El principal sistema de crisis alimentarias alerta del “peor escenario posible de hambruna” en Gaza
El principal sistema internacional que vigila crisis alimentarias, respaldado por la ONU, ha alertado este martes de que “el peor escenario posible de hambruna se está produciendo actualmente” en la Franja de Gaza, acorralada por el asedio israelí.
Los indicadores de consumo de alimentos y nutrición han alcanzado sus peores niveles desde que comenzó la ofensiva de las tropas de Benjamin Netanyahu. “El conflicto y los desplazamientos se han intensificado, y el acceso a alimentos y otros artículos y servicios esenciales se ha reducido a niveles sin precedentes”, dice la nueva alerta de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (IPC en sus siglas en inglés), que confirma las advertencias de las agencias de ayuda humanitaria sobre la catástrofe provocada por el bloqueo israelí en el enclave palestino.
En los últimos días han crecido las muertes relacionadas con el hambre, según las autoridades sanitarias locales, por las restricciones a la entrada de ayuda humanitaria impuestas por Israel de la creciente hambruna.
“Cada vez hay más pruebas de que el hambre generalizada, la malnutrición y las enfermedades están provocando un aumento de las muertes relacionadas con el hambre”, recoge el IPC, un marco que incluye, entre otros actores, a Naciones Unidas y es el principal mecanismo que utiliza la comunidad internacional para analizar datos sobre crisis alimentarias.
Según señala en su informe, los últimos datos indican que se han alcanzado los umbrales de hambruna en cuanto al consumo de alimentos en la mayor parte del enclave. El documento recoge que una de cada tres personas pasa varios días seguidos sin comer. Más de 500.000 personas (casi una cuarta parte de la población de Gaza) padecen condiciones similares a la hambruna. “Entre mayo y julio de 2025, la proporción de hogares que sufren hambre extrema se ha duplicado”, apunta.
La malnutrición ha aumentado rápidamente durante la primera quincena de julio y también ha alcanzado el umbral de hambruna en Ciudad de Gaza, señala el mecanismo, que indica que más de 20.000 niños han sido ingresados para recibir tratamiento por desnutrición aguda entre abril y mediados de julio, y más de 3.000 de ellos padecen desnutrición grave. “Los hospitales han informado de un rápido aumento de las muertes relacionadas con el hambre de niños menores de cinco años, con al menos 16 muertes registradas desde el 17 de julio”.
“La desnutrición aguda y los informes sobre muertes relacionadas con la inanición –el tercer indicador principal de hambruna– son cada vez más comunes, pero recopilar datos sólidos en las circunstancias actuales en Gaza sigue siendo muy difícil ya que los sistemas de salud, ya diezmados por casi tres años de conflicto, están colapsando”, advierten la FAO, Unicef y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) en un comunicado.
“Es evidente que se trata de un desastre que se está desarrollando ante nuestros ojos, ante las pantallas de nuestros televisores”, ha dicho Ross Smith, director de Emergencias del PMA de Naciones Unidas. “No se trata de una advertencia, sino de un llamamiento a la acción. Es algo diferente a todo lo que hemos visto en este siglo”, ha declarado a los periodistas en Ginebra.
Cómo funciona el sistema
El sistema se basa en una escala gradual que va de la fase 1 (inseguridad alimentaria nula o mínima) a la fase 5 (catástrofe o hambruna). Una zona es clasificada como en hambruna por el IPC cuando al menos uno de cada cinco hogares (20%) tienen una carencia extrema de alimentos, enfrentando inanición y penuria, “lo que resulta en niveles críticamente altos de desnutrición aguda y mortalidad”, la prevalencia de desnutrición aguda en niños menores de cinco años alcanza o supera el 30% y al menos se producen dos muertes por cada 10.000 personas al día. En Gaza, según el IPC, se han superado dos de estos tres umbrales en algunas partes del territorio.
El IPC ha clasificado cuatro veces zonas como afectadas por la hambruna: Somalia en 2011, Sudán del Sur en 2017 y 2020, y Sudán en 2024.
“Las declaraciones formales de hambruna siempre van por detrás de la realidad”, dijo David Miliband, director del grupo de ayuda International Rescue Committee, en una declaración antes de la alerta del IPC. “Cuando se declaró la hambruna en Somalia en 2011, 250.000 personas —la mitad de ellas niños menores de cinco años— ya habían muerto de hambre. Cuando se declara la hambruna, ya es demasiado tarde. Para muchos, ya lo es”. El sistema insiste en que no declara la hambruna, sino que proporciona un análisis para que los gobiernos y otras entidades puedan hacerlo.
El informe del IPC remarca que es “necesario tomar medidas inmediatas para poner fin a las hostilidades y permitir una respuesta humanitaria sin obstáculos, a gran escala y que salve vidas”. “Esta es la única forma de detener más muertes y el sufrimiento humano catastrófico”, concluye. Las agencias de la ONU recuerdan que, “a pesar de la reapertura parcial de los cruces fronterizos, la ayuda humanitaria que entra en Gaza es apenas una pequeña parte de lo que necesita mensualmente una población de más de dos millones de personas”.
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