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Facebook entregó datos sobre 57.000 millones de amistades en todo el mundo al socio de Cambridge Analytica

Aleksandr Kogan, a la derecha, durante una entrevista con la CNN // Youtube

Julia Carrie Wong / Paul Lewis

San Francisco —

Antes de que Facebook suspendiera a Alexander Kogan de su plataforma por el fraude de la entrega de datos que es el epicentro del escándalo de Cambridge Analytica, la red social tenía una relación cercana con el investigador hasta el punto de entregarle una base de datos con información sobre 57.000 millones de amistades de Facebook.

Facebook le entregó una base de datos con “todas las amistades formadas en 2011 en cada país del mundo con las sumas por países” al laboratorio de la Universidad de Cambridge dirigido por Kogan para un estudio sobre amistades internacionales publicado en 2015 en Diferencias Individuales y de Personalidad. Dos empleados de Facebook aparecieron como coautores del estudio, junto a investigadores de Cambridge, Harvard y la Universidad de Berkeley. Kogan publicaba en esa época bajo el nombre Alexander Spectre (Spectra es el nombre de la organización criminal internacional que aparece en las películas de James Bond).

Un comunicado de la Universidad de Cambridge sobre la publicación de este estudio destaca que el artículo fue “la primera producción de la colaboración en curso entre el laboratorio de Spectre en Cambridge y Facebook”. Facebook no respondió a las preguntas sobre si hubo más colaboraciones.

“La entrega del volumen de 57.000 millones de amistades implica una relación preexistente”, señala Jonathan Albright, director de investigación del Centro Tow para Periodismo Digital. “No es común que Facebook comparta ese tipo de datos. Sugiere que existía una colaboración de confianza entre Facebook y Alexander Kogan/Spectre”.

Facebook minimizó la importancia de la base de datos, que entregó a Kogan en 2013. “La información que se le dio fue literalmente números –cifras de cuántas amistades se llevaron a cabo entre pares de países, por ejemplo, la cantidad de amistades entre Estados Unidos y Reino Unido”, contestó por correo electrónico la portavoz de Facebook Christine Chen. “No había ninguna información identificable con ninguna persona en la base de datos”.

Desde entonces, la relación de Facebook con Kogan se ha deteriorado.

“Pusimos fin a nuestra relación laboral con Kogan de mutuo acuerdo tras saber que había violado los términos de servicio de Facebook en un proyecto no relacionado con un desarrollador de aplicaciones para Facebook”, aseguró Chen. Facebook afirma que supo que Kogan había utilizado inapropiadamente los datos en diciembre de 2015, cuando The Guardian publicó por primera vez que los datos habían sido entregados a Cambridge Analytica.

“Después del informe de The Guardian, comenzamos a desvincularnos de él. Y después de la investigación, pusimos fin a la relación en 2016”, afirmó Chen.

El viernes 16 de marzo, anticipándose al informe de The Observer sobre la obtención inapropiada que Kogan hizo de los datos de más de 50 millones de estadounidenses que luego compartió, Facebook suspendió a Kogan de la plataforma, emitió un comunicado diciendo que Kogan había “mentido” a la empresa y calificó sus actividades de “una estafa y un fraude”.

El martes, Facebook dio un pasó más en un comunicado: “Toda nuestra empresa está escandalizada por cómo nos han engañado”. Y el miércoles, en su primer comunicado sobre el escándalo, el consejero delegado de la empresa, Mark Zuckerberg, dijo que la conducta de Kogan fue una “violación de la confianza”.

¿Cómo se forjó la relación?

Lo que nunca explicó Facebook es cómo llegó a tener una relación tan cercana con Kogan, al punto de coescribir artículos de investigación con él, ni por qué tardó hasta esta semana –más de dos años después de que The Guardian publicara el primer informe sobre las actividades de Kogan y los datos que había obtenido– para informar a los usuarios de que su información personal había sido compartida inapropiadamente.

Kogan se defendió en una entrevista con BBC y en un correo electrónico a sus colegas de Cambridge, al que the Guardian ha tenido acceso. “Pienso que me están utilizando como chivo expiatorio, tanto Facebook como Cambridge Analytica”, dijo Kogan a BBC 4 el miércoles.

La recopilación de datos que hizo que Facebook acabara suspendiendo a Kogan fue realizada por Global Science Research (GSR), una empresa que el investigador fundó en mayo de 2014 junto a otro investigador de Cambridge, Joseph Chancellor. Chancellor es actualmente empleado de Facebook.

Entre junio y agosto de ese año, GSR pagó a unas 270.000 personas para que utilizaran una aplicación de Facebook en forma de cuestionario que recogía datos de los perfiles de Facebook de estas personas y de sus amigos, generando una base de datos de más de 50 millones de usuarios. Los datos fueron luego entregados a Cambridge Analytica, en lo que Facebook llama una violación del acuerdo con Kogan que supuestamente iba a usar los datos solamente con fines académicos.

En su correo electrónico a sus colegas de Cambridge, Kogan dijo que había creado la aplicación de Facebook en 2013 con fines académicos y que la utilizó para “varios estudios”. Después de fundar GSR, escribió Kogan, transfirió la aplicación a esa empresa y le cambió el nombre, logo, descripción y condiciones. CNN fue el primer medio en informar sobre este correo electrónico a Cambridge. Kogan no ha querido hacer comentarios a The Guardian.

“Dejamos claro que la aplicación era con fines comerciales, nunca mencionamos ninguna investigación académica ni a la Universidad de Cambridge”, aclaró Kogan. “Pusimos bien claro que los usuarios nos cedían los derechos para utilizar sus datos, incluidos los derechos para vender y comercializar esos datos. Estos cambios se hicieron en la plataforma de la aplicación de Facebook, así que la empresa tenía la capacidad de supervisar la aplicación y hacernos preguntas. Facebook en ningún momento nos manifestó ninguna preocupación sobre estos cambios”.

Kogan no es el único que critica a Facebook por querer echarle la culpa de todo a él.

“En mi opinión, el que más compartió los datos fue Facebook”, aseguró Albright, que cuestionó por qué en primer lugar Facebook creó un sistema en el que terceros tenían acceso a tanta información personal. Ese sistema “fue diseñado para compartir los datos de sus usuarios de forma útil a cambio de un mayor valor comercial”, añadió.

Christopher Wylie dijo al Observer que Facebook sabía el volumen de datos que estaba obteniendo la aplicación de Kogan. “Los protocolos de seguridad saltaron porque las aplicaciones de Kogan se estaban llevando un volumen enorme de información, pero aparentemente Kogan les había dicho que era con fines académicos”, dijo Wylie. “Así que a ellos no les importó”.

En su correo electrónico a Cambridge, Kogan calificó esto de “mentira”: “Nunca hablé con Facebook sobre el tema y en ningún momento dijimos que era con fines académicos. De hecho, hicimos todo lo que pudimos para desvincular a la universidad de este proyecto”.

La colaboración entre Kogan y los investigadores de Facebook, que resultó en el estudio publicado en 2015, también utilizó la información recogida por la aplicación de Facebook. El estudio analizó dos bases de datos: la información anónima de los 57.000 millones de amistades provista por Facebook y otra más pequeña recogida por académicos de Cambridge.

Para la base de datos más pequeña, el equipo de investigación utilizó el método de pagar a personas para que utilizaran una aplicación de Facebook que recogía datos sobre ellos y sus amigos. Facebook no formó parte de esta parte del estudio. El estudio remarca que las usuarios firmaron un documento de consentimiento a la investigación y que “no existió ningún tipo de engaño”.

El estudio fue publicado a fines de agosto de 2015. En septiembre de 2015, Chancellor se fue de GSR, según los informes de la empresa. En noviembre de 2015, Chancellor fue contratado para trabajar en Facebook como investigador de experiencias de los usuarios.

Ni Facebook ni Chancellor respondieron a los numerosos intentos de entrevistarlos sobre Kogan y las actividades de GSR.

Traducido por Lucía Balducci

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