Análisis Kingdom Rush Origins, regresa la mejor defensa de torres
Cada vez resulta más complicado destacar en un mercado tan abarrotado como son los dispositivos móviles porque a día de hoy, podemos encontrar literalmente centenares de juegos de cada género. Si además mencionamos un juego tipo “defensa de torres”, el repertorio se amplía aún más debido a la indecente cantidad de imitadores, e imitadores de imitadores que intentan buscarse un hueco para competir con los títulos más populares como Fieldrunners, Plants vs Zombies o el propio Kingdom Rush.
Cada juego intenta aportar su propio estilo y matices a un sencillo planteamiento que se basa en colocar torres defensivas en lugares estratégicos para detener las continuas oleadas de enemigos que intentan atravesar el mapa, y el caso que nos ocupa, al igual que hicieron sus dos antecesores, es probablemente el que más elementos atractivos aporta a este particular subgénero.
El secreto del éxito de la serie Kingdom Rush se basa en tres aspectos principales. El primero de ellos, es un diseño artístico de lo más simpático y plagado de sentido del humor. Su universo fantástico-medieval plagado de elfos, magos y todo tipo de malvadas criaturas, aporta una increíble variedad visual. En esta tercera entrega, aunque se mantiene la estética de sus predecesores, veremos entornos más detallados y un mayor número de elementos móviles, algunos de ellos interactivos.
Cuenta con el bestiario más atractivo y el mayor plantel de personajes de los juegos de su clase, algo que aprovecha para realizar todo tipo de guiños, burlas y parodias hacia otras licencias de ambientación similar como la saga de El Señor de los Anillos.
Pero Kingdom Rush Origins ofrece algo más importante que una apariencia atractiva y un gran sentido del humor, en realidad estas características son sólo un añadido para lo realmente importante: un desafío táctico repleto de decisiones críticas y la capacidad de absorber al jugador para completar cada pequeño reto.
A diferencia de otros juegos de su clase, el número de torres disponibles es más bien limitado, sin embargo, la posibilidad de mejorarlas y transformarlas en versiones radicalmente diferentes, sumado a las habilidades y resistencia de nuestros enemigos, brindan altas dosis de estrategia y de reflejos para salir airoso de las oleadas más multitudinarias.
Aquí no vale simplemente colocar la torre correcta en el lugar adecuado, también tendremos que controlar a nuestro héroe, una unidad especialmente útil que además podremos mejorar como si de un RPG se tratara. Cada héroe cuenta con sus propias habilidades y fortalezas, y bien usados pueden llegar a ser más decisivos que nuestra mejor de nuestras torres en el campo de batalla.
También contaremos con otras habilidades especiales como un ataque masivo o la posibilidad de enviar refuerzos temporales a una zona concreta cuando comienza a desbordarse, lo cual obliga a mantener un alto nivel de concentración para poder aprovechar todos nuestros recursos en el momento apropiado.
Los enemigos tampoco andan escasos de opciones y algunos toman atajos en determinados lugares del escenario, otros aportan ventajas a sus compañeros cercanos o son especialmente resistentes a un tipo concreto de daño, mientras que otras criaturas se mueven tan rápido que tenemos que buscar alternativas a los soldados de a pie que usamos normalmente para bloquear su avance.
Por supuesto, tampoco faltarán los enemigos finales, unas criaturas especialmente resistentes que nos obligan incluso a vender torres por los lugares por los que ya han pasado para invertir en fortificar el camino que le queda por recorrer.
Como viene siendo habitual en la serie, contaremos con una sucesión de desafíos que tendremos que desbloquear para acceder a nuevos retos, y todos ellos ofrecen recompensas como puntos para mejorar nuestros héroes y torres, y oro con el que comprar ítems como ayuda.
El planteamiento de base es idéntico al de los anteriores juegos, aunque las nuevas unidades y tipos de torre, aportan matices muy interesantes a una experiencia que además viene aderezada con elementos del entorno que podremos utilizar a nuestro favor.
Lo cierto es que no aporta ninguna novedad revolucionaria, pero tratándose de uno de los mejores juegos de “defensa de torres” disponibles a día de hoy, tampoco supone un grave problema, porque Kingdom Rush Origins sigue ofreciendo todo aquello que le ha catapultado a lo más alto, y quien sea amante de los desafíos perfectamente calibrados, seguirá disfrutando de su propuesta como si fuera el primer día.
Lo mejor:
Lo mejor:
- La estética, tan simpática como siempre y plagada de cameos hacía otras licencias.
- Mantiene todas las virtudes de sus antecesores, añadiendo nuevos elementos para que aportan sensación de novedad a los más veteranos.
- Una más que razonable cantidad de niveles y desafíos.
- El bestiario y las unidades son una auténtica delicia.
Lo peor:
Lo peor:
- Apenas hay novedades rompedoras respecto a cualquiera de las entregas anteriores.
- Algunos héroes son de pago…