado mundial en el que compite su industria, a saber, que los combustibles fósiles baratos siguen constituyendo la norma para el futuro a corto y medio plazo”, culminaban los conservadores la misma semana en la que han votado en contra de la ley que prohíbe la venta de coches diésel y gasolina a partir de 2035

Después de la retahíla de palos a la presidenta de la Comisión, de la que se hicieron eco los medios, el líder del PPE subió una fotografía en Twitter. “Nuestra misión continúa, juntos, por el pueblo de Europa y un futuro mejor para nuestros hijos”, rezaba el texto que la acompañaba.

En la relación entre Von der Leyen y su familia política se cruzan, por un lado, la necesidad que tiene la Comisión Europea de mantener el apoyo de socialistas y liberales en detrimento de las posiciones de los conservadores que, por otro lado, están virando hacia la extrema derecha

El PP español, por su parte, lleva tiempo apretando en Bruselas para desgastar al Gobierno de Pedro Sánchez en el seno de la UE y choca con las buenas palabras de la Comisión Europea, que se traducen en hechos como el aval para el tercer desembolso de los fondos Next Generation EU en los que España va a la cabeza. “No admito que los socialistas gasten dinero a la ligera y dejen que el PPE recoja los pedazos cuando la economía se hunda. Eso ya no es aceptable”, expresó Weber nada más ser elegido presidente del Grupo Popular el pasado mes de mayo, a pesar de la sintonía del Ejecutivo con el actual Gobierno comunitario: “La Comisión Europea tiene que sacar la tarjeta roja a Sánchez ahora si quiere evitar un desastre económico en España”.

Para los conservadores, que han visto menguado su poder en las capitales tras la victoria de Olaf Scholz en Alemania, las elecciones en España son vitales para inclinar la balanza de uno de los grandes en su favor si gana Feijóo. De ahí que preparen dos grandes actos en España de aquí a las generales, el primero de ellos una cumbre en Málaga el próximo mes de junio que servirá para arropar al dirigente gallego. 

Más allá de dejarse arrastrar por el discurso de la extrema derecha en asuntos como la inmigración, el líder del PPE está imprimiendo un cambio respecto a la histórica posición de su partido con las formaciones ultra, con las que las alianzas han dejado de ser un tabú y se van incrementando en el continente en lo que puede ser una precuela de la llegada de Feijóo a Moncloa gracias a Vox. 

La pelea por la presidencia de la Comisión

La jugada pasa por tener una alternativa en el futuro al tradicional acuerdo de socialdemócratas, conservadores y liberales que, de hecho, ya operó para que la maltesa Roberta Metsola se convirtiera en presidenta del Parlamento Europeo dejando entrar por primera vez en los órganos de decisión de la Eurocámara a la extrema derecha. 

Y es ahí donde comienza el ‘Juego de Tronos’ en el PP europeo de cara a las postelecciones, ante la posibilidad de que Metsola se presente como aspirante a spitzenkandidat frente a Von der Leyen, que en las filas conservadoras dan por hecho que tratará de pelear por seguir al frente de la Comisión otro mandato. Ambas están, a su manera, en campaña. 

Von der Leyen está en contacto con todas las capitales y cuenta con un punto a su favor: es el posible apoyo de Alemania, a pesar de que gobierna un tripartito liderado por SPD. Y Emmanuel Macron ya la apoyó en el anterior proceso. Finlandia, Rumanía, Alemania, Irlanda y España son algunos de los países que, por su parte, ha visitado en las últimas semanas Metsola, a quien sus partidarios ven en mejores condiciones de ganarse al partido que a Von der Leyen. La última parada de la gira ha sido Italia este viernes, donde se ha reunido por segunda vez en poco tiempo con la primera ministra, la ultraderechista Giorgia Meloni.

El PP rehúye a Berlusconi por su apoyo a Putin

“Roberta Metsola, como nuestra presidenta, fue la primera en arriesgarse a ir a Kiev. ‘Estamos a vuestro lado’ fue su mensaje principal. Ursula von der Leyen lideró los esfuerzos por garantizar a Ucrania el estatus de candidato. Seamos claros, esto no fue bien recibido por Scholz, Macron, Sánchez o Costa. Es por eso que quiero agradecer a nuestras dos presidentas que lideraran un histórico momento para mantener a Ucrania en nuestro lado”, dijo Weber en un debate en la Eurocámara el martes. 

Sus palabras fueron de reafirmación después de que Silvio Berlusconi cuestionara a Ucrania en favor de Rusia, en contra de lo que defienden los aliados. “Si yo fuera primer ministro, nunca habría ido a hablar con Zelenski, porque estamos presenciando la devastación de su país y la masacre de sus soldados y civiles. Le bastaba con dejar de atacar a las dos repúblicas autónomas de Donbás y esto no habría sucedido”, afirmó el exprimer ministro italiano. 

Las palabras del líder de Forza Italia abren un nuevo frente al Gobierno de coalición de Meloni, pero sobre todo dejan en una posición muy incómoda al PPE, que ha rehuido pronunciarse sobre el asunto. Durante el debate en la Eurocámara, el socialista portugués Pedro Marques preguntó directamente al líder conservador qué acciones iba a tomar contra Berlusconi. “Fue terrible escuchar a Berlusconi excusando a Putin de sus responsabilidades y culpando a Ucrania por esta guerra”, expresó mientras Weber sonreía molesto mientras le aplaudía. Para entonces el grupo había cancelado la tradicional rueda de prensa que dan los portavoces cuando hay pleno en Estrasburgo. Algo inédito que justifican en que le coincidía con una reunión con el primer ministro letón. 

Días después el PPE ha decidido anular una cumbre que tenía previsto celebrar en Nápoles, según anunció el propio Weber: “Tras las declaraciones de Silvio Berlusconi sobre Ucrania, hemos decidido cancelar. El apoyo a Ucrania no es opcional. Antonio Tajani [viceprimer ministro y responsable de Exteriores de Meloni] y Forza Italia tienen todo nuestro apoyo”. Tajani ha criticado la decisión.

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